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protesta estudiantil

Así fue la #primaveravalenciana

La violencia policial en Valencia provoca la convocatoria de una jornada de huelga en educación

Policías nacionales antidisturbios cargan contra estudiantes en Valencia el pasado lunes.
Policías nacionales antidisturbios cargan contra estudiantes en Valencia el pasado lunes.CARLES FRANCESC

“Estaban pegando a una chica en la estación del Nord y me puse en medio, pero luego llegó una oleada de antidisturbios y me golpearon un par de veces hasta que caí al suelo y allí me atizaron con la porra”. Jorge Navarro tiene 19 años, estudia Atención Sociosanitaria, fue detenido el pasado lunes y salió de la Ciudad de la Justicia de Valencia escoltado por la policía a las cinco de la tarde del día siguiente. Llevaba la rodilla vendada, cojeaba al andar y su cuerpo estaba magullado de cintura para abajo por los golpes de las porras de los antidisturbios en las cargas contra los estudiantes. El atestado policial da esta versión: “Golpea con una mochila al inspector jefe 70.297”.

Guillermo Arroba, 18 años, estudiante de Bellas Artes en el Instituto Lluís Vives de Valencia, llevaba la camisa rota y manchada de sangre cuando salió del juzgado. Fue detenido en las cercanías de un restaurante donde había entrado para esquivar una carga policial. Asegura que le golpearon en el suelo y que incluso le metieron “los dedos en los ojos y en la nariz”.

Arroba niega que usara una silla para agredir a los agentes. “Lo que sí es cierto”, explica, “es que a un policía le mordí en la mano porque me estaba tapando la boca y la nariz para que no respirase”. La versión policial es la siguiente: “Se refugia en un Burguer King tras lanzar una silla a los agentes. Posteriormente, propina un mordisco al subinspector 83.760”, “tira al suelo a la policía y propina una fuerte patada al policía 106.875”.

La policía cargó tras semanas de acciones de protesta sin ningún incidente

Son las historias de dos estudiantes que participaron en las protestas que tuvieron lugar en Valencia entre el miércoles y el lunes pasado contra los recortes presupuestarios ejecutados por la Consejería de Educación. Son historias de violencia. Pero el movimiento estudiantil que luego ha sido conocido por el hashtag #primaveravalenciana empezó de forma absolutamente pacífica. Durante tres semanas, un grupo de entre 40 y 50 alumnos del IES Lluís Vives cortaron durante diez minutos calles céntricas de Valencia sin incidentes; pero el pasado día 15 la policía decidió intervenir, cargó y detuvo a Andreu, de 17 años, que fue liberado a las siete de la tarde. Un profesor del centro puso la primera denuncia en el Juzgado de Guardia por la actuación policial y por el trato recibido en la comisaría. El claustro del Lluís Vives condenó “la violentísima y desproporcionada actuación policial con el resultado de alumnos heridos y contusionados y con la ropa rota”.

En los días posteriores creció la protesta estudiantil, el dispositivo policial y su violenta intervención. El pasado lunes, las cargas de los antidisturbios concluyeron con 25 detenidos, seis de ellos menores de edad. El balance final fue de 41 estudiantes detenidos y un escándalo internacional por la violencia policial, a la que ha contribuido una delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, que se parapeta tras un jefe superior de policía que de joven trabajó en el grupo de estudiantes de la Brigada Político Social a las órdenes de Benjamín Solsona, El galletas.

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El origen del problema, según señala Sebastián Marín, vicepresidente de la asociación de padres del Lluís Vives, “tiene que ver con los recortes de la Generalitat” en la educación pública. Se ha dicho que un factor determinante de las protestas fue la falta de calefacción en el Lluís Vives. No es cierto. Pero sí lo es que en algunos colegios los alumnos han tenido que acudir con mantas.

La intervención del ministerio de Interior ha servido para rebajar la tensión. Se retiró la policía de la calle y no hubo más violencia. Para el día 29 está convocada una huelga general en el sector de la educación.

“Ahora sí que estás detenida”

La defensa de los 41 estudiantes detenidos, entre ellos los ocho menores, durante las cuatro jornadas de cargas policiales que se produjeron en las inmediaciones del instituto público Lluís Vives entre el miércoles 15 y el lunes 20 trabajan en preparar todos los expedientes. “Hay desde lesionados con contundencia, la menor con siete grapas en la cabeza”, hasta esguinces y magulladuras, aunque en muchos casos “faltan los partes médicos”. “El perfil medio de 19 de los detenidos es el de estudiantes de entre 20 y 24 años”, precisa a EL PAÍS el abogado que lleva los expedientes de los 25 arrestados en la jornada más conflictiva, la del lunes pasado. Las acusaciones más frecuentes son por “desobediencia” y “atentado a un agente de la autoridad”, con peticiones de penas de entre uno y tres años de prisión.

La acusación es provisional hasta que concluya la instrucción y el juez dé traslado al fiscal Vicente Montes.

Algunos de los testimonios de los estudiantes reflejan el maltrato recibido. Adrián, el estudiante de 20 años al que este periódico fotografió con la nariz rota y sangrando mientras se producía su arresto a las cuatro de la tarde de lunes, permaneció incomunicado en la comisaría de Zapadores por supuestamente darle una patada a un agente. “Nadie avisó a sus familias. Hasta las dos de la madrugada no le asignaron un abogado de oficio”.

Su novia, que trabaja en un municipio cercano a Valencia, se enteró de la detención por unos amigos que estaban en la manifestación y se presentó en la comisaría. “Cuando se identificó como la novia de Adrián la hicieron pasar para ‘tranquilizarlo’ y no salió hasta las dos de la tarde siguiente”, describe el letrado. “Una vez dentro, le dijeron: ‘Ahora sí que estás detenida”.

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