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Dos presos de ETA culminan la ‘vía Nanclares’ con su libertad condicional

Fernández Pérez fue el primer expediente de libertad condicional abierto por Rajoy

Fernando de Luis Astarloa y José Manuel Fernández Pérez de Nanclares.
Fernando de Luis Astarloa y José Manuel Fernández Pérez de Nanclares.

Son los dos primeros presos que han culminado el programa de reinserción para presos de ETA diseñado por el anterior Gobierno socialista y apoyado también por el de Mariano Rajoy, la vía Nanclares. Fernando de Luis Astarloa y José Manuel Fernández Pérez de Nanclares han obtenido la libertad condicional tras desvincularse completamente de la organización, pedir perdón por sus crímenes y hacer frente en la medida de sus posibilidades a las indemnizaciones derivadas de sus delitos. Las resoluciones del juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis de Castro, pone a ambos reclusos a disposición de Interior para que participen en los programas de mediación y encuentros con las víctimas que diseñe el ministerio.

Se trata de los dos primeros internos que alcanzan la libertad desde que, en 2010, el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, pusiera en marcha la vía Nanclares con el objetivo de abrir una brecha en el colectivo de presos de ETA. Tanto De Luis como Fernández han pasado por todos los estadios de ese programa. Primero fueron paulatinamente acercados a cárceles del País Vasco hasta recalar en la de Nanclares de Oca (Álava). Luego disfrutaron de permisos de hasta 36 días al año, accedieron a la semilibertad mediante el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario y alcanzaron el tercer grado. Ahora el juez culmina esa evolución con su libertad condicional después de que Instituciones Penitenciarias informara a favor en ambos casos.

Para acceder a esos beneficios, ambos manifestaron por escrito su renuncia a la violencia y reconocieron el daño causado, lo que les llevó a su desvinculación del colectivo oficial de presos de ETA o a su expulsión. “Deseo manifestar mi total desvinculación con la organización ETA por entender que la violencia no representa camino alguno para la obtención de objetivos políticos. Deseo igualmente manifestar mi arrepentimiento por el daño causado y pido disculpas a cuantos resultaron afectados por mis actuaciones”, decían ambos en sus cartas enviadas a Instituciones Penitenciarias. Fernández ha terminado prácticamente de pagar su indemnización a falta de 2.624 euros, mientras que De Luis ha comenzado a abonarla en pequeños pagos fraccionados.

Fernando de Luis Astarloa ha estado en prisión desde el 25 de marzo de 1987. Tenía prevista su libertad definitiva para marzo de 2008, pero la Audiencia Nacional le aplicó la doctrina Parot, lo que restrasó su salida hasta 2017. Estaba condenado por dos asesinatos, atentado, asesinatos frustrados, lesiones, estragos, depósito de armas y pertenencia a banda armada, entre otros delitos.

José Manuel Fernández Pérez de Nanclares, por su parte, fue detenido en mayo de 1992 por colaborar con el comando Vizcaya y sentenciado a 41 años de cárcel. Había sido cómplice de un atentado contra el guardia civil José San Martín Bretón al dar cobijo en su casa al asesino, Javier Martínez Izaguirre. Los agentes, además, hallaron en su chalé un zulo dispuesto para albergar a un secuestrado. Sus delitos: colaboración con banda armada, tenencia de explosivos, depósito de armas y atentado, entre otros. Ambos tienen cumplidas las tres cuartas partes de su condena.

En las dos resoluciones, el juez De Castro se dirige a Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, para que “estudie la posibilidad y pertenencia de la participación del penado en programas de mediación o encuentros con las víctimas”. El magistrado subraya que estos encuentros son “de carácter voluntario, especialmente para las víctimas”.

El ministro del Interior, Jorge Fernández, ha dado por finiquitada la vía Nanclares -a la que, desde su lanzamiento, se acogieron una veintena de presos, entre ellos históricos como José Luis Urrusolo Sistiaga, Carmen Gisasola, Idoia López Riaño o José Luis Álvarez Santacristina, Txelis- al no conseguir la adhesión de más reclusos por las resistencias del colectivo oficial de presos.

En su lugar se ha lanzado un nuevo programa que relaja los requisitos para los acercamientos de presos al exigir el abandono de la violencia pero no el perdón a las víctimas en este primer paso. En la segunda fase, la que da acceso a beneficios penitenciaros, los que se acojan a esta nueva política deberán reconocer el daño y pagar sus indemnizaciones. Es decir, tendrán que cumplir los mismos requisitos que José Manuel Fernández y Fernando de Luis. Los que exige la ley para los presos por terrorismo.

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