Tomás Gómez ya tiene rival
Los críticos en el PSM se decantan por la “frescura” de Pilar Sánchez Acera
Hileras, 4. Restaurante gallego Espazo Enxebre. Casco histórico de la capital. Fumata blanca. Una treintena de representantes de los diferentes sectores del Partido Socialista de Madrid (PSM), que se han distinguido por su oposición al secretario general, Tomás Gómez, por fin sellan un acuerdo. Pilar Sánchez Acera, de 37 años, será la rival del exalcalde de Parla en el congreso de dentro de dos semanas. Hay unanimidad.
Así, entre merluza y pulpo a feira, concluyen dos intensas semanas de búsqueda en las que se barajaron hasta siete nombres, entre ellos el del exministro Valeriano Gómez y el del líder sindical José Ricardo Martínez. Tras la negativa de varios pesos pesados, se optó por la “frescura” y “seriedad” de una cachorra del PSM.
Sánchez Acera no guarda muertos en el armario. Es del PSM de toda la vida: mamó el partido desde las Juventudes Socialistas, ha sido concejal y luego teniente de alcalde de Alcobendas, uno de los grandes municipios del norte de la capital, diputada regional y perteneció a la primera ejecutiva regional de Tomás Gómez.
Exteniente de alcalde de Alcobendas, fue parlamentaria y de la ejecutiva regional
Es mujer, joven y muy preparada (licenciada en Empresariales). No provoca rechazo entre los seguidores de Gómez más maleables, pero apoyó a Rubalcaba en el congreso de Sevilla, al que acudió como número dos de la lista de Jaime Lissavetzky.
Sabe lo que se cuece en la calle: es madre de tres hijas y trabaja en un banco. Y tiene los ojos azules. Ese era uno de los requisitos con los que la semana pasada se bromeaba en el aparato del PSM sobre cómo debía ser el rival de Gómez, mientras los críticos con el secretario general rastreaban por las agrupaciones en busca del mirlo blanco.
Apoyó a Jiménez en las primarias y a Rubalcaba en la pugna con Chacón
Gómez tenía 40 años, tres más que ella ahora, cuando ascendió a la cúpula del PSM con el bagaje de haber sido el alcalde más votado de España en dos ocasiones. Ella no ha sido nunca cabeza de lista, pero ha gestionado asuntos municipales y, además, le aventaja en que tiene experiencia en la oposición. Fue diputada en la Asamblea de Madrid en la legislatura pasada y destacó por ser el azote de la presidenta Esperanza Aguirre a cuenta de la Ley de Dependencia. El flanco abierto por el gran número de dependientes sin evaluar que arrastraba Madrid provocó la sustitución de la consejera Gádor Ongil. “Era buena parlamentaria, destacaba en los plenos”, coinciden varios compañeros de escaño, que la describen como una mujer activa, fácil de trato, echada para adelante y ambiciosa.
“Tiene un instinto de poder brutal, si no es secretaria general ahora, lo será más adelante”, corroboran fuentes que prefieren no ser identificadas de la corporación de Alcobendas, donde ocupó las concejalías de Economía y Hacienda, Seguridad Ciudadana y de Recursos Humanos con José Caballero como alcalde. “Tiene futuro”. Allí, explican, conserva el respeto de los funcionarios.
Sánchez Acera estaba entre las primeras voces críticas contra Gómez, en el entonces díscolo grupo parlamentario enfrentado a su líder. Apoyó a Trinidad Jiménez en las primarias de 2010 para elegir al candidato electoral contra Aguirre y eso le valió ser laminada de las listas del pasado 22 de mayo, cuando Gómez esquinó al sector crítico. Quienes se quejaron entonces a Ferraz ponían sobre la mesa el nombre de Sánchez Acera como una de las diputadas experimentadas que el PSM no se podía permitir el lujo de perder.
Pero ocurrió. Y la ahora candidata volvió a su vida anterior. Tras 12 años en política regresó a su puesto en un banco y a la vida familiar: es madre de tres hijas (la más pequeña nació hace tres años, cuando aún estaba en la Asamblea). Y se empapó de lo que pasaba en la calle. Una de las razones que ahora le han animado a dar el paso, según relata, es precisamente haberse dado cuenta en este tiempo de lo alejado que está el partido de lo que opina la gente de a pie.
Tiene en contra que no dispone de un púlpito desde el que darse a conocer al no ser diputada o edil —como le ocurrió a Gómez— y que dispone de apenas 10 días para darse a conocer y tratar de convencer a los delegados al congreso. Desde el aparato del PSM defienden que tiene un perfil “por debajo” del líder actual, lo que puede restarle votos. Pero admiten que ella “no tiene nada que perder”.
Frente a esta opinión, sus partidarios defienden que el cambio radical que aporta es lo que necesita el PSM. “Parece arriesgado, pero es la mejor candidata porque aporta aire fresco”, coinciden. Sánchez Acera no es una veterana de vuelta de la política nacional, pertenece al PSM tanto como Tomás Gómez y tampoco es una recién llegada a la que ha colocado Ferraz. Está baqueteada en la política regional, si bien es una desconocida para el gran público.
Ahora solo le falta recabar tantos apoyos en el PSM como rechazo suscita su rival, Tomás Gómez.
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