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"Os animo a que busquéis un futuro mejor donde quiera que se encuentre"

"A los siete días de casarnos, tuve que volver a trabajar porque las urgencias en la empresa tenían prioridad. Tras eso decidimos irnos de España"

Buenas tardes (aquí, allí debéis estar a punto de levantaros...).

La crisis que atraviesa España no es solo económica, lo es también de valores. No se siente ningún apoyo de unos políticos que todo lo resuelven apretando a los de siempre y facilitando a las empresas que cada vez tengan una mayor presión sobre el individuo. Eficiencia, lo llaman ellos. Esclavitud laboral y social, lo llamamos nosotros. Cómo puede el individuo realizarse si le quitan aquello que le hace sentirse mas vivo, que no es otra cosa que la sensación de éxito (tanto profesional como personal).

En nuestro caso, nos creímos aquello que nos contaban en nuestra Escuela Técnica de Ingenieros Superiores sobre que los ingenieros eran los reyes del mercado laboral...pero descubrimos amargamente que en España, seas lo que seas (a no ser que seas "hijo de alguien") la franja salarial es estrecha.

Tras luchar diariamente durante cinco años (porque no puede definirse a estar 14 horas al día al servicio de desalmados como 'trabajar') y haber experimentado que el método LIFO (del inglés last in, first out —los últimos en llegar, los primeros en irse) no es solo un método contable, conseguimos estabilizarnos ambos en la misma empresa (de las consideradas grandes y exitosas por nuestros lares). Pero en España la sensación de éxito (y por lo tanto, la sal de la vida) dura poco y con las típicas reseñas climatológicas: 'con la que esta cayendo fuera', y las odiosas comparaciones: 'quien tiene un trabajo es un privilegiado', volvimos gradualmente a las jornadas interminables y la nula conciliación familiar.

La gota que colmo el vaso fue que a los siete días de casarnos, tuve que volver a trabajar porque las urgencias en la empresa tenían prioridad sobre una de las experiencias personales más importantes que una pareja puede vivir.

Cuando regresé a mi hogar, le conté a mi esposa que las cosas no son así; que existen lugares donde las cosas, sin ser mas fáciles, sí son diferentes y mas equilibradas (cuatro veranos de beca en Alemania me avalaban el discurso). Con lágrimas en los ojos (de tristeza y de esperanza), tomamos la decisión.

Con prudencia y discreción (y respeto a la que era nuestra empresa), organizamos nuestra salida. Sorprendentemente, no fue difícil encontrar un trabajo fuera de España para los dos (ingenieros superiores, MBA, 2 idiomas...) por mas del doble del salario que recibíamos y con unos beneficios sociales inimaginables en la situación actual.

Presentamos nuestra renuncia y nos encaminamos a nuevos horizontes y ¡a la conquista del Oeste! —aunque Pittsburgh está en el este de los EEUU. Las cosas no fueron fáciles al principio, entre el idioma y el clima... pero el respeto de la empresa a nuestras facetas profesionales y personales nos compensó con creces.

De nuestra experiencia en Estados Unidos queremos compartir con la gente alguna información. Es cierto que despiden sin indemnización (aunque no lo hacen casi nunca, salvo que haya algún problema con el empleado) y no tienen seguridad social gratis; pero cuando pagan el triple que en España, los precios son mucho mas bajos (creedme que lo que nos cobran por todo es exagerado) y la presión fiscal es moderada, por lo que la población no se preocupa por los aspectos negativos. Solo que aumente el paro les quita el sueño y por eso todos los esfuerzos políticos se concentran en eso. Vergüenza debería de darles a los políticos patrios al leer estas líneas...

En fin, compañeros de tiempos difíciles, como dijo Virgilio: “La fortuna favorece a los valientes”. Así que os animamos a que rompáis las cadenas y os dirijáis a un futuro mejor donde quiera que se encuentre.

Un abrazo a todos desde la Ciudad de Acero,

Luis y Silvia

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