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Conjura contra la indiferencia

Rubalcaba pide a su partido que combata la tesis del “todo da igual” “Si la gente se queda en casa, entonces la izquierda tiene un problema”

Anabel Díez
Alfredo Pérez Rubalcaba se reúne con voluntarios.
Alfredo Pérez Rubalcaba se reúne con voluntarios.GORKA LEJARCEGI

Todo lo negativo que puede concurrir en un partido en las vísperas electorales lo acumula el PSOE. Los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) avalan la mayoría aplastante del Partido Popular que otros estudios habían pronosticado. Tiene razón el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba al dirigirse con denuedo a los indecisos porque estos, en efecto, existen y en todas las direcciones. Podrían votar al PSOE, o al PP, o a IU, pero también a UPyD... casi todo el arco parlamentario. A esta situación real se suman más elementos negativos: Los indiferentes.

Una categoría no recogida en los sondeos pero que detectan en el PSOE y que también la sitúan en el campo de la izquierda. Se trata de ciudadanos que no ven solución en la política a la grave crisis económica que aplasta a todos por igual pero, sobre todo, a los ciudadanos de los países son bases económicas poco sólidas, como en el caso de España. Al combate contra “la indiferencia” se dedicará Rubalcaba es los 14 días que restan de campaña.

Hay millones de ciudadanos que están esperando que les demos razones para volver a creer en nosotros y recuperar la confianza

Tenía ganas de aludir a esta situación y nada mejor que ayer cuando ante sí tuvo en un acto por la mañana en la sede federal de su partido a varias decenas de voluntarios, la mayoría sin militancia en el PSOE. Ese mismo encuentro se producía a la misma hora en todas las federaciones del PSOE. Frente a la indiferencia y el escepticismo hay personas —“jóvenes, estudiantes, trabajadores, parados, jubilados”, dijo Rubalcaba— que van a emplear parte de su tiempo durante estas dos semanas en ayudar al PSOE de forma desinteresada. “Entre los votantes socialistas hay quienes dicen ‘nos han votado’, no merece la pena votar, y esa indiferencia es muy mala para la izquierda. Y si nuestra gente se queda en casa, la izquierda tiene un problema”, proclamó Rubalcaba. Por el contrario, la actitud y posición de los voluntarios “refutan” el sentimiento de que todo está perdido. “Hay millones de españoles que están esperando que les demos razones para volver a creer en nosotros”, aseguró Rubalcaba.

No es fácil tampoco la misión que se ha impuesto el PSOE y su candidato para convencerles de que vuelvan a creer en ellos. Nada menos que les van a pedir que crean en la política porque desde orientaciones progresistas sí hay posibilidades de intervenir y cambiar el actual estado de cosas. La esperanza está en la socialdemocracia, según defenderá Rubalcaba, imbuido del contenido de las jornadas que vivió hace dos semanas con los líderes de la Internacional Socialista de todo el mundo en el encuentro del Global Progress. Entre ellos, estaba el expresidente brasileño Lula Da Silva, quien triunfó sin paliativos entre los europeos. La defensa de que los poderes públicos intervengan se abre paso en la socialdemocracia después de constatar que la lucha contra el déficit está ahogando a las economías. Ese esfuerzo se tiene que sustentar en subida de impuestos y Rubalcaba lo defiende.

Precisamente Zapatero recibía felicitaciones en el G-20 por seguir a rajatabla la política de ajustes que marca la Unión Europea. Pero también en la reunión de los Veinte grandes el discurso empezaba a cambiar. Se notó que ayer Rubalcaba, cuando se reunió con los voluntarios, tenía información de la nueva apuesta del G-20 por los estímulos fiscales aún sin renunciar a la austeridad. “Atentos a lo que acuerda el G-20”, alertó.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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