El tribunal deshace el entramado de pagos de Matas a Alemany
La juez califica de “caos” los testimonios de colaboradores del periodista
La presidenta de la Audiencia de Palma, Margarita Beltrán, adoptó ayer un papel protagonista al iniciar la segunda semana del juicio del caso Palma Arena, sobre las subvenciones supuestamente ilícitas de Jaume Matas a Antonio Alemany. La juez completó la investigación del fiscal Pedro Horrach interrogando a diez testigos, la mayoría trabajadores del entramado periodístico de Alemany a quien Matas sufragó con fondos públicos, con contratos pantalla y hombres de paja confesos.
Miguel Oliver, sobrino del periodista Alemany, que hizo los discursos de Matas como presidente balear (entre 2003 y 2007), confesó que fue su “testaferro” en la empresa de las subvenciones porque aquél no quería estar, por incompatibilidad. Oliver retornó el dinero percibido de su tío para esquivar responsabilidades.
Matas entregó a la Agencia Balear de Noticias 292.000 euros. El Gobierno del PSOE paró otra partida igual. El Ejecutivo del PP, en 2006, patrocinó 83 proyectos de medios de prensa. Los concursos eran valorados por un político, reveló un funcionario. Matas se sienta en el banquillo con tres periodistas encausados: Alemany y dos de sus ex directores generales de Comunicación y Presidencia, María Umbert y Juan Martorell, más un publicitario, Miguel Romero.
En el juicio, distintos encausados han explicado la gran dedicación personal del político del PP a los temas de prensa. Sufragó los servicios de una agencia (Europa Press), insertó un parte oficial “El Gobierno Informa” en los titulares de los informativos de la SER, patrocinó espacios en la TVE balear y creó en 2005 la televisión balear IB3, que ha consumido 250 millones de euros. Además, boicoteó a medios y periodistas no afines.
En la vista se afina hasta el detalle, la acusación busca concretar pruebas sobre documentos y flujos de fondos públicos. La juez Beltrán mostró “auténtica perplejidad” por el “caos” de contradicciones de un compareciente —el diseñador José Alfredo Corrales Oliver— mientras que amenazó dos veces a la periodista María Cordón con imputarla por falso testimonio, al dar versiones diferentes sobre facturaciones, pagos y trabajos en el grupo de Alemany.
Este controló Consultores de Información, la web Libertad Balear, la citada Agencia Balear, hizo los discursos de Matas y los glosó en El Mundo. El fiscal dice que usó de manera oculta la subvención “para un fin puramente particular, la creación y desarrollo de una actividad mercantil que beneficiara económicamente” al columnista y “a la vez que supusiera a Matas contar con un medio periodístico para su ensalzamiento personal”.
La acusación sobre malversación de caudales, fraude y falsedad se basa en que la ayuda oficial no se destinó solo a mantener la agencia de noticias insulares sino que Alemany la desvió también a la web privada Libertad balear. El ex columnista de El Mundo rechaza la acción partidista tanto en los medios patrocinados por el Gobierno como en sus artículos de opinión. Su abogado, Javier Fernández, insiste en ello.
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