Madrid y Barcelona, ¿todavía a la espera de Adelson?
El desmentido de la empresa de Adelson coloca la pugna por Eurovegas en el punto de partida
Sheldon Adelson está acostumbrado a pasearse entre mimos. Fue así la semana pasada, cuando hizo acto de presencia en la convención republicana en Tampa (Florida) y vivió una situación similar a la de hace unos meses en España, cuando desembarcó con su macroproyecto de Eurovegas bajo el brazo. Pero mientras que el equipo de Mitt Romney sabía cuánto dinero había aportado el magnate del juego a su campaña, los Gobiernos de Cataluña y Madrid, que han rivalizado por quedarse con la inversión (y los puestos de trabajo, hasta 260.000 prometidos, entre directos e indirectos), desconocían si sus atenciones habían valido la pena.
Si las palabras pronunciadas hoy por el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, acaban siendo ciertas, será Alcorcón (Madrid) la que se lleve el pastel y la presidenta Esperanza Aguirre será consciente de que el esfuerzo no habrá sido en balde. De momento, no obstante, Las Vegas Sands, sigue sin enseñar sus cartas y fuentes de la compañía aseguran que la decisión definitiva sigue sin tomarse.
En los últimos días, lo que sí parecía seguro era el desembarco de los hoteles, casinos y centros de convenciones de Adelson en España. No corría peligro su llegada, incluso a pesar del riesgo de rescate que acecha al país. A finales de la semana pasada, los miembros del consejo de administración de Las Vegas Sands ya habían tomado una decisión individual y faltaba solo consensuar la elección en una reunión conjunta. A estas horas falta saber si esa reunión se ha producido ya. La única decisión conocida hasta ahora era que la decisión se comunicaría oficialmente en estos primeros días de septiembre. El grupo estadounidense ya ha empezado a buscar entre bancos de EE UU, Asia y Europa el 70% de la financiación requerida (6.000 millones de euros en su primera fase) para el proyecto.
En espera de la inminente llegada de este maná, los Gobiernos de la Comunidad de Madrid y la Generalitat de Cataluña han mantenido actitudes opuestas en estas últimas semanas. Positivos los primeros, muy silenciosos los segundos, aunque confiados los catalanes, que confiaban en haber recortado la ventaja que en muchos momentos parecía tener Madrid.
Si bien Adelson contactó con ambas administraciones en 2007, solo captó el interés del madrileño en aquel entonces, con el que mantuvo varios contactos hasta 2008. Ese año, los problemas de liquidez de Las Vegas Sands y el inicio de la crisis financiera impidieron que el proyecto europeo avanzara, cuando ya estaban en marcha los nuevos resorts de Macao y Singapur. Pero a finales de 2011, con los negocios asiáticos a pleno rendimiento, Adelson volvió a la carga. La inversión venía acompañada de exigencias, como la modificación del Estatuto de los Trabajadores, cambios en la Ley de Extranjería y en la Ley Antitabaco, exenciones en materia de seguridad social, mejora de infraestructuras y rebajas fiscales, entre otros. Cambios que requerirían el concurso de todas las Administraciones.
La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, que llegó a hablar de “cambiar todas las leyes que haya que cambiar”, negó ninguna modificación por el momento. Pero el pasado mes de julio, la Comunidad de Madrid amplió la redacción de uno de los capítulos de la Ley de Medidas de Política Territorial, Suelo y Urbanismo, para ampliar las suposiciones que se pueden considerar de Alcance Regional, una figura que sirve para “agilizar grandes planes urbanísticos”, según un portavoz del gobierno.
“Proyectos que supongan la implantación de actividades económicas que revistan interés por su relevancia en la creación de empleo, por la inversión que comporten o por la creación de riqueza para la región”, dice ahora la ley. El Gobierno de Aguirre niega todavía ahora que esta modificación tenga que ver con Eurovegas. “La ley está pensada para otros proyectos que se van a beneficiar de ello”, asegura Jesús Sainz, de PromoMadrid, la empresa pública que busca atraer inversiones para la Comunidad de Madrid y encargada de las negociaciones con Las Vegas Sands. “Otra cosa es que de esta ley se puedan beneficiar después”, concede.
Pero la oposición en Madrid lo tiene claro y habla de una ley “hecha a medida”, tal y como coinciden Enrique Cascallana y Luis de Velasco, diputados del PSM y UPyD respectivamente. Desde el PP también hay voces en ese sentido, aunque siempre en privado. Personas próximas a Ana Botella, alcaldesa de Madrid, reconocen que la ley “por supuesto que está pensada para Eurovegas”. Además, si finalmente se confirma que Alcorcón gana la partida, en el consistorio de la capital estarán encantados, ya que extraoficialmente consideraban las exigencias de Adelson como “draconianas”.
