Díaz Ferrán culpó en marzo a su socio Pascual: “Me lo daba todo hecho”
El empresario negó ante el juez toda responsabilidad en la quiebra de Marsans
¿Es sensato pagar a un acreedor a través de un salario de más de 180.000 euros al mes, sujeto a un coste tributario? Se lo preguntaba el fiscal de la Audiencia Nacional Daniel Campos, y así lo trasladó a Gerardo Díaz Ferrán. Ocurrió el pasado 7 de marzo, durante la declaración de este ante el juez Santiago Pedraz por la querella contra los expropietarios del Grupo Marsans, impuesta por los clientes de la compañía, que se consideraban defraudados.
“Me parece una forma tan extraña de hacer un pago a un proveedor, que me cuesta mucho trabajo entenderlo”, apuntó el fiscal. Ante lo que Díaz Ferrán pretendió descargar toda la responsabilidad sobre su socio, Gonzalo Pascual, fallecido en junio. “Le entiendo perfectamente, porque no parece que sea la manera más lógica de pagar a un proveedor”, señala el expresidente de la patronal CEOE, denunciado, después, por empresarios de AC Hoteles, Barceló e Iberojet, y antes de agregar: “La realidad es que a mí esto me lo da mi socio hecho. Me comenta, después de haberlo hecho: ‘Oye, he dicho que nos den de alta a los dos para pagar esta factura y que en los salarios nuestros que nos corresponden se pague...”. Díaz Ferrán asegura en la grabación de la declaración, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, que ese pago lo reclamaba la empresa West Fargo, “proveedor de Air Comet y que estaba avalado por Marsans”, y que fue una excepción. ¿Se había realizado alguna otra vez en Viajes Marsans un ingreso a proveedores contabilizándolo como salario de un directivo?, pregunta el fiscal. “Que yo sepa, no”, afirma el empresario.
El auto sobre la fianza de 30 millones impuesta ayer al fundador de la compañía deja claro, en cambio, que el liquidador del grupo, Ángel de Cabo, implantó un sistema de pago de salarios de 100.000 euros al mes a Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual para librarles de los acreedores a cambio del traspaso de todos sus bienes y actividades empresariales. En eso, según sostiene ahora el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, consistía el acuerdo al que habían llegado los dos socios fundadores.
Pese a eso, en su declaración de marzo, Díaz Ferrán insistió una y otra vez en echarle la culpa a quien fue su compañero de negocios desde finales de la década de los sesenta. Según su versión, Pascual fue el verdadero responsable del deterioro de las cuentas y de los problemas del grupo, que se tradujeron en suspensión de pagos, ahora conocida como concurso de acreedores.
El expresidente de la CEOE asegura que él simplemente avalaba las decisiones ejecutivas de su socio y que tenía pocas funciones ejecutivas, pese a que ambos eran administradores solidarios de la misma compañía. “Durante todo el proceso”, relata con relación a la venta de la compañía a Possibilitum Business, que extrajo dinero del Grupo Marsans y lo envió a cuentas en paraísos fiscales, “desde luego yo no he llevado nunca labores ejecutivas en viajes Marsans ni antes ni después, cuando era administrador solidario, y mi socio de cuarenta y tantos años siempre ha sido presidente de la compañía y el que llevaba labores ejecutivas. Yo no he llevado labores ejecutivas ni mucho menos el día a día de la compañía”, insiste. Por este motivo, añade que no estaba al día de las cuestiones financieras del grupo ni conocía el destino del dinero que se recaudaba con la venta de los billetes, cuyas reservas habrían ido a parar a fines diferentes que a abonar los pasajes, según sostenía el fiscal.
Tras vincular los problemas que sufrió el Grupo Marsans con la mala situación económica originada por la crisis financiera, el cierre de Air Comet y la asfixia económica que derivó del menoscabo de su imagen comercial a partir de sus pugnas con la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), Díaz Ferrán siguió descargando responsabilidades sobre Pascual, quien, junto a él, se contrató en la empresa dos meses antes de quebrar y ambos cobraron finiquito.
“Yo he estado avalando todo de Viajes Marsans, lo que me pedía mi socio que había que avalar… He avalado créditos bancarios, he permitido hacer hipotecas”, agregó el fundador de la compañía, quien por otro lado negó haber mantenido relaciones con el ex director general del grupo, Iván Losada, a quien el juez impuso ayer otra fianza de 30 millones de euros. “Yo nunca he estado ni he participado ni he asistido a una reunión. Mi socio era el que hablaba y despachaba con el señor Losada... Y el señor Losada se entendía con mi socio”, intentó zanjar en marzo en su declaración.
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