Feijóo reduce a ocho las consejerías de la Xunta

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció este martes la primera remodelación del Gobierno de Galicia desde su victoria electoral de 2009. La incorporación de cuatro de sus diez consejeros a puestos del segundo escalafón en el nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy le ha servido para liberarse de algunos de los miembros más discutidos de su gabinete y, de paso, reducir a ocho el número de consejerías, en lo que explicó como un ejercicio de “austeridad”.

A la ya conocida salida del Gobierno gallego de las titulares de Sanidad, Pilar Farjas, y Hacienda, Marta Fernández Currás, se sumaron ayer los de Medio Rural, Samuel Juárez, y Cultura, Roberto Varela. El primero de ellos será nombrado delegado del Gobierno en Galicia, aunque Feijóo no aclaró el destino de ninguno, más allá de afirmar que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, le ha confirmado su intención de reclutar los servicios de ambos para la Administración central.

Las sustitutas en Sanidad y Hacienda serán Rocío Mosquera y Elena Muñoz, respectivamente, que hoy tomarán posesión de sus cargos. La primera era hasta ahora gerente del Servicio Galego de Saúde (Sergas), cargo al que se incorporó después de dirigir un hospital del principal grupo de la sanidad privada de Galicia. Muñoz venía ocupando la Intervención General de la Comunidad Autónoma.

Incendios y recortes

Las competencias de Cultura y Turismo y de Medio Rural se repartirán entre las consejerías de Educación, que dirige Jesús Vázquez, de Mar, con Rosa Quintana al frente, y la propia Presidencia de la Xunta, que asume las responsabilidades de Turismo. El Gobierno gallego queda así configurado por el propio Feijóo y ocho consejeros, la mitad de ellos mujeres.

Salvo en el caso de Fernández Currás, nueva secretaria de Estado de Presupuestos, a la que Feijóo hubiese deseado retener en su Gobierno, el presidente gallego se deshace con esta crisis de algunos de los miembros más criticados de su Ejecutivo. Los recortes encubiertos en Sanidad y los incendios del pasado octubre lastraron la popularidad de Farjas y Juárez. Varela, mientras, asumió el desgaste de la paralización de la Cidade da Cultura y el rechazo de un sector del PP, partido en el que no milita.