La inspectora del poder
La presidenta de la Diputación de León, del PP, inició su carrera bajo mandato de Aznar
La prolífica carrera de la presidenta de la Diputación de León pivota sobre dos principios: la política y los números. Inspectora de Hacienda de profesión, Isabel Carrasco (Santibáñez del Bernesga, León, 1955) recaló en la Administración regional en 1987, bajo el mandato del expresidente del Gobierno José María Aznar, que por entonces aterrizaba en la Junta. Tras un lapso dedicado a fiscalizar los grandes patrimonios y empresas, la política de los 12 cargos se reenganchó al poder en 1995 para iniciar una fulgurante carrera. Su hoja de servicios se abarrotó de responsabilidades públicas —consejera de Economía, procuradora de las Cortes autonómicas, senadora— y orgánicas —presidencia del PP leonés—. La acumulación de cargos y la pantalla de protagonismo de presidir la Diputación desde 2007 reforzaron su imagen y su poder en León, donde no es conocida por su diplomacia. “Que Bibiana Aído se vaya a estudiar el mapa del clítoris a Andalucía”, pidió en 2010 para defender la supresión del Ministerio de Igualdad. “Es muy impulsiva, de esa gente de ordeno y mando”, explica una exresponsable del PP.
Su adversario, el diputado del PSOE Matías Llorente, asegura que en noviembre la política de los 12 cargos le llamó “hijo de puta”. Según el socialista, fue la reacción de Carrasco a una interpelación por un presunto trato de favor a su hija y su novio en una estación de esquí. El juez absolvió a la presidenta.
Controvertida fue también la decisión de Carrasco de subirse, con el respaldo del PSOE, un 13% el sueldo (9.000 euros) el pasado julio.
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