El candidato ratifica su estrategia

Ni un paso atrás, salvo para coger impulso. Esta es la decisión del equipo electoral del PSOE y de su candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, el día después del debate con Mariano Rajoy. Misión cumplida, sentencian en el entorno del candidato. Esa misión consistía en colocar ante la nutrida audiencia —más de 12 millones— el mensaje central de su campaña. Y lo pudo hacer.

El candidato ha asegurado que verbalizó la mayoría de las líneas de campaña que tenía previstas y el resultado le parece razonable. Así lo ha comentado en un encuentro en Toledo con los medios de comunicación que siguen su campaña. Sin aspavientos, sin campanas al vuelo, sí considera que tras los cien minutos de intercambio con Rajoy su campaña toma impulso y puede ser un revulsivo no solo para su partido, sino también para los indecisos, que son los que van a determinar el resultado del PSOE.

No se le ocurre a nadie del equipo de campaña del PSOE decir que va a ganar las elecciones, pero quieren creer que se acortarán las distancias. El candidato ha dicho a los periodistas que empezó la carrera por detrás de Rajoy y ahora, tras el debate, está más cerca.

Talavera de la Reina y la ciudad de Toledo fueron los lugares en los que Rubalcaba pudo testar cómo había sentado a su partido el debate. Le recibieron con entusiasmo y desde las federaciones socialistas comunicaron al equipo de Rubalcaba que los cientos de actos por toda España utilizaban “el éxito” de Rubalcaba para jalearse y animar el voto.

No habrá cambio de estrategia, por tanto, sino intensificación en los mismos parámetros. Rubalcaba se considera avalado por el debate para continuar en su misma línea. Durante el debate pensó que Rajoy no conocía su programa, pero horas después ha concluido que no le respondió a preguntas comprometidas de forma deliberada. Y quedó en evidencia ante millones de ciudadanos que el candidato del PP no respondió sobre cuestiones sensibles como la protección del desempleo o las pensiones.

Ahora Rubalcaba va a dedicarse a explicar su programa y el de Rajoy, comentó a los periodistas. “No importa ganar o perder un debate, sino que hoy millones de españoles saben que hay razones para que nos voten”, dijo Rubalcaba en Talavera de la Reina por la mañana y en Toledo por la noche. Le recibieron al grito de “presidente, presidente”, pero él no se llama a engaño y en las conversaciones informales hace gala de bastante modestia, aunque eso sí, con un interrogante sobre el resultado que sacará el 20 de noviembre. Sí confía en que el debate mueva o haga pensar a tantos desafectos de la izquierda que no eran proclamas de campaña las advertencias que hace el PSOE sobre lo que puede ocurrir si el PP gana las elecciones. No se dirigió por tanto a todo el universo electoral, sino a sabiendas de que más de un 40% votará al PP sin el menor atisbo de duda.

¿Cómo puede trasladar emociones alguien con la cabeza baja y leyendo?” José Bono

Ahora se trata de conseguir el apoyo de los que alguna vez se lo dieron al PSOE. Y en algunos actos encontrará apoyos entusiastas, como ayer le ocurrió en Castilla-La Mancha con el presidente del Congreso, José Bono; el secretario general de la región, José María Barreda y el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page. “¿Cómo puede ser capitán quien no se moja, como vimos anoche?; ¿cómo se pueden trasladar emociones con la cabeza baja y leyendo? Gracias, Alfredo, por no leer y por no esconderte”. Estas ironías de Bono sobre Mariano Rajoy son la síntesis de lo que el PSOE quiere que trasluzca. No olvidó Bono rendir homenaje al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, “tan injustamente denostado” y al anterior presidente socialista, Felipe González.