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Rajoy remata su poder absoluto con listas renovadas y críticos ‘salvados’

El líder del PP coloca a sus fieles en los puestos clave pero permite la continuidad a los dirigentes que le cuestionaron tras su segunda derrota en 2008

Carlos E. Cué

Por si había alguna duda del enorme poder interno que ha ido acumulando Mariano Rajoy gracias a su resistencia y sobre todo a la expectativa de una inmediata llegada al poder, el líder hizo ayer una exhibición. Incluso con gestos. Mientras decenas de cuadros del PP sufrían la angustia de no saber si finalmente tendrían hueco en las listas, y la calle Génova era un hervidero para cerrar la de Madrid, la más difícil, él estaba tan tranquilo en Benavente, en la boda del presidente del PP de Zamora y de la Diputación, Fernando Martínez Maíllo, con Nereyda Blanco.

A falta de la última y más importante, la de las elecciones del 20-N, Rajoy ha ganado ya todas las batallas. A su manera, esperando que el tiempo y el deterioro o agotamiento de sus rivales le sirviera en bandeja la victoria. La designación de los cinco primeros nombres de la lista madrileña, en especial el de su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, ya probó que Rajoy ha derrotado definitivamente al sector crítico. Tanto que tiene las manos libres para colocar en el puesto clave a la persona de su máxima confianza, que hace solo ocho años fue de número 17 en esa misma lista. Y el cierre de las candidaturas de ayer demostró dos cosas.

Por un lado, que Rajoy hace y deshace a su antojo, con una importante renovación de candidaturas. Esto es, nadie tiene garantizado un puesto salvo que Rajoy lo quiera así. Siguen clásicos como Miguel Ángel Cortés en Valladolid o Jesús Posada en Soria, con buena relación con Rajoy, pero otros caen. Por otro, que tiene tanto poder que se puede permitir ser magnánimo. El líder del PP ha renovado a muchas personas sin gran relevancia pública que ya llevaban años en el Congreso, pero ha tratado de evitar en lo posible dar la imagen de que una venganza en toda regla contra dirigentes relevantes que decidieron enfrentarse abiertamente o al menos distanciarse mucho en las difíciles semanas después de la derrota electoral de 2008.

En puestos muy atrasados, demostrando que ya no tienen poder, pero Rajoy ha salvado a muchos de esos diputados que se distanciaron, sobre todo a Gabriel Elorriaga, que fue su jefe de campaña en 2004, y ahora irá de 16 por Madrid, o Carlos Aragonés, que estuvo en maitines en la primera legislatura y ahora irá de 14 en esa misma lista. También otros alejados de la dirección y poderosos en la anterior legislatura, como Ignacio Astarloa o Cayetana Álvarez de Toledo, han encontrado acomodo en la lista de Madrid. El único dirigente conocido que ha quedado fuera de las listas es Gustavo de Arístegui, que fue por Zamora hace cuatro años y era portavoz de Exteriores en el Congreso. Ahora, sin apoyo territorial, se ha quedado fuera de todo y el líder ha decidido no salvarlo.

Rajoy recupera, también en Madrid, y nada menos que de número 6, a Santiago Cervera, un hombre muy cercano al líder y a Sáenz de Santamaría que se sacrificó para liderar el PP de Navarra y ahora vuelve al corazón del marianismo, con un puesto que le coloca incluso como ministrable. El líder sitúa además en puestos de posible salida a miembros de su equipo más directo como Víctor Calvo Sotelo o Alfonso de Senillosa. Esto es, premia a todos sus fieles.

Rajoy ha tenido también varios gestos con el aznarismo. El principal de ellos es que coloca de número dos por Ávila a Pablo Casado, presidente de Nuevas Generaciones del PP madrileño y asistente personal de José María Aznar —le acompaña en sus viajes y lleva su agenda—. Casado, aguirrista de pro, se hizo muy conocido cuando dijo en un mitin que los jóvenes del PP “no idolatran a asesinos como el Che Guevara”, como hacen según él los de izquierdas, “sino a mártires como Miguel Angel Blanco”.

Por lo demás, y pese a la importante renovación, la lista depara pocas sorpresas y fichajes estrella del mundo de la empresa, similar al de hace cuatro años, cuando la incorporación de Manuel Pizarro, expresidente de Endesa, como número dos por Madrid revolucionó la campaña. Es probable que Rajoy incorpore a gente de ese tipo en su Gobierno, pero en las listas ha sido mucho más tradicional con gente del partido, aunque con renovación.

La excepción la ponen tres deportistas. Además de la campeona de 3.000 metros Marta Domínguez, que irá al Senado por Palencia, ayer se anunció que Abel Antón, doble campeón del mundo de maratón, irá en las listas al Senado por Soria. Antón, como Domínguez, ya fue concejal

de Deportes entre 2003-2007 en el consistorio soriano. Los deportistas de élite se completan con la yudoca Miriam Blasco, que irá en las listas al Congreso por Alicante.

Rajoy también ha demostrado que no le preocupa nada la propuesta de Alfredo Pérez Rubalcaba de dejar a todos los alcaldes fuera del Congreso, con la idea de que tanto primeros ediles como diputados puedan dedicarse en exclusiva a sus tareas. El PSOE no lleva ni uno —es cierto que ha perdido muchos—. Los populares —que tenían la tradición de no incluir a alcaldes con excepciones pero la rompieron totalmente en 2008— llevan nada menos que 20 primeros ediles al Congreso, entre ellos 10 andaluces, precisamente porque allí el PSOE quiere prohibir que sean diputados autonómicos. Además de Alberto Ruiz-Gallardón, irán alcaldes de peso como la de Cádiz —ya estaba— Ciudad Real, Guadalajara, Cartagena o Montilla (Córdoba), Almagro o Tarancón.

Sin embargo, y pese a las especulaciones, finalmente Manuel Cobo, vicealcalde de Madrid y miembro del Comité Ejecutivo, no estará. Tampoco Juan José Cortés, padre de Mari Luz —la niña asesinada en Huelva—, que tenía previsto ir pero después del tiroteo en el que se vio envuelto ayer dijo que ha decidido “voluntariamente” renunciar para no perjudicar al PP.

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