El juez archiva la investigación al ministro Fernández por revelación de secretos

El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez ha archivado esta mañana su investigación contra el ministro del Interior por presunta revelación de secretos en la rueda de prensa que dio el pasado 19 de julio sobre el secuestro de Publio Cordón y en la que reveló datos protegidos por el secreto de sumario. Bermúdez llega a la conclusión de que Jorge Fernández Díaz "no tenía conciencia del deber de reserva por mandato judicial", es decir, que el máximo responsable policial español no sabía que lo que estaba contando a los medios en su comparecencia eran datos secretos.

El magistrado llega a esa conclusión analizando la rueda de prensa que el ministro dio al día siguiente, el día 20, para ampliar la información que había facilitado al día anterior. "Así se desprende, por ejemplo, que cuando se le pregunta por datos que había facilitado el día anterior o relacionados con ellos, contesta diciendo que hay 'datos de la investigación que no puede revelar' o no contesta a la pregunta por 'la prudencia que exige la investigación", según recoge Bermúdez en su resolución. Es decir, que entre su primera comparecencia y la segunda, alguien le avisó de su deber de discreción.

En su polémica comparecencia, recuerda el juez, Fernández reveló "datos sensibles que no debieron ser divulgados porque estaban protegidos por el secreto del sumario y además eran la esencia de la imputación que se hacía a algunos de los detenidos y la base sobre la que desarrollar nuevas investigaciones para intentar aclarar cuál había sido la intervención concreta de dos de los detenidos", en el secuestro y presunta desaparición de Publio Cordón.

Los datos secretos revelados por Fernández fueron los siguientes: que Cordón permaneció retenido en Lyon en una vivienda de dos pisos dentro de un armario zulo cerrado con una cadena. Que dicha vivienda fue alquilada con documentación falsa por José Ramón Teijelo, uno de los detenidos. Que Cordón falleció el decimoquinto o decimosexto día de su cautiverio porque en el armario en el que fue enclaustrado había unas marcas a modo de calendario. Que el empresario zaragozano rompió la cadena del armario y murió al caer por la ventana del primer piso al tratar de escapar y que en el cobro del rescate tuvo "una intervención destacada Manuela Ontanilla Galán", también detenida.

Bermúdez sostiene que para que pueda apreciarse el delito que indiciariamente le imputaba —descubrimiento o revelación de secretos— "es necesario que la persona que divulga la información tenga conocimiento de que está facilitando datos protegidos por la declaración del secreto procesal y, no obstante, los revele". En este caso, lo que queda probado, según el juez, es que el ministro desconocía la importancia de no revelar la información que estaba contando.

El juez también exime de culpa a los cargos de la Guardia Civil que informaron al ministro sobre la operación desarrollada en Francia. "Tampoco deben ser objeto de persecución penal, pues actuaron dentro de la obligación de reportar legalmente establecida, sin que, por otro lado, el olvido o descuido en prevenir al ministro del carácter secreto de las actuaciones tenga reproche penal alguno.