Rubalcaba anuncia un contrato para que jóvenes sin formación estudien y trabajen
El candidato inaugura la campaña por Internet con una charla en Twitter El aspirante renuncia a los grandes mítines en aras de la austeridad
Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista a la presidencia, creará si gana un nuevo contrato destinado a jóvenes sin formación para que puedan trabajar mientras estudian. Así lo ha anunciado en su primera entrevista a través de Twitter, la red social de microblogging. El nuevo contrato, que no ha detallado, está destinada, ha agregado, al millón de jóvenes sin cualificación que terminaron la Educación Secundaria (entre 12 y 16 años), pero que ahora están desempleados.
"Hay que formarles específicamente al mismo tiempo que trabajan", ha dicho el candidato, sin precisar más. Estos chicos podrán simultanear un puesto de trabajo con el estudio, normalmente por la tarde, en el instituto o centro de formación profesional.
Ferraz 2.0
La campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista a la presidencia del Gobierno, ha arrancado hoy en las redes sociales. Junto a un equipo formado por una veintena de expertos en redes sociales, voluntarios y técnicos, Rubalcaba se ha sometido a una minisesión de preguntas llegadas a través de la red de microblogging Twitter -una selección de las 1.573 cuestiones que se recogieron ayer entre las diez de la mañana y las nueve de la noche-. El objetivo, poner de manifiesto que este equipo en la nube será una suerte de Ferraz 2.0 y acompañará al candidato en igualdad de condiciones respecto a los colaboradores que trabajan para llegar al ciudadano en la calle.
Junto a María González Veracruz, secretaria de Nuevas Tecnologías, Rubalcaba ha respondido de viva voz a las 16 preguntas escogidas -muchas de ellas realizadas por periodistas a través de Twitter-, mientras el equipo las escribía en su perfil: @conRubalcaba. Después, este mismo grupo de gente ha comenzado a responder a todas las preguntas que han llegado.
La primera pregunta que ha escuchado Rubalcaba planteaba al candidato por qué no puso en marcha como vicepresidente las mismas medidas que ahora propone contra la crisis. "Lo primero que tuvimos que hacer fue parar de golpe la crisis", ha respondido. Después, ha proseguido, habrá que poner en marcha soluciones distintas para un momento diferente. Rubalcaba ha asegurado que la salida de la crisis se está viendo ya, "lo que da un margen de maniobra que no teníamos en ese momento", ha puntualizado.
Prerrogativa del presidente
El candidato no se ha arriesgado mucho al contestar dos preguntas sobre un posible adelanto electoral. "Es una prerrogativa que tiene el presidente", ha comenzado. "No va a hacer algo que vaya en contra de los intereses de su país".
También ha tenido que defender el candidato algunas de sus propuestas anteriores. Como el impuesto a los bancos, que ha dicho que ya han establecido otros países. "Ahora hay un fondo de rescate a los bancos, cuando acabe, habrá que poner un fondo que rescate a los jóvenes sin empleo", ha asegurado. "No me parece irracional".
En este sentido, ha recalcado que es necesario regular el sistema financiero, porque asegura que no ha funcionado la decisión política de que careciera de legislación. "Ahora estamos haciendo algo que teníamos que haber hecho antes: poner la economía al servicio de los ciudadanos". Y eso lo resumió en otra conclusión: "Hacer más política y tener más valentía política".
Sin obediencia ciega
Tras la masiva concentración de indignados que ayer volvió a la Puerta del Sol, el Movimiento 15-M era pregunta obligada. Rubalcaba insistió en que hay que escuchar, incorporar al debate, pero no está dispuesto a la obediencia ciega. Lo que sí ha destacado es la "decidida voluntad de participar en política" de muchos indignados y, ante eso, ha asegurado que hay que dar la bienvenida a todo el que quiera hacer propuestas y mantener el diálogo.
En este sentido, el candidato ha recordado que ha lanzado una oferta de más transparencia democrática, que ahora debatirá el PSOE en la conferencia política de finales de septiembre. "Es un debate que no podemos aplazar, porque hay insatisfacción y la insatisfacción se resuelve con más democracia".
Rubalcaba ha insistido también, a preguntas de los tuiteros, en otros asuntos de los que ya había hablado. El candidato ha vuelto a rechazar de plano el copago, porque sostiene que si el precio es alto, es injusto; y, si es bajo, le cuesta más a la Administración la gestión de cobrarlo que lo que se recauda. También negó que vaya a reformar la educación, porque cree que el sistema ya ha sido muy "zarandeado" por las reformas legislativas. "Lo que faltan son medios, mejor gestión universitaria, más movilidad, más conexión entre la universidad y el empleo o la preocupación porque los estudiantes salgan preparados para trabajar", ha precisado.
El candidato también ha insistido en que su campaña será diferente. Ha anunciado que será austera, sin grandes mítines, pero cercana. "No van a ver mucho confetti", ha bromeado.
Por último, ha contestado a tres preguntas cortas llegadas a través de Twitter:
- ¿Playa o montaña?, le han preguntado.
- "Playa", ha elegido.
-¿Monárquico o republicano?
- "Constitucionalista", se ha definido.
-¿Riojita o riberita?
- "Riberita", ha recalcado.
Y el colofón a su minientrevista ha sido su apuesta por las redes sociales. "Ya estábamos, pero vamos a seguir y seguimos", ha anunciado. En su equipo, como ya ha avanzado la jefa de campaña, Elena Valenciano, aseguran que pronto será él el que mantenga su propio perfil de Twitter. En esto, como en su campaña, el modelo de Rubalcaba es el presidente Obama. De momento, el candidato se ha limitado a tuitear que se lo había pasado bien. Y a firmar con un nuevo alías: RbCb.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.