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Blanco y Barcina celebran el acuerdo en Navarra porque “frena” a Bildu

El ministro ha asistido a la toma de posesión de Yolanda Barcina como presidenta de Navarra

Yolanda Barcina toma de posesión.
Yolanda Barcina toma de posesión. J.DIGES (EFE)

El ministro de Fomento, José Blanco, y la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, han coincidido hoy en Pamplona en celebrar el acuerdo alcanzado en la Comunidad Foral entre UPN y PSN porque de esta forma se ha logrado “frenar” el poder de Bildu en las instituciones.

Blanco, que ha asistido en representación del Gobierno central a la toma de posesión de Barcina como presidenta de Navarra, ha resaltado que le "hubiera gustado" que en las instituciones vascas también se hubieran dado acuerdos para evitar los Gobiernos de la coalición abertzale. El PSOE no se "fía" de Bildu y por tanto el pacto de Gobierno en Navarra propicia un Ejecutivo “sólido, estable, para afrontar los desafíos que tenemos por delante" y ha sido posible “por el buen clima de diálogo y entendimiento" que no se ha producido en el País Vasco.

Tras jurar su cargo y los Fueros “con emoción” en un acto institucional celebrado en el Parlamento de Navarra, Barcina ha subrayado en su discurso oficial que el acuerdo con el PSN “elimina de raíz la posibilidad de que Bildu decida" en las instituciones navarras y ha lamentado asimismo que en otros lugares la falta de acuerdo entre las formaciones democráticas no haya conseguido esta finalidad "ante el estupor de la ciudadanía”.

Barcina, que se ha convertido ya oficialmente hoy en la primera mujer al frente del Ejecutivo foral, ha defendido en todo momento la conformación de su nuevo Gobierno, con cinco consejerías para UPN y tres para el PSN, porque va a dar “mayor solidez, precisamente en uno de los momentos de mayor dificultad económica y en los que hay que ser más audaces en la búsqueda de soluciones”.

“Este Gobierno practicará de manera constante el diálogo y la concertación y respetará la diversidad" de Navarra, en un escenario, ha añadido, de "complejidad política" por el "desencanto" de la ciudadanía con la clase política y la "preocupante presencia" de Bildu.

También Blanco, que ha recordado el trabajo del hasta ahora presidente, Miguel Sanz, al frente del Gobierno durante 15 años, además de la buena relación “institucional y personal” que han mantenido durante estos años, ha asegurado que también ahora trabajará junto a Barcina “con lealtad, compromiso y responsabilidad para mejorar la comunidad”. En clave económica, ha subrayado que “la situación que atravesamos aún presenta incertidumbres”, y que por ello hay que adoptar “nuevos retos que exigen altura de miras y ambición”.

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Blanco no se ha referido en ningún momento a la posibilidad de un adelanto electoral, pero sí lo ha hecho Barcina a primera hora de la mañana en una entrevista concedida a la Cadena Ser. “No soy quien para dar consejos”pero, si fuera la encargada de tomar dicha decisión, “adelantaría las elecciones”, ha asegurado para añadir que lo importante ahora “es ocuparse del verdadero problema, que es la recuperación económica y del empleo. Y que el gran debate sea si adelantar o no las elecciones, me parece que es perder el tiempo para resolver los verdaderos problemas”.

El adiós de Miguel Sanz

Los últimos meses han sido los de las despedidas. Despedida como parlamentario tras 24 años, despedida al frente de la última sesión de Gobierno y la correspondiente despedida en cada acto al que asistía. Hoy Miguel Sanz (Corella,Navarra, 1952) ha dejado definitivamente atrás la presidencia del Ejecutivo navarro, que ha ejercido durante los últimos 15 años, y lo ha hecho de forma voluntaria, dando el relevo a Yolanda Barcina.

El adiós de Sanz, que no ha aclarado todavía cuál será su futuro en los próximos meses, aunque todo apunta a que podría desempeñar funciones en algunas empresa privada, se ha producido con la sensación personal de los deberes hechos. Fue él quién apostó de forma clara por Yolanda Barcina para sucederle al frente de UPN, y por tanto también al frente del Gobierno, y fue él quién apostó también por un Ejecutