Margallo enmienda la estructura de Exteriores que diseñó Moncloa
El Gobierno corrige dos decretos para crear la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica
El nuevo ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García Margallo, está demostrando que tiene manos libres para dirigir el departamento según su propio criterio. Y eso no solo se refleja en los primeros nombramientos de altos cargos, que han recaído en diplomáticos sobre los que no pesa sombra alguna de sectarismo. También en la propia estructura orgánica del ministerio que ha logrado modificar al precio de obligar al Gobierno a corregir dos de los escasos decretos aprobados en sus 15 días de mandato.
El Consejo de Ministros de este jueves ha nombrado a Jesús Gracia Aldaz secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica. El nombre (anticipado el miércoles por elpais.com) no constituyó ninguna sorpresa. Lo sorprendente fue el cargo.
Según el Real Decreto 1823/2011, de 21 de diciembre pasado, firmado por Rajoy, en el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación había tres Secretarías de Estado: de Asuntos Exteriores y Cooperación; para la Unión Europea; y para Iberoamérica. Esta estructura se desarrolló posteriormente en el Real Decreto 1887/2011, de 30 de diciembre.
Sin ‘número dos’
En la referencia del Consejo de Ministros de hoy se admite que el decreto de 30 de diciembre ha sido modificado, pero también ha debido serlo el del día 23, para cambiar de sitio las competencias en cooperación. Lo cierto es que, cuando Margallo llegó a Exteriores, se encontró con que el equipo de Moncloa había diseñado la estructura de su departamento sin consultarle, resucitando la Secretaría de Estado para Iberoamérica y uniendo Cooperación con Asuntos Exteriores. Esta decisión, en la que el ministro no tuvo arte ni parte, es la que se ha corregido ahora.
Jesús Gracia tiene una amplia experiencia en Cooperación y era lógico que dirigiera este área. Por el contrario, aún no se ha nombrado al secretario de Estado de Asuntos Exteriores; precisamente, según fuentes diplomáticas, porque hay una sorda batalla por el puesto de quien, en teoría, será el número dos de la diplomacia española. Aunque tras los cambios realizados por Margallo —que ha reforzado también la Secretaría de Estado para la UE, que ocupa su amigo Íñigo Méndez de Vigo— esta condición está cada vez menos clara.
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