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Sin luces sobre la economía

Rajoy elude las propuestas concretas y Rubalcaba fracasa en su intento de pillarle en un renuncio

Miguel Jiménez
Rubalcaba y Rajoy, en un momento del cara a cara.
Rubalcaba y Rajoy, en un momento del cara a cara.REUTERS TV

El bloque económico del debate entre los candidatos del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y del PP, Mariano Rajoy, ha arrojado poca luz sobre los planes de futuro para la economía española. Rubalcaba ha presentado una serie de propuestas concretas que, en buena parte, no dependen de él, mientras que Rajoy ha estado a la defensiva, sin esbozar un programa, pero negando las intenciones que le atribuye el líder socialista.

Rubalcaba ha intentado acorralar a Rajoy con dos temas: el llamado “banco malo”, que se encargaría de gestionar los activos tóxicos de la banca, y la reforma del subsidio de desempleo. En ambos casos, ha cosechado una negativa de Rajoy: ni dará dinero público a la banca, ni modificará el seguro de desempleo.

En ambas cuestiones, Rajoy se separa de lo que han venido diciendo o sugiriendo los dirigentes de su partido, pero Rubalcaba no ha conseguido pillarle en un renuncio. En cuanto a la prestación por desempleo. Rajoy ha sido tajante: “No voy a modificar el seguro de desempleo”. Habrá que ver si lo cumple, pero cuando Rubalcaba le ha recordado que su programa hace referencia a un sistema de capitalización, Rajoy le ha replicado que ese era el modelo austriaco, que el propio Gobierno del PSOE ha aprobado pero no ha sido capaz de aplicar. Y ahí ambos han subido de tono: “No tiene nada que ver con el desempleo”, ha dicho Rubalcaba, en referencia a que se trata sobre todo de una alternativa a la indemnización por despido. “Deberían explicarle mejor las cosas”, ha replicado Rajoy, que ha insistido en que no reformará el sistema de desempleo.

Rajoy se separa de lo que han venido diciendo o sugiriendo los dirigentes de su partido

En cuanto al “banco malo”, Rajoy ha dicho que no metería dinero público en la banca, pero sea con un “banco malo” o de otra forma, sea de forma temporal o permanente, se acabe recuperando el dinero o no, en realidad Rajoy no está en disposición de decir “de esa agua no beberé”.

Junto a esos dos compromisos, Rajoy ha dejado implícitamente otro, el de no subir el IVA, porque cuando Rubalcaba le ha preguntado de forma directa, Rajoy ha recordado las cosas que ha hecho el Gobierno de Zapatero sin llevarlas en su programa: suprimir el cheque bebé, subir el IVA, recortar el sueldo de los funcionarios, congelar las pensiones, eliminar la deducción de 400 euros o eliminar la deducción por vivienda. “Yo lo que no llevo en mi programa no lo hago”, ha dicho.

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Pero más allá de esos rifirrafes, Rajoy ha insistido una y otra vez en que hay “más de cinco millones de parados” y ha eludido mojarse. Su programa se resume en “confianza y crédito” y se concreta (es un decir) en primer lugar en “un cambio político”; segundo, “un Gobierno competente"; tercero, “ decir la verdad y hacer un buen diagnóstico”, y cuarto, en “tener un plan” porque “la política económica requiere orden”. Pero de ese plan solo ha enumerado el primer punto, “controlar el gasto público” y para eso desarrollar la reforma constitucional con una ley que fije techos de gasto a todas las administraciones. De lo demás, un puñado de medidas menores y grandes palabras sin concreción, como “completar la reestructuración del sector financiero” o “hacer una reforma laboral”.

Rubalcaba fue más concreto, pero una parte de las medidas que propone no dependen de él y no parece que España esté en disposición de dictar la política económica en Bruselas ni mucho menos, en el Banco Central Europeo. En el programa de Rubalcaba está que el BCE baje los tipos, que la Unión Europea dé dos años más de plazo para reducir el déficit al 3% o que Europa apruebe un Plan Marshall de inversiones para reactivar la economía. También propone potenciar el ICO para que dé más crédito directo y pedir a los bancos intervenidos que prioricen el crédito a empresas.

Junto a eso, propone que en 2012 y 2013, las empresas de menos de 50 trabajadores, que creen un puesto de trabajo, queden exentas de tributar por él a la Seguridad Social (al 100% el primer año, al 75% el segundo, al 50% el tercero y al 25% el cuarto), y que también los contratos de formación estén bonificados al 100%. Para pagar eso propone un impuesto a las grandes fortunas y otro a los bancos.

En comparación con Rajoy, Rubalcaba fue más concreto. Y desde el punto de vista dialéctico, el candidato socialista llevó la iniciativa en el tema económico y forzó a Rajoy a estar a la defensiva. El problema para el candidato del PSOE es que el apartado económico del debate (o de la campaña o de las elecciones) lo tenía perdido antes de empezar, pues el actual Gobierno deja la herencia económica más nefasta de toda la Democracia. Bastante ha hecho con no perder por goleada.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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