Los “independientes” de ZP y del aparato
Los independientes en general están muy mal vistos en estos momentos en el PSOE. Tanto los independientes de Zapatero como los independientes del aparato. Nadie se fía de ellos
Felipismo contra zapaterismo. Es muy simple, pero funciona. Es real. Impensable hace solo unos meses pero tan palpable como la nada soterrada tensión que se está viviendo en las últimas horas en el 38º Congreso del PSOE de Sevilla. En su día pudieron formar parte de un mismo magma político pero ahora se han bifurcado sus intereses. El expresidente del Gobierno y aún líder del PSOE hasta hoy intenta guardar las formas y su supuesta independencia como sea. Lo hizo de nuevo ayer, en su discurso, con apelaciones a la unidad, la amistad, la lealtad. Pero en las proximidades de Rubalcaba toda esa actitud levanta tantas suspicacias que denominan a sus feligreses despectivamente como los “cascos azules”.
Además, está el entorno duro de Zapatero. Su gente, su equipo más próximo, su personal de confianza y sus ministros más amigos, no se preocupan tanto por mantener las apariencias. Si les preguntas de frente te contestan que ellos son independientes. Si hay más confianza te admiten que ellos son de Zapatero. Si concluyes que ya no hace falta que digan más, se sonríen, y aceptan sus preferencias por la exministra de Defensa, Carme Chacón, que ha aglutinado a su alrededor ese variopinto y heterogéneo descontento con Rubalcaba.
Los independientes en general están muy mal vistos en estos momentos en el PSOE. Tanto los independientes de Zapatero como los independientes del aparato del partido. Nadie se fía de los independientes. Y los aparatos, tanto nacionales como regionales o provinciales, están bajo sospecha. Cualquier signo, ayuda, declaración, amistad o aproximación puede y es malinterpretada. Pides unos datos sobre el poder institucional del PSOE en estos momentos o sobre si ha llegado ya o se ha marchado del cónclave Felipe González y te remiten al coordinador de municipal y autonómica, que te remite al secretario de organización que te remite al responsable de comunicación federal que… “¿Pero si esto no compromete nada?”, inquieres. “Ya, pero es que hay que tener mucho cuidado porque en cualquier cosa puede parecer que tomas partido”, contestan.
Los aparatos, además, tampoco está muy claro de quién son. Oficialmente podría parecer, por antigüedad y acumulación de cargos veteranos en las tareas orgánicas en los últimos tiempos, que Alfredo Pérez Rubalcaba es el candidato del felipismo y del aparato federal y de todo el partido. Pero ese axioma tampoco está tan claro. Porque la candidata Chacón tiene en sus filas o muy cercanos a los máximos controladores del aparato del PSOE en Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid, que suman en teoría más de la mitad de los casi 1.000 delegados con derecho a voto. Ese aparato también cuenta, vigila, presiona y mangonea. Ese aparato tampoco es neutral. Ninguno lo es.
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