Ban Ki-moon pide a los dirigentes del mundo que escuchen a los indignados
El secretario de la ONU cree que el mayor desafío es la falta de confianza en sus dirigentes
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha pedido a los líderes políticos que escuchen el mensaje de los indignados, un día después de que este movimiento movilizara a decenas de miles de personas en ciudades de todo el mundo.
"La gente expresa su frustración. Es un mensaje a los dirigentes de este mundo", dijo Ban tras reunirse en Berna con la presidenta de la Confederación Helvética, Micheline Calmy-Rey.
El secretario general de Naciones Unidas, según informó la agencia local ATS, ha destacado que el mayor desafío que afrontan los casi 7.000 millones de personas que viven en el planeta no es la falta de recursos para vivir, sino la falta de confianza en sus dirigentes.
Ki-moon ha considerado que este es el mensaje que deben tener en cuenta los líderes del G-20, a quienes corresponde, en su opinión, dirigir la salida de la crisis y mirar más allá de sus propias fronteras. "Hace falta una perspectiva más amplia para salvar este mundo", dijo.
No ha sido el único dirigente internacional que ha hablado del movimiento social. Los presidentes de la Comisión Europea (CE) y del Consejo Europeo, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy, han afirmado que ven "legítimas" y comprensibles las reivindicaciones del movimiento de los indignados, expresadas en las manifestaciones celebradas en todo el mundo el pasado sábado.
"Comprendo la frustración y la indignación de tantos ciudadanos en Europa y más allá", ha asegurado Barroso al ser preguntado una en rueda de prensa tras la cumbre social tripartita celebrada hoy en Bruselas.
Van Rompuy ha dicho que las preocupaciones de los manifestantes "son legítimas", aunque ha añadido que algunas de las medidas que se están tomando contra la crisis "pueden ser impopulares, pero son indispensables".
Sobre la situación en Oriente Próximo, Ki-Moon ha considerado "un movimiento positivo hacia la paz" el acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Israel y Hamás para intercambiar al soldado israelí secuestrado Gilad Shalit por cientos de prisioneros palestinos. También ha hecho una breve alusión a los acontecimientos en Siria, donde continúa la represión violenta de las manifestaciones contra el régimen del presidente Bacher el Asad.
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