La izquierda ‘abertzale’ exhibe su fuerza
Decenas de miles de personas apoyan a los presos en Bilbao y exigen independencia
Decenas de miles de personas (24.000, según la Policía Local) tomaron ayer el centro de Bilbao para traducir el final de ETA en el comienzo de un proceso que quieren que culmine en la independencia. La izquierda abertzale exhibió su fuerza en las calles para recalcar que el cese definitivo de la “actividad armada” de la banda no pone fin al “conflicto político” y demandar “una solución para Euskal Herria”, como rezaba el lema de la convocatoria hecha por los más de 300 partidos, sindicatos y organizaciones sociales firmantes del Acuerdo de Gernika.
Pocas veces antes la céntrica calle Autonomía había sido escenario de una manifestación tan concurrida, que había devorado ya las baldosas y el asfalto antes de la propia salida de la cabecera. No era para menos. Tan solo dos días después del anhelado anuncio por parte de ETA, la jornada de ayer, aunque convocada desde tiempo atrás, estaba marcada en rojo en el calendario. Con el terreno abonado, suponía el remate a una semana decisiva que comenzó el lunes en San Sebastián con la conferencia de paz que ha servido de pista a la decisión de la banda y a la que el todo espectro social abertzale quiso ponerle el broche de oro, a la vez que reclamar su puesto como actor imprescindible en el proceso que ahora se abre.
El triunfo de Bildu y el avance electoral del PP impulsaron la decisión de ETA
Junto a la independencia, el grueso de las demandas que repitieron los manifestantes en sus lemas giró en torno a los presos etarras, en consonancia con el discurso oficial de la izquierda abertzale y el resto de partidos soberanistas. El acercamiento de los reclusos a las cárceles vascas, e incluso su amnistía centraron las reivindicaciones que las miles de personas corearon al unísono durante el recorrido. “Puertas abiertas” o “somos la llave” fueron otras de las frases impulsadas por los organizadores mediante el reparto de cientos de carteles. “El cese de ETA ha sido el primer paso, pero queda mucho trabajo por hacer”, advirtió antes del inicio de la marcha Pello Urizar, secretario general de EA, uno de los socios de Bildu.
Al acto asistieron destacados e históricos dirigentes de la izquierda abertzale como Txelui Moreno, Joseba Permach, Iñigo Iruin, Jone Goirizelaia, Tasio Erkizia, Pernando Barrena o Mariví Ugarteburu. Esta última reclamó “respeto para el derecho a decidir”. “No pedimos más que eso: democracia real ya en Euskal Herria”, afirmó, entre representantes del resto de formaciones enmarcadas en la izquierda vasca, como Patxi Zabaleta y Dani Matute, de Aralar; u Oskar Matute, de Alternatiba. No hubo representación oficial de otros partidos, aunque sí algunos políticos que quisieron acudir a la marcha a título individual. Fue el caso del excoordinador general de EB, Javier Madrazo.
Josu Ternera estuvo detrás de la evolución de la banda terrorista
Además de reivindicativa, era una tarde de fiesta. Quizá porque el lastre que para la exigencia política de la independencia había supuesto siempre el terrorismo ya no es tal. Por eso tomaron parte en la manifestación familias enteras e incluso de tres generaciones. Risas, saludos y abrazos fueron los gestos que dieron color humano a un acto que ya se suponía pacífico de antemano, a tenor de la escasa vigilancia policial. Los furgones de antidisturbios que hasta hace no demasiado acostumbraban a acompañar este tipo de convocatorias no hicieron acto de presencia esta vez. Símbolo también de una nueva etapa.
Tras una hora larga de recorrido, la marcha culminó frente al Ayuntamiento bilbaíno, donde, tras algunas exhibiciones folclóricas, se procedió a la lectura de sendos comunicados en euskera y castellano. Entre otros planteamientos, con ellos se reclamó la legalización de todas las organizaciones políticas, en referencia a la prohibición que todavía pesa sobre Sortu, y el respeto de los derechos básicos de los presos, así como el reconocimiento a “todas” las víctimas. Además, se instó a dialogar a los Gobiernos de España y Francia para “poner fin a décadas de confrontación armada”. “ETA ha respondido ya. Se abre un escenario político nuevo”.
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