Aguirre y sus choques con Rajoy
Entre las discrepancias más recientes se encuentra la protagonizada por el 'caso Bolinaga'
La aún presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido una de las dirigentes del PP que más enfrentamientos ha protagonizado con Mariano Rajoy. Incluso amagó con disputarle la presidencia del partido en 2008. Esa lista de choques ha aumentado con Rajoy ya como presidente a cuenta de decisiones tomadas por el actual Ejecutivo. Entre las discrepancias más recientes se encuentra la surgida por la excarcelación del preso de ETA, Jesús María Uribetxeberria Bolinaga, enfermo de un cáncer terminal. Aguirre fue además la cara más visible del PP contra la subida del IVA que llevó a cabo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010 y ahora ha tenido que verse en la tesitura de justificar el incremento de este impuesto por parte de su partido.
Hace dos semanas, se vivió una reunión muy tensa del Comité Ejecutivo Nacional presidida por Rajoy. La presidenta madrileña y el portavoz del partido en el Parlamento europeo, Jaime Mayor Oreja, mostraron a sus compañeros su oposición a la decisión adoptada por el Ministerio del Interior de conceder el tercer grado a Bolinaga. Aguirre sentenció: “Admito que todo lo que se ha hecho es legal, pero también lo habría sido tomar la decisión contraria, y esto último es lo que yo hubiera hecho”. La presidenta expuso así en esa reunión interna una postura que ya había planteado abiertamente ante los medios de comunicación.
Más suave fue con la subida del IVA. Ella encabezó una rebelión institucional cuando Zapatero incrementó este tributo y cuando su formación ha vuelto a hacerlo este año salió al paso con el argumento de que las circunstancias obligaban a ello: “Estoy en contra de todas las subidas de impuestos pero entiendo que España está en una situación muy complicada y estoy de acuerdo con lo que el presidente del Gobierno haga”.
“Soy el verso suelto dentro del poema”, dijo Aguirre en 2008 durante el XVI Congreso del PP
Aguirre también ha reabierto en las últimas semanas el debate sobre la ley antitabaco, una vez que se conoció que el magnate estadounidense Sheldon Adelson pretende construir Eurovegas en la Comunidad de Madrid. La ley prohíbe fumar en locales de ocio y restauración pero la lideresa insistió la semana pasada en que se debería permitir el consumo de tabaco en los locales de juego. Tanto desde el Ejecutivo central como desde el PP la desautorizaron. Un portavoz del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad aseguró que aún no habían recibido ninguna propuesta formal de la Comunidad de Madrid para que se modificase la actual normativa. Pese a que la ministra Ana Mato ha admitido en alguna ocasión que "escuchará y valorará" todas las propuestas que se le hagan, las mismas fuentes insistían en que no hay intención de modificar la ley vigente desde enero de 2011. En la misma línea, la secretaria general de los populares, Dolores de Cospedal, aseguró que su partido "no se ha planteado de ninguna manera cambiar la ley antitabaco".
En abril, tras reunirse con Rajoy en La Moncloa, la dirigente popular revolucionó el debate en el PP con otra propuesta: la devolución de las competencias de sanidad y educación al Estado, algo que nadie en el partido había planteado nunca. La presidenta sugirió la necesidad de aprovechar la crisis para hacer las reformas más profundas, porque los ciudadanos están dispuestos a aceptarlas. Sin citarla, el propio Rajoy respondía después en el Senado a una senadora navarra que él “ni discute ni siquiera se plantea” un debate sobre el Estado autonómico que está en la Constitución. En el debate sobre el estado de la región celebrado hace tan solo unos días, lejos de cesar en su empeño, Aguirre reiteró la necesidad de revisar a fondo el modelo de las autonomías. "España necesita menos estructuras estatales, autonómicas, municipales y burocráticas. España necesita un Estado fuerte. Para reducir estructuras superfluas, sigo proponiendo una revisión del Estado autonómico", argumentó.
A finales del año pasado, tras las elecciones generales del 20-N y con Rajoy a punto de ser investido presidente, Aguirre destituyó a Francisco Granados como secretario general de los populares madrileños y colocó en su lugar a Ignacio González, su número dos y quien ahora la sustituirá. La explicación inmediata de los fieles de Mariano Rajoy consultados en aquel momento fue muy clara: ella había visto que su poder estaba en cuestión dado que el marianismo, al que se enfrentó, iba a tener en sus manos el control de todo el partido y el poder institucional, y decidió atrincherarse en Madrid. La misma presidenta reconoció en aquellos días la existencia de divergencias en el PP por esa decisión.
El vicepresidente y mano derecha de Aguirre está abiertamente enfrentado con el presidente desde hace años, sobre todo desde que cuestionó su liderazgo en el Comité Ejecutivo después de la derrota electoral de 2008. Llegó a reprocharle que estaba "convirtiendo al PP en una segunda marca de los socialistas". González, como las otras personas críticas con Rajoy, fue apartado de la dirección. En aquel XVI Congreso del Partido Popular celebrado en Valencia, Aguirre dijo sentirse "poco escuchada" y se definió como "el verso suelto dentro del poema". En el nuevo equipo de gestión de Rajoy, la dirigente madrileña echó de menos a "mucha gente importante del partido", entre los que incluía a su vicepresidente primero. De cara a aquel congreso, ella misma había sopesado competir con Rajoy por la presidencia de la formación, pero finalmente no presentó su candidatura.
A principios de ese año, Aguirre había ganado el pulso frente al entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. En un encuentro celebrado en enero entre Mariano Rajoy, Ángel Acebes, Aguirre y Gallardón, se produjo una dura discusión a cuenta de las listas al Congreso. Aguirre advirtió: “Si se trata de ir en la lista para ayudarte a ti y al partido a arrastrar votos, yo me apunto. Creo que deberíamos quedarnos los dos en nuestros puestos, pero si creéis que es bueno que vayamos en las listas, estoy dispuesta”. Finalmente, y ante la decepción del regidor madrileño, Rajoy decidió que ambos se quedasen en sus puestos.
En octubre de 2009 las tensiones continuaban y en una reunión en su despacho con Aguirre, el ahora presidente del Gobierno vetó a González para presidir Caja Madrid e impuso a Rodrigo Rato. En noviembre del año pasado la designación de González al frente del PP de Madrid fue considerada todo un desafío al líder. Con la dimisión de Aguirre, ahora será González quien presida la Comunidad de Madrid.
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