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España da por hecho el éxito de la Cumbre Iberoamericana de Cádiz

Margallo se reúne con los cancilleres iberoamericanos en Nueva York

MIGUEL GONZÁLEZ | ENVIADO ESPECIAL
García-Margallo, hoy con los cancilleres iberoamericanos.
García-Margallo, hoy con los cancilleres iberoamericanos.EFE

El Gobierno da por hecho que la cumbre iberoamericana que se celebrará el 16 y 17 de noviembre en Cádiz será un éxito. Al menos, en cuanto a asistencia. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se ha reunido hoy a desayunar en Naciones Unidas con los cancilleres y la participación en la ha sido notable. Doce países han estado representados por su ministro de Asuntos Exteriores y otros seis por su viceministro. Solo han faltado Portugal, Bolivia, Venezuela y Paraguay. La ausencia de este último país es obligada, pues sus vecinos amenazaban con boicotear la próxima cumbre si acudía el residente Federico Franco, cuya legitimidad no reconocen. La de Venezuela se explica por la proximidad de las elecciones del 7 de octubre. Así que en Cádiz no se espera a Franco, se duda de que venga Chávez y se cuenta con todos los demás, con la excepción de Raúl Castro, que nunca acude a estas citas y de Cristina Fernández, que en el último momento podría dar la espantada, dadas las tensas relaciones con España desde la expropiación de las acciones de Repsol en YPF.

El probable lleno de la cumbre de Cádiz no significa que el futuro de la comunidad iberoamericana esté asegurado. El fiasco de la cita de Asunción, a la que faltaron la mitad de los invitados, en diciembre pasado, fue una señal de alarma que no se puede pasar por alto. Por eso, Margallo propuso a sus homólogos la creación de un grupo de reflexión que analice, después de Cádiz, el futuro de las cumbres. Se da por sentando que a partir de la de Panamá, en 2013, pasarán a ser bianuales. También habrá que llenarlas de contenidos. La creación con un mecanismo de arbitraje de conflictos comerciales, con sede en Brasilia, es un caso práctico; aunque no sirva para dirimir conflictos como el que enfrenta a Repsol con el Estado argentino.

Como es tradicional, Margallo se ha ofrecido a sus homólogos iberoamericanos como defensor de sus intereses ante la UE. Pero ahora lo tiene mucho más difícil. La entrada de Venezuela en Mercosur, aprovechando la suspensión temporal de Paraguay, aboca a un callejón sin salida las negociaciones para un acuerdo comercial con la UE. El camino a seguir se verá en la cumbre UE-América Latina y Caribe prevista en enero en Chile.

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Sobre la firma

MIGUEL GONZÁLEZ | ENVIADO ESPECIAL
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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