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“Arenas sigue aquí porque le necesito yo. Para que quede claro”

Rajoy zanja las dudas del PP sobre el futuro del dirigente andaluz en Madrid

Francesco Manetto
Arenas y Cospedal se saludan el viernes al inicio de la reunión del PP en San Sebastián.
Arenas y Cospedal se saludan el viernes al inicio de la reunión del PP en San Sebastián.J. ETXEZARRETA (EFE)

Bastaron ayer unas palabras de Mariano Rajoy para zanjar, aparentemente, un debate de enfrentamiento interno y abrir un nuevo escenario. Todo, a cuenta de una pregunta: ¿Cuál va a ser el futuro de Javier Arenas? El presidente del Gobierno exhibió en la clausura de la unión interparlamentaria del PP en San Sebastián mucho más que su respaldo al vicesecretario de Política Local y Autonómica.

“Arenas sigue aquí y seguirá aquí porque él quiere, porque le necesitamos y, sobre todo, porque le necesito yo. Para que quede claro”. Pero el jefe del Ejecutivo no se limitó a vincular a sus planes las funciones del veterano dirigente popular, que el lunes pasado precipitó su abandono de la primera línea de la política en Andalucía. Rajoy también hizo hincapié en ese futuro al recordar que, si bien “ha aportado muchísimo” al Partido Popular, “lo más importante es lo que tiene que volver a aportar, que va a ser mucho más de lo que ya aportó”.

Arenas lo ha sido prácticamente todo: secretario general del PP, ministro y hasta vicepresidente segundo en la etapa de Aznar. ¿A qué se refería Rajoy? ¿Queda resuelto su papel en el partido después de que la actual secretaria general, Dolores de Cospedal, lo limitara públicamente a lo territorial? ¿Ocupará algún puesto en el Gobierno?

Fuentes del PP aseguran que lo que se ha llamado “desembarco” en Génova en realidad no lo es, puesto que en principio Arenas mantendrá el mismo cargo, y que necesita descansar de los focos tras esa victoria que sabe a derrota el pasado 25-M. Pero la opinión en el entorno próximo al dirigente popular es que “Génova ahora mismo es un lugar lleno de espacios vacíos”. Y que, también gracias a un cargo que le permitirá un contacto constante con los barones, Arenas acabará ocupando esos espacios de coordinación y comunicación.

Muchos ven en el aterrizaje en Madrid de su mano derecha, Antonio Sanz, como portavoz adjunto en el Senado y colaborador de su vicesecretaría, un primer paso en ese sentido. Otros, en cambio, apuntan a que se ha tratado de un detalle de Cospedal, con la que Arenas tiene una relación desconfianza mutua. Mientras, fuentes parlamentarias apuestan por su entrada en el Gobierno a medio plazo, tras una remodelación posterior a una salida de Miguel Arias Cañete, en las quinielas como futuro comisario europeo.

Lo que está claro es que la decisión de Arenas provocó desconcierto y hasta cierto enfado, sobre todo en las filas de los dirigentes andaluces. Algunos consideran que tras lograr unir el partido como nadie, su marcha ha abierto ahora una etapa de incertidumbre, y en ese sentido creen que Juan Ignacio Zoido, centrado en la alcaldía de Sevilla, solo puede ser un presidente de transición. Para liderar el partido con vistas a las próximas autonómicas se necesita dedicación absoluta, tal vez un relevo generacional, apuntan. Pero, sobre todo, si el futuro líder no consigue mantener esa unidad, el PP andaluz tendrá un problema. Y por consiguiente lo tendrá el PP nacional.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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