El camuflaje de un fiasco
La huelga de hambre impuesta por la minoría de presos etarras más radical ha sido un fracaso
Decir a estas alturas que las instituciones democráticas han ofrecido un espectáculo lamentable en la gestión del caso Bolinaga, resulta un tópico. Como resulta un clásico el oportunismo político de Mayor Oreja y compañía a la hora de abordar estos asuntos de los que se ha aprovechado en esta ocasión el colectivo de los presos de ETA para camuflar como victoria lo que ha sido un fiasco.
El colectivo de presos de ETA está dividido y la huelga de hambre, impuesta por la minoría más radical, ha sido un fracaso. La inmensa mayoría de los presos no siguió realmente la huelga de hambre que también se le impuso al preso enfermo, Josu Uritxeberria Bolinaga contra la opinión de los médicos y de su familia.
Al final, ante el riesgo de que la enfermedad de Uritxeberria se agravara aun más, la familia le convenció hace ya días de que cesara la huelga de hambre.
El sector más radical de la derecha está tratando de bloquear la gestión racional y legal que desde las instituciones democráticas tratan de hacer con los presos de ETA tras el cese definitivo de la violencia. Pero el colectivo de presos de ETA también está enquistado.
La minoría más radical impidió en junio que el colectivo de presos de la banda asumiera en un manifiesto la reinserción individual y el reconocimiento del daño causado a las víctimas del terrorismo. Un impedimento que ha alimentado las posiciones más cerriles de la derecha, como se ha visto en las últimas semanas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.