Las comunidades moderan su déficit pero Salgado no garantiza el cumplimiento
Castilla-La Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana son los territorios con más desequilibrio
El abultado déficit autonómico se ha moderado por primera vez desde que arrancó la crisis. Las comunidades registraron hasta septiembre unos desequilibrios equivalentes al 1,19% del PIB, levemente por debajo del 1,21% contabilizado en el primer semestre. La cifra abre las puertas a un final de año algo mejor de lo previsto, pero resulta insuficiente para garantizar el cumplimiento de la meta (6% en todas las Administraciones). La vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, ha rehusado comprometer el 1,3% exigido a las comunidades y solo puso la mano en el fuego sobre el Estado: “La Administración central va a cumplir y las comunidades deberían hacer lo mismo”, ha respondido como anticipo del indicador más escrutado por los mercados para medir la solvencia de España.
La evolución de ingresos y gastos en el tercer trimestre revela que las comunidades han empezado a aplicar mano dura contra el déficit público tras las elecciones autonómicas y locales del 22 de mayo. De las 17 comunidades, 11 han arrojado cifras mejores a las de hace tres meses, aunque las que acumulan los mayores números rojos (Castilla-La Mancha, Murcia y Comunidad Valenciana) han continuado con peores registros que en junio. Frente a un mínimo aumento global del gasto en la primera mitad del año, las comunidades han logrado ahora reducirlo un 2,81%, aunque más aun han caído los ingresos (el 3%), lo que siembra dudas sobre si la capacidad de recortar bastará para contener la carestía de recursos públicos.
Esas dudas se acrecientan al comprobar que, al igual que la Administración central, las comunidades han optado por apretarse el cinturón prescindiendo de lo que menos factura electoral pasa, aunque a la larga ralentiza más el crecimiento. Se trata de la inversión, que ha caído un 11,6% hasta septiembre, mientras el gasto corriente (el menos productivo) desciende solo un 1,3%. Para 2012, las comunidades tienen planes de contención similares, con una fuerte penalización a la inversión, según la información publicada ayer por este diario.
A la vista de las cifras, Salgado, que compareció para explicarlas, quiso reconocer el esfuerzo de la mayoría de las administraciones regionales y lo atribuyó en gran medida a las reuniones que el secretario de Estado de Hacienda, Juan Manuel López Carbajo, mantuvo hace unos meses con responsables de las 12 comunidades con mayor desviación sobre sus objetivos de déficit. “Comenzamos a tener los resultados de esas actuaciones”, ha destacado Salgado, aunque admitió que hay que seguir haciendo esfuerzos.
En efecto, es prácticamente imposible que las comunidades cierren el año con las cifras actuales. El último trimestre del año suele acumular los mayores pagos y aunque Salgado ha recordado que muchos corresponden a inversiones y que este año caen, ese es el periodo en el que más se descuadran las cifras. Además, durante el año las comunidades pueden ir aplazando pagos pero el fin del ejercicio obliga a reflejar todo lo comprometido, aunque también haya algunas administraciones que transfieran las obligaciones de un año a otro para no engordar más los desequilibrios. Hay que tener en cuenta que la información suministrada hasta ahora se elabora con criterios presupuestarios, pero el dato final se expresa en contabilidad nacional, una metodología que pretende la comparación europea y, por tanto, la exigida para expresar las cuentas públicas. La criba de la contabilidad nacional tiende a empeorar los datos de déficit.
Salgado ha sugerido que a partir de ahora su departamento carece de fuerza para exigir nada a las administraciones autonómicas. “Habrá alguna llamada del Ministerio de Economía a las que han incumplido, pero más que [darles] un toque, que no corresponde a un Gobierno en funciones, cabe esperar una pregunta sobre su evolución presupuestaria”, ha explicado la vicepresidenta.
Salgado ha evitado, además, referirse al colchón con el que supuestamente contaba la Administración central para cerrar el déficit algo mejor de lo previsto (inicialmente, el 4,8% del PIB). El deterioro económico experimentado en los últimos meses aleja esa posibilidad porque los ingresos evolucionan peor de lo esperado.
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