Arenas ya se ve en San Telmo
El PP reivindica la mayoría absoluta en las autonómicas con los datos del 20-N Los populares van a seguir con la misma estrategia hasta el mes de marzo
No se puede decir que el PP autonómico esté sorprendido. La deflación del PSOE —por usar un término muy de actualidad— en Andalucía hasta aterrizar en los peores resultados de su historia estaba escrita en las encuestas. Y Javier Arenas contaba con ello. La prueba: antes de las 23.00 del domingo, del balcón de la sede andaluza del PP, en la Calle San Fernando de Sevilla, colgaba una imponente pancarta dando las gracias y con un mensaje inequívoco: Ahora Andalucía. Como le gusta decir al líder del PP andaluz, las elecciones generales son solo una parada para coger aire en la indesmayable carrera hasta la presidencia de la Junta del próximo mes de marzo.
Aunque los números no han sido tan espectaculares como sugerían los sondeos —entre 15 y 17 puntos de diferencia con el PSOE, que en la prueba real se han quedado en nueve—, a Arenas le ha salido casi todo bien. Únicamente le ha faltado Sevilla, que aparece como una mácula roja en el inédito mapa azul que luce ahora Andalucía. Por eso, al contrario que en el PSOE —donde todo está en cuestión— el PP trabaja con la idea de seguir la senda que llevaba. Esto es: perseverar en la estrategia y no desviarse del rumbo. La organización está pendiente de que José Antonio Griñán se decida ya por una de las fechas que baraja para convocar a las urnas (los domingos 18 y 25 de marzo) para diseñar el calendario.
Mientras, Arenas se ve ya en el Palacio de San Telmo. No lo dijo él (que se reservó un perfil institucional y mesurado), sino su segundo, Antonio Sanz, quien reivindicó que la extrapolación de los datos de las elecciones generales en el ámbito autonómico se traducen de manera incontestable en mayoría absoluta. En una comparecencia ante los medios, el secretario general se mostró incluso molesto con la interpretación generalizada de que la traslación de los resultados indica que ronda esta marca, pero no la asegura, toda vez que es difícil garantizar con tan escaso margen un reparto que, a la postre, va a depender en buena parte de la participación, la concentración del voto y los restos de las provincias. Sanz arremetió contra Griñán por “mentir deliberadamente” al no hablar, según él, de mayoría absoluta del PP en el Parlamento andaluz. “Lo hemos hecho matemáticamente y no hay trampa ni cartón”, insistió. La distribución es la siguiente: PP, 58 escaños; PSOE, 44; IU, 6; y UPyD, uno. En definitiva, tres diputados más del corte de la mayoría absoluta (55 escaños).
El resultado ha sido un hito, un vuelco sin precedentes”, dice Antonio Sanz
Antonio Sanz anduvo unos cuantos pasos en la lectura de los datos y sostuvo que habría que sumar “variantes importantes” que refuerzan esta mayoría, tales como que el deseo de cambio está más instalado en Andalucía que en otras comunidades, después de 30 años de gobiernos socialistas; que su partido suele sacar siempre mejores resultados en las elecciones autonómicas que en las generales, o que la crisis y el paro arrecian en Andalucía como en ninguna otra parte. Luego encadenó una ristra de expresiones hechas para describir el avance del PP: “Vuelco sin precedente”, “ha sido un hito histórico”, “hemos roto todos los techos”, o “el crecimiento del PP andaluz es imparable”.
Javier Arenas atemperó bastante el tono, tanto que trasladó un mensaje contrario al de Sanz. Antes de acudir a la reunión de la ejecutiva nacional de su partido en Madrid, declaró: “Bajo ningún concepto las elecciones de Andalucía están ganadas, tenemos que pelear y trabajar mucho”.
Esta dualidad de discurso ha sido una constante en la campaña que ha terminado y, presumiblemente, lo volverá a ser en la que acaba de empezar, con un reparto de papeles en el que Arenas se reserva siempre el más decoroso y moderado. Se acaba de ver en la recta final de las generales: el PP empezó con la idea de combatir la crisis y el paro con planes y reformas genéricas y coronó los últimos días recuperando la trilogía de José María Aznar en 1996 de paro-despilfarro-corrupción. Todo dependerá de lo disputado que esté el partido autonómico.
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