Votos por farolas
Miles de vecinos de la zona rural de Jerez de la Frontera siguen sin servicios básicos
Como cada cuatro años, los casi 7.000 vecinos que viven en las 16 barriadas rurales de Jerez de la Frontera (Cádiz) han vuelto a elegir en las urnas a los delegados de alcaldía, los representantes del Ayuntamiento matriz en estos núcleos poblacionales. Los partidos les han vuelto a prometer que la zona rural tendrá hueco en los presupuestos; y los vecinos han acudido a votar en un nuevo acto de fe.
Por las calles embarradas de las barriadas no pasean los grandes líderes políticos. Los habitantes tampoco les esperan. Tras la jornada electoral del 27-N (celebrada cada cuatro años y siempre tras la convocatoria de comicios municipales), estos vecinos sólo aspiran a dejar de ser una tierra olvidada.
En el Jerez rural, más de un millar de casas no están legalizadas y en 200 de ellas aún no hay luz ni agua. En hasta seis de las 16 barriadas falta alumbrado público, asfaltado, acerado y alcantarillado. En la totalidad de los núcleos los vecinos recorren más de un kilómetro para tirar la basura; la limpieza pública llega, en el mejor de los casos, una vez al mes; y el transporte público no es universal. “Nos tienen como estercolero. No creen en lo rural”, protesta en el centro social de La Ina Fernando Salas, de 30 años. “Yo solo pido [al gobierno municipal] que mire por esto. Que aquí hay cultura, campo y un río entero por explotar”, añade enérgica Chari Ferrer, otra vecina. “Sin un delegado de alcaldía el abandono de las barriadas todavía sería mayor”, concluye Josefina Bocanegra, nativa de La Ina.
La exalcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez (PSOE), inició en 2007 un proceso de legalización de viviendas y logró llevar agua a dos de las barriadas. Sin embargo, los más de seis millones de euros invertidos desde 2005 ni siquiera parchean las grandes carencias de estos vecinos. En La Guareña, el delegado de alcaldía en funciones, el socialista Ángel Ruiz, no ha repetido de candidato. Desde 2007 ha conseguido que el acerado llegue a la barriada, pero solo a 50 metros de un total de cuatro kilómetros. No ha podido ver el asfaltado de una sola calle y ha pasado “sangre, sudor y lágrimas” para que el Ayuntamiento de Jerez le coloque 80 farolas de las 200 demandadas. Por la Guareña no aparece una brigada de limpieza municipal “desde 2009”, el mismo tiempo que espera a que el gobierno le pague los 2.000 euros anuales de presupuesto.
En el Mojo residen 400 personas. Allí no llega el autobús ni el correo. Tampoco hay buzones. En estos cuatro años, el Ayuntamiento ha asfaltado una calle y ha colocado 80 puntos de luz. Las farolas se han situado a 25 metros de distancia para alumbrar un mayor número de viales. En 2007, el candidato popular pidió al consistorio dos nuevos contenedores de basura. Cuatro años después, se sigue esperando el par de cubas.
En La Ina sí hay farolas, pero están estropeadas desde hace tres meses. La limpieza viaria corre por cuenta de los vecinos porque la brigada municipal se acerca cada dos meses. La candidata a la reelección como independiente, Mónica Castellet, pide al gobierno municipal la renovación de un alcantarillado “obsoleto” y algunos equipamientos públicos, como “un parque infantil”.
Los vecinos de las barriadas rurales viven a 15 minutos del Jerez urbano, pagan los mismos impuestos, pero siguen anclados en el pasado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.