El líder fulmina a los críticos

Mariano Rajoy no perdona disidencias. El pasado 30 de mayo se fotografiaron en un burladero de Las Ventas cuatro de los dirigentes del Partido Popular críticos con el presidente del partido: Juan Costa, Ignacio González, Gabriel Elorriaga e Ignacio Astarloa. Los cuatro que alardeaban de disidencia eran miembros del Comité Ejecutivo del partido, como lo eran también María San Gil y Carlos Aragonés.

Casi todos ellos expresaron abiertamente esa discrepancia en una reunión posterior del Comité Ejecutivo. Pero ninguno de esos seis estará en la nueva dirección del PP, porque todos ellos han sido fulminados por Rajoy, sin ningún esfuerzo para integrar a los discrepantes.

Sólo a Astarloa le ofreció Rajoy seguir en la cúpula del PP, pero él declinó la oferta y emitió ayer un comunicado en el que renuncia a todos sus cargos, incluida la Portavocía de Justicia en el Congreso, para seguir como diputado raso. Su renuncia tendrá consecuencias políticas porque Astarloa es el interlocutor reservado del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre asuntos de terrorismo y negocia con el PSOE el Pacto de la Justicia. Sus funciones las asumirá el ex ministro de Defensa y ex presidente del Congreso, Federico Trillo.

Pizarro, el fichaje estrella de las elecciones, también se queda fuera

El adiós de Astarloa tiene también el significado simbólico de que, tras la marcha de Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, era el último que quedaba en la cúpula del partido de los que gestionaron públicamente el 11-M hasta las elecciones de 2004. Era entonces secretario de Estado de Seguridad y, además, fue la cara de la oposición al Gobierno de Zapatero en asuntos de terrorismo.

Aragonés, ex jefe de Gabinete de Aznar, era vocal pero formaba parte de las reuniones de maitines. Tampoco estará en el Comité Ejecutivo Manuel Pizarro, el fichaje estrella de Rajoy para las pasadas elecciones.

El anterior equipo de dirección del PP tenía un secretario general y seis secretarios ejecutivos y de ellos hay cuatro que no estarán en el Comité Ejecutivo: Ángel Acebes, Sebastián González, Ignacio Astarloa y Gabriel Elorriaga. Han cambiado de responsabilidad Soraya Sáenz de Santamaría (portavoz parlamentaria) y Miguel Arias Cañete (presidente del Comité Electoral).

Sólo se mantiene con la responsabilidad de Participación Social, ahora como coordinadora, Ana Pastor. Los nuevos coordinadores son Juan Carlos Vera y José Antonio Bermúdez de Castro, que eran secretarios, en Organización y Electoral; Cristóbal Montoro, en Economía; Federico Trillo en Justicia y Libertades Públicas, Juan Manuel Moreno en Política Autonómica, y Jorge Moragas en Relaciones Internacionales. Este último, además, gana peso porque ejercerá funciones de jefe de gabinete del presidente del partido. Montoro oficializa su ascenso en el control de los asuntos económicos, al sumar el cargo en el partido a la portavocía en el Congreso.

En la anterior dirección había 14 secretarios y ahora sólo habrá seis. Repiten sólo Álvaro Nadal, José María Lassalle, Sandra Moneo y Rafael Rodríguez Ponga. Se incorpora el andaluz Juan José Matarí, histórico del aparato del PP y del equipo de Arenas.

Han cambiado de responsabilidad seis secretarios: José Luis Ayllón, José Antonio Bermúdez de Castro, Jorge Moragas, Juan Manuel Moreno, Juan Carlos Vera y Elvira Rodríguez. Salen de la dirección tres secretarios: María Eugenia Carballedo, Julio Sánchez Fierro y Baudilio Tomé. De los 39 vocales del Comité Ejecutivo hay 21 nuevos y 11 que se van.

Según la procedencia de los miembros de la nueva dirección, Javier Arenas, reconocido como nuevo hombre fuerte del aparato del partido, se encargó ayer de dejar claro el incremento de dirigentes procedentes de Andalucía. En total son 13, cuatro más de los que había antes en el partido.

De la Comunidad Valenciana había dos vocales y ahora habrá uno más, al que se suma el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons. Del País Vasco hay dos, uno más que antes, y de Cataluña tres, dos más.