Defensa deja el desfile del 12 de octubre sin aviones ni tanques para ahorrar

Ni aviones ni carros de combate. La tijera del ajuste ha llegado al desfile de la Fiesta Nacional, el más vistoso de cuantos celebran cada año las Fuerzas Armadas. El Ministerio de Defensa considera que en una época de duros sacrificios presupuestarios no sería entendible la imagen de derroche propia de una exhibición militar y ha decidido recortar al máximo el coste del desfile que el próximo 12 de octubre recorrerá el centro de Madrid.

“La celebración de la Fiesta Nacional se caracterizará por su austeridad y sobriedad. Se trata de conjugar la solemnidad propia del acto con el esfuerzo solidario que está realizando el conjunto de la sociedad española para superar la crisis”, afirman fuentes de Defensa. En definitiva, se trata de hacer ahorros y pasar de 2,8 millones de euros que costó la parada militar en 2011 a un máximo de un millón. Un recorte de entre el 60% y 65%.

Se mantendrá el desfile a pie (con participación de los tres Ejércitos, la Unidad Militar de Emergencias y la Guardia Civil) y también el trayecto: desde la estación de Atocha hasta la plaza de Colón. Pero se suprimirá el desfile aéreo (en el que el año pasado participaron 55 aeronaves, entre aviones y helicópteros), salvo la tradicional pasada de la Patrulla Águila, que dibuja la bandera española en el cielo con humo de colores. Tampoco habrá tanques Leopardo ni vehículos de combate arrastrando sus cadenas por el pavimento. En definitiva, no se quemarán millones de litros de queroseno.

Con la mitad de los vehículos del Ejército de Tierra parados por falta de combustible, y los días de mar y horas de vuelo por debajo del mínimo necesario para mantener la operatividad, los desfiles se han convertido en un lujo. Ya se suprimió la exhibición militar en el Día de las Fuerzas Armadas, celebrado el pasado 2 de junio en Valladolid, que también estuvo marcada por la austeridad, con un coste aproximado de 400.000 euros, frente a 1,3 millones del año anterior.

El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes un crédito extraordinario de 1.782 millones para Defensa, lo que supone incrementar en un 28,21% el presupuesto de 6.316 millones aprobado por el Parlamento, pero este dinero no puede destinarse a gasto corriente, ni siquiera a nuevas inversiones, sino solo al pago de las obligaciones contraídas por entregas ya realizadas de nueve grandes programas de armamento.

En concreto, se abonarán pagos correspondientes al avión de combate EF-2000 (1.171,6 millones), el carro de combate Leopardo (242,3), el Buque de Acción Marítima (187,8), el helicóptero Tigre (76,2) el misil IRIS-T (38,9), el misil Spyke (27,8), el obús 155/22 (16), el helicóptero de la UME (21,2) y los sistemas CIS de la UME (0,7). Este crédito extraordinario no incrementará el déficit (pues los compromisos de pago ya se habían contabilizado), pero sí la deuda pública con cargo a la cual se financiará.

La supresión de las aeronaves y de los vehículos de combate no restará interés al desfile del 12 de octubre. Será la primera vez que acuda Mariano Rajoy desde que llegó a La Moncloa y está por ver si también recibirá abucheos del público, como llegó a ser costumbre con su antecesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero, lo que llevó al Gobierno a plantearse la aprobación de un protocolo para garantizar que se guardara silencio en los momentos más solemnes del acto, como el homenaje a los caídos.

La Fiesta Nacional también ha sido escenario de sonadas metidas de pata: Zapatero no se puso de pie al paso de la bandera estadounidense en 2003, lo que se interpretó en Washington como una ofensa; y el propio Rajoy fue cazado en 2008 por un micrófono cuando confesaba que el desfile le parecía un “coñazo”.

Con toda seguridad, esta vez no se lo parecerá. En todo caso, quienes no gusten de desfiles tendrán la opción de acudir a los museos nacionales que, siguiendo la costumbre iniciada el año pasado, abrirán gratuitamente sus puertas.