De la bandera de EE UU al “coñazo”: más anécdotas de la Fiesta Nacional
El desfile del 12 de octubre deja multitud de momentos reseñables año tras año
Las cámaras captan al Rey hablando de la polémica por las palabras del ministro Wert sobre el interés del Gobierno en "españolizar" a los alumnos catalanes. El propio Wert se descuelga en catalán: “Estic molt orgullós del que he dit”. La infanta Elena, sentada en la tribuna de invitados en lugar de en la de autoridades. El desfile de la Fiesta Nacional de este año ha estado cargado de información —tantas autoridades juntas (están prácticamente todas las del Estado) dan para mucho— pero no ha sido el único. Un repaso a las hemerotecas desvela una multitud de anécdotas en la fiesta de la Hispanidad.
Zapatero no se levanta al paso de la bandera de EE UU. El papel de España en la guerra de Irak, con el apoyo de José María Aznar a Estados Unidos, marcó la celebración en 2003. Desde la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero se convirtió en el protagonista de aquel año al permanecer sentado al paso de la bandera estadounidense. Esta fue su forma de protestar porque consideraba que el PP convertía “una fiesta de todos los españoles” en un acto para justificar el conflicto armado. El Gobierno interpretó esta actitud como un desprecio del secretario general del PSOE al pueblo estadounidense.
En 2004, con los socialistas ya en La Moncloa y tras haber retirado las tropas de Irak, el distanciamiento entre el Ejecutivo y la Administración Bush quedó patente con la ausencia del embajador de Estados Unidos, George Argyros, en el desfile y en la posterior recepción que ofrecieron los Reyes en el Palacio Real. En un primer momento, la Embajada alegó que no había ido por "problemas de transporte", aunque se encontraba en España. Días después, el propio Argyros reconoció que no había asistido porque Zapatero no se había levantado el año anterior ante el paso de la bandera de su país.
Discusión entre Gallardón y Acebes. Ese año también se pudo advertir la pelea interna que existía en el PP tras la derrota electoral de marzo. El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, y el secretario general del partido, Ángel Acebes, mantuvieron una tensa conversación ante todos los invitados a la recepción del Palacio Real. El motivo: la disputa de poder de la formación en Madrid. El número dos de Gallardón, Manuel Cobo, había presentado una lista alternativa a la de Esperanza Aguirre, lo que, según Acebes, perjudicaba al partido. Antes, durante el desfile, Aguirre también había hablado con el regidor. "Le dije: 'que mal lo has hecho, ahora que estabas tan bien calladito, has vuelto a meter la pata", reconoció ella a los periodistas.
Gallardón vuelve a discutir, pero con Zapatero. Gallardón protagonizaría otro enfrentamiento seis años después, en ese caso con el presidente. En aquella ocasión el motivo fue la financiación de la capital. El regidor le reclamó soluciones para resolver el problema de refinanciación de la deuda y Zapatero le reprochó las contradicciones del PP, que pedía al mismo tiempo ajustes y más gasto.
Zapatero, abucheado. Un año antes, el tono de la conversación había sido más moderado. Mientras estuvo al frente del Gobierno, Zapatero tuvo que hacer frente a pitadas prácticamente cada 12 de octubre. En 2009, le decía resignado a Gallardón: "Es el rito de todos los años". En la conversación también estaba presente la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Entre los pitidos se escuchaba "¡Za-pa-te-ro, di-mi-sión!".
Rajoy y "el coñazo de desfile". El de este año ha sido el primer desfile de Mariano Rajoy como presidente. En 2008, los micrófonos le jugaron una mala pasada. "Mañana tengo el coñazo del desfile. En fin, un plan apasionante", se le oyó decir, en lo que pretendía que fuese una confidencia a Javier Arenas. Ocurrió durante la clausura de la XIII Interparlamentaria del PP en A Coruña y le obligó a emitir un comunicado. "Al parecer, una expresión coloquial propia de una conversación de ámbito privado ha transcendido de ese ámbito privado al público", aseguró en una nota. "Para despejar cualquier duda o mala interpretación, quiero reiterar mi postura ya conocida de máximo respeto, afecto y apoyo a nuestras Fuerzas Armadas, así como a la celebración de la Fiesta Nacional", señalaba y añadía: "Aprovecho la ocasión para animar, otro año más, a todos los españoles, a celebrar con entusiasmo la fecha que nos recuerda nuestra convivencia en común".
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