Manos Limpias centra su informe en que Garzón no investigó Paracuellos
El juez había atentado “contra los principios democráticos” al admitir a trámite las denuncias El archivo de la querella de Paracuellos “no fue un error”, sino un exponente de la “mala fe”
En la última sesión del juicio sobre la memoria histórica dedicada a los informes finales de las partes, la acusación popular ha modificado sus conclusiones provisionales introduciendo párrafos incriminatorios sobre la conducta de Garzón en el escrito copiado del auto del juez instructor Luciano Varela. La modificación fundamental se refiere a haber archivado la denuncia por los fusilamientos de Paracuellos, asunto que el instructor dejó fuera del proceso expresamente, como puso de relieve el defensor Gonzalo Martínez-Fresneda, quien resaltó que desbordaba el ámbito del procedimiento.
El abogado del pseudosindicato ultraderechista Manos Limpias, Joaquín Ruiz Infante, ha sostenido en su informe que Garzón había atentado “contra los principios democráticos” al admitir a trámite las denuncias de las asociaciones de Memoria Histórica. El abogado calificó de “prevaricadoras” todas las resoluciones de Garzón. Ruiz Infante se quejó del archivo de plano de la querella de Paracuellos, lo que deja claro que no puede abrir un procedimiento sobre la Guerra Civil. La valoración de que la querella de Paracuellos no era admisible “no fue un error”, sino un exponente de la “mala fe” del magistrado en los autos que dictó en relación con la Memoria Histórica.
Ruiz Infante ha hecho un discurso mediocre, entrecortado, monótono, redundando hasta el aburrimiento en el “archivo de plano, en 24 horas” de la querella por los fusilamientos de Paracuellos, pieza central de todo su discurso. “En 24 horas pudo conocer toda la causa general, toda la historia de los fusilados en Paracuellos y decidir que todo eso ya estaba juzgado. Lo que hizo fue archivar de plano, con quebranto de unas normas fundamentales de procedimiento”. Según el abogado, Garzón prevaricó con la decisión sobre la querella de Paracuellos, asunto que no se juzga ahora por el Supremo, pero al que el abogado se refirió con reiteración.
Según el acusador de la organización ultraderechista, Garzón, “con sus idas y venidas” en el procedimiento abierto por la Memoria Histórica cometió una “prevaricación continuada”. La defensa ignoró expresamente los espeluznantes testimonios que las víctimas han expuesto estos días en los estrados del Supremo, pero encontró la piedra filosofal en un auto en el que Garzón se refería de forma incidental a “designios políticos”. “No nos hace falta acudir a la doctrina internacional, a la de otros países, basta con acudir a la doctrina nacional, a la Ley de Amnistía”. Según el letrado en las propias resoluciones del magistrado se habla de “designios políticos” que fueron “amnistiados”.
Con tono lastimero, Ruiz Infante volvió a los fusilamientos de Paracuellos para preguntarse porqué a las víctimas de una fosa común se les aplica el derecho nacional y a las de otra el derecho internacional. Después sostuvo que los argumentos de la defensa y de Garzón son “irracionales” y con ellos se podría abrir una causa “por los fusilamientos del 2 de mayo” en Madrid y también contra “todos los desmanes ocurridos en España históricamente”.
Ruiz Infante defendió que la causa se abrió sobre testimonios y libros “poco científicos” y se centró en que todos los hechos de la Guerra Civil están prescritos. Descartó que Garzón hubiera incurrido en una prevaricación culposa porque “en cada momento sabía lo que hacía”, por lo que la prevaricación fue “continuada”, la versión más grave de delito por la que solicita la máxima pena de 20 años de cárcel. El abogado tergiversó los argumentos de Garzón al suponer que las personas desaparecidas están “vivas”, cuando lo que se dice en realidad es que siguen desaparecidas y por eso se trata de un delito permanente.
Con argumentos tan profundos como “no confundir la velocidad con el tocino”, el abogado de la formación ultraderechista descartó que pudieran identificarse la ley de Amnistía con las leyes de Punto Final, y sacó a relucir que Marcelino Camacho se refirió a la Ley de Amnistía como un “sacrificio reconocido por todos”, para sostener que la única ley válida en la ley nacional y no las normas internacionales.
El letrado descalificó las normas internacionales y algunas recomendaciones de Naciones Unidas, en un mejunje en que mezcló “los casi cuatro años que lleva en prisión el señor Correa” (el máximo implicado de la trama Gürtel) con la desaparición del secreto del sumario, recomendaciones que, según él, ha hecho Naciones Unidas.
Ruiz Infante siguió desmenuzando una a una todas las resoluciones “prevaricadoras” y “manifiestamente injustas a sabiendas” de Garzón hasta que el presidente del tribunal, Carlos Granados, le dijo que agilizase. El abogado concluyó pidiendo la máxima pena por la gravedad de vulnerar normas esenciales que afectan a la legitimidad del Poder Legislativo y del Poder Judicial. Y eso que, según dijo, “no desmerecemos los méritos del magistrado durante toda su carrera”, aunque esa valoración se la dejó al criterio de la sala.
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