Cospedal pide ver a Salgado: "El déficit de Castilla-La Mancha es dramático"
El objetivo marcado por el Gobierno para las cuentas autonómicas es del 1,3% Los números rojos que baraja la presidenta están por encima del 4%
La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha exigido esta mañana reunirse urgentemente con la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Elena Salgado, porque, asegura, el objetivo de déficit de la región duplica el límite marcado por el Gobierno para las cuentas autonómicas.
"Acabo de mandar una carta a la vicepresidenta para solicitar una reunión urgente y explicar una situación dramática", ha avanzado Cospedal en Onda Cero. La presidenta, en cualquier caso, detallará esta situación públicamente "a lo largo de la semana", según ha asegurado en la conferencia de prensa posterior al Comité Ejecutvo Nacional del Partido Popular.
"Después de analizar la situación", la dirigente popular concluye que el balance "es dramático y están mucho peor" de lo que su equipo esperaba al asumir el relevo de su antecesor, José María Barreda.
Hay más. En opinión de Cospedal, cuya voz es también la de secretaria general del PP, no solo se ha superado el objetivo de déficit del 1,3% marcado por el Ejecutivo, sino que en lugar del 1,7% que se esperaba y había anunciado en un primer momento, el dato podría estar en realidad "muy por encima del 4%". "Los datos encontrados no son los que nos dieron", ha denunciado la presidenta de Castilla-La Mancha.
Este porcentaje, en realidad, no tiene por qué contradecir las cifras que se han conocido hasta ahora. En los tres primeros meses del año el déficit rozaba ya el 1%. Aunque no todos los trimestres se comportan de forma homogénea, es relativamente fácil inferir que con cuatro trimestres seguidos de déficit el desequilibrio pueda alcanzar el 4%. Además, el último del año es el que suele acumular los datos peores.
El fuego cruzado entre Cospedal y Barreda sobre las cuentas de la región empezó justo después de la victoria popular del pasado 22 de mayo. El número dos del PP en Castilla-La Mancha habló entonces de “quiebra total”, asegurando que el Gobierno regional no iba a tener dinero para pagar la nómina de julio a los 70.000 funcionarios autonómicos y que además adeudaba a proveedores, en su mayoría pymes y autónomos, más de 2.000 millones.
Después del traspaso de poderes, Cospedal se estrenó anunciando la supresión de cargos e instituciones que finalmente llevó a cabo con la reducción de 22 direcciones generales y más del 60% de altos cargos públicos de la región. Se ha tratado, a su juicio, de “una reducción muy significativa de estructuras e infraestructuras administrativas que solo tenían como razón de ser justificar su propia existencia”.
La presidenta de Castilla-La Mancha ha recordado asimismo "la necesidad de la reunión urgente” del Consejo de Política Fiscal y Financiera [previsto para finales de julio] para abordar el análisis del estado de las cuentas de las comunidades autónomas y para ver “cómo evitar solapamientos en competencias y garantizar la mejor prestación de servicios sociales a los ciudadanos”.
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