Madrid tenía dudas y sabía de la enorme dificultad que supondría para su ayuntamiento tener que explicar a la ciudadanía determinadas actuaciones para hacer posible la llegada del macrocomplejo a la capital de España. “Las Vegas Sands pide bonificaciones fiscales para el 100% de los terrenos. Sin embargo, luego dicen que no utilizarían todo el suelo para sus negocios. No pagarían impuestos de plusvalías para el 100% del terreno y sin embargo luego podrían vender una parte del suelo habiéndose beneficiado antes de los descuentos”, ejemplifican. Resumiendo su sentir, mejor que Eurovegas se asentara a las afueras, por ejemplo en Alcorcón, porque tendría idéntico impacto positivo al generarse el mismo empleo y al atraer la misma cantidad de turistas, pero se evitarían los inconvenientes de tenerlo en casa. Mientras, desde el ayuntamiento de Alcorcón se ha optado por el mutismo en los últimos días.
En Cataluña, la Generalitat esperaba a conocer la ubicación definitiva de Eurovegas para iniciar sus cambios normativos, centrados en el urbanismo. La Generalitat pensaba elaborar una ley especial como la creada para construir el parque PortAventura para desencallar con urgencia un proyecto que alberga la esperanza de poder ubicar a caballo de cuatro municipios (Cornellà de Llobregat, Sant Boi, El Prat y Viladecans) y afectando a un parque agrario cuyos terrenos están protegidos.
La oposición ha criticado que se puedan utilizar procedimientos legislativos especiales para beneficiar la construcción del macrocasino, que Las Vegas Sands quería empezar a construir en menos de un año. Y lamentan la nula información que la Generalitat ha facilitado sobre el proyecto. “No permitiremos que se cree Eurovegas como una isla legal”, aseveraba hace unos días Jaume Collboni, portavoz del PSC. El partido, no obstante, ha sufrido un intenso debate en torno al proyecto y en cada uno de los municipios afectados sus grupos han votado diferente. En Cornellà, población de la que es alcalde Antonio Balmón, número dos del aparato socialista, se votó a favor del complejo.
La posible llegada de Eurovegas a la zona prevista por la Generalitat ha irrumpido en la zona con continuos rumores sobre la compra de fincas en Cataluña se han avivado en los últimos meses, pese a que las 800 hectáreas que las administraciones ofrecerán a Las Vegas Sands serán expropiadas. El Fútbol Club Barcelona, el primero que tuvo contactos en 2006 con Las Vegas Sands para construir el proyecto, es uno de los propietarios que quedaría afectado. Dispone de más de 60 hectáreas en dos zonas diferentes en Viladecans, en una zona no urbanizable cercana al aeropuerto de El Prat en el que familias influyentes de Barcelona tienen posiciones.
En Madrid, si el proyecto Eurovegas se acoge a la figura de proyectos de Alcance Regional recientemente modificado, los terrenos podrían someterse también a expropiaciones. Las fincas que le interesan a Adelson son, en la región, propiedad de ayuntamientos, Comunidad de Madrid, y un amplio ramillete de sociedades inmobiliarias como Metrovacesa, Pryconsa, Altamira o Zapata, entre otras muchas.
Europa Vegas, el nombre con el que la compañía estadounidense ha registrado el proyecto, ha suscitado rechazos de plataformas ciudadanas y de ecologistas. En estos contactos han participado personas destacadas dentro de la comunidad judía en España, atendiendo a las creencias de Adelson y su esposa. En Madrid, las instituciones judías dicen no entender que se les relacione con el proyecto. “En todo caso se tratará de iniciativas privadas de algunos de los miembros de nuestra comunidad”, dice una portavoz. Lluís Bassat, uno de los conocidos miembros de la comunidad judía barcelonesa asegura que no hay apoyos al proyecto de ninguna organización.
Figuras como Isak Andic y Carles Vilarrubí –de esposa judía– han movido los hilos en Barcelona para que el proyecto cuajase. Mientras, David Hatchwell ha sido uno de los guías del proyecto en Madrid. Hijo de Mauricio Hatchwell, fallecido el año pasado y amigo personal de Adelson por las conexiones de ambos con Israel (Adelson es un gran defensor de este Estado y financiador de causas judías), siempre se ha mantenido en silencio. También ahora. Fuentes próximas a él explican que “no tiene nada que comentar” y que simplemente se trata de “dos amigos que se están ayudando” para hacer negocios.
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