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El teatro llena y la taquilla “se la quedan los políticos”

Las compañías se hunden porque las Administraciones públicas les “estafan, adeudan y sobornan”

El director de teatro Del Valle con Carolina Solas y Jorge Muñoz.
El director de teatro Del Valle con Carolina Solas y Jorge Muñoz.SAMUEL SÁNCHEZ

Emilio del Valle (Madrid, 1961) es actor, director, y fundador de la compañía Inconstantes Teatro, en 1994, considerada entre las mejores del mundo de la escena en España. Un grupo en parte alternativo, aunque con vocación de trascender, cosa que logra cualitativamente, con sus montajes de dramaturgos españoles vivos, clásicos contemporáneos y autores del Siglo de Oro. Él y su grupo ejemplifican perfectamente la situación paradójica, enfermiza y disparatada por la que está atravesando el mundo de la escena. Por primera vez desde que el teatro naciera en la democracia griega, siglos antes de la era cristiana, son los cómicos, faranduleros, titiriteros, actores y todo un largo etcétera, los que están manteniendo con sus dineros a las administraciones públicas (sobre todo municipales y autonómicas) y no al revés.

Del Valle habla de “el virus incurable de la morosidad” para referirse a la situación crítica por la que están pasando la práctica totalidad de las compañías de teatro, como la suya, sin olvidar a los productores quienes arriesgan en una actividad que de poco les sirve que esté pasando por un claro éxito, como es el teatro.

La realidad de una compañía como Inconstantes Teatro pasa por llevar los números al día. De lo contrario se hunde el proyecto artístico. “Y la cuenta de resultados se equilibra mediante la aportación de capital propio, el apoyo institucional, la distribución y el sentido común; donde no llegue el dinero ha de aflorar la imaginación, nunca el gasto por encima de nuestras posibilidades. Sobre estas bases se han consolidado un buen número de proyectos artísticos reconocibles en los últimos 25 años”. El director menciona compañías como Micomicón, Meridional, Cuarta Pared, Factoría, El Zurdo, El Cruce, La Tartana, Animalario, Morboria, Kamicaze, Ur, Inconstantes y muchas otras. Todas justifican el dinero público que reciben, cumplen escrupulosamente con las administraciones públicas y sus complejas estructuras, atienden sus responsabilidades en materia impositiva y pagan la seguridad social de sus trabajadores. Pero el dinero ingresado en taquilla habitualmente no les llega o si cobran es como enormes retrasos hasta de años.

“Con la crisis económica como telón de fondo, la clase política, entiéndase el término en sentido marxista, incumple su responsabilidad contractual con las compañías de la manera más vergonzosa e inmisericorde. No hay un solo miembro de la clase política que haya dejado de cobrar su sueldo, mientras decidía no pagar nuestros contratos. Algún ayuntamiento, por ejemplo el de Illescas (Toledo), ha negociado con entidades financieras la concesión de créditos blandos a las compañías, pagando estas los intereses. Me pregunto por qué el Ayuntamiento no pide el crédito, nos paga la deuda, y paga los intereses del crédito. A Inconstantes se le adeudan contratos desde 2009 (Ayuntamiento de Pinto, en Madrid), y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, unos 30.000 eurejos, limosna… Y así, ¡hasta 60.000 euros!”, señala desbordado Del Valle. El afamado grupo Animalario gana dinero, pero como no cobra pide créditos para pagar a actores y dietas y las ganancias son los intereses que se queda el banco.

Entre tanto, la Administración Central pide a las compañías que liquiden el IVA de facturas impagadas por la propia Administración pública: “Verán el truco: el IVA de 60.000 euros asciende a 9.000, es decir, que debo pagar a Hacienda 9.000 euros que no he cobrado, de manera que la Administración no paga mis facturas pero recauda el IVA de las mismas. Hay que redefinir el IVA: además del soportado y el repercutido, el adeudado/estafado/sobornado/impagado…. Podemos convivir con los recortes, y con el trato humillante que la clase política dedica a la cultura. Lo que es más dudoso es que podamos mantener nuestros proyectos con deudas que superan con creces el 50% de nuestros ingresos. Si algo no lo remedia la nuestra será una de las próximas compañías en desaparecer”. Entretanto, Del Valle propone una relectura de nuestra Constitución (preámbulo y artículos 9, 10, y 48) y acudir los días 1, 2 y 3 a la madrileña Sala Pradillo, donde Inconstantes Teatro representará uno de sus últimos e interesantes trabajos: Unos cuantos piquetitos, de Laila Ripoll.

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