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El narcotraficante Oubiña abandona la cárcel después de 11 años

El excapo de la droga se enfrenta a un nuevo proceso en la Audiencia Nacional

Laureano Oubiña, gran capo del narcotráfico gallego entre los años ochenta y noventa, salió en la tarde de este martes de la cárcel de Navalcarnero, tras pasar 11 años ininterrumpidos en prisión por tres condenas de tráfico de hachís.

Antes, por la mañana, había tenido que hacer frente al juicio que desde hoy se sigue contra él en la Audiencia Nacional, un proceso que se ha alargado más de 10 años por dilaciones indebidas. La Fiscalía Antidroga solicita seis años de prisión para el narcotraficante gallego por blanquear dinero procedente de la droga mediante la compra de un lujoso chalé en Vilagarcía de Arousa y una finca en Sanxenso (Pontevedra). En el banquillo se sientan también su hijastro, David Pérez Lago, y otros siete encausados.

Durante la vista, en línea con sus anteriores juicios, Oubiña aseguró que “jamás de los jamases” blanqueó dinero del narcotráfico. Su argumento es que ha estado preso durante largos periodos desde 1990, por lo que no ha podido obtener ingresos ni participar en la compra de ninguna propiedad. "Una cama para dormir, con una ducha y una cocina, el resto me sobra", afirmó el acusado.

Cuestionado sobre los inmuebles de Sanxenxo y Vilagarcía de Arousa, que supuestamente compró con su mujer, ya fallecida, Oubiña negó haber participado en estas operaciones. “Nunca me metí en lo que es la casa, ni en fincas, ni hostias", insistió, para después disculparse por su vocabulario. “Es defecto del animal, y el animal en prisión va a peor”, dijo.

Oubiña también tuvo que dar explicaciones por el Pazo de Baión, vivienda que compró en 1987 gracias a los beneficios obtenidos con la venta de una empresa de camiones frigoríficos y el contrabando de tabaco. El acusado sostuvo que no realizó su primera operación de compra-venta de hachís hasta 1997, por lo que no pudo emplear dinero ilícito en su adquisición.

Oubiña se definió durante el juicio como "un animal que va a peor en prisión"

Pintoresca fue también la respuesta del narcotraficante a las preguntas del fiscal sobre la compra de un coche de lujo en la que constaba su nombre. "Oubiña y Oubiña Piñeiro hay muchos, y no somos ni primos, ni hermanos, ni nada. Hasta hay un pueblo que se llama Oubiña", argumentó el procesado.

Se trata del segundo juicio al que se enfrenta Oubiña este mes. El pasado día 4, la Audiencia Nacional le juzgó, junto a su compañera sentimental y a su primo, por blanquear más de 4,5 millones de euros procedentes del narcotráfico. En ese juicio, todavía pendiente de sentencia y en el que se enfrenta a 8 años de prisión, su primo y hombre de confianza durante años declaró, contra pronóstico, como testigo de cargo del fiscal, admitiendo que el dinero que había manejado por indicación de Oubiña procedía del tráfico de drogas.

Oubiña ha cumplido ininterrumpidamente 11 años de prisión por organizar la entrada de tres alijos de hachís entre 1997 y 1999, a pesar de su batalla judicial para obtener permisos penitenciarios y la libertad condicional. Es el preso más antigüo de las cárceles españolas por este delito.

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