Rajoy revela contactos con Zapatero en plena campaña para hablar de la crisis

El candidato del PP a la Presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy, ha desvelado en una conversación informal con periodistas que en los últimos días, ya en campaña electoral, ha mantenido conversaciones con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, sobre la crisis y la evolución económica.

Rajoy está especialmente preocupado por la situación europea y por el mensaje que se pueda enviar desde España. Por eso, asegura que es necesario transmitir confianza y evitar en todo caso propuestas como la formulada por su contrincante socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, de que se amplíe en dos años el plazo para reducir el déficit público. El líder del PP ha asegurado que no ha hablado directamente con Angela Merkel y Nicolás Sarkozy, pero sí les ha hecho llegar su posición contraria, por ejemplo, a la Europa de dos velocidades.

El candidato del PP asegura que el Gobierno le ha comunicado que se cumplirá el objetivo de déficit para este año y que no tiene por qué ponerlo en duda. No obstante, aclara que no sabe lo que se encontrará si gana las elecciones. Es este el motivo por el que garantiza que revalorizará las pensiones -"por una cuestión de prioridades", aclara- pero no dice lo mismo sobre otras cuestiones, como el sueldo de los funcionarios.

Sobre su Gobierno, Rajoy explica que lo tiene más o menos decidido, aunque se ha negado a facilitar o desmentir nombres. Lo que sí ha aclarado es que habrá "ministros sin trayectoria política", es decir, independientes.

Rajoy ha explicado que el PSOE ha entrado en la campaña del miedo y del "agrupémonos todos", para intentar captar el voto útil de la izquierda, pero ha añadido que esa estrategia ya no funciona. Según Rajoy, es evidente que el PP gana votos por el centro y que el PSOE hace "el discurso de la década de los 70".

El candidato del PP no tiene previsto hacer cambios en lo que le queda de campaña y da por hecha su victoria, aunque desconfía de los repartos de escaños de los sondeos, que le conceden una aplastante victoria, porque requerirían unas muestras mucho más altas. "Se perciben las ganas de cambio", reitera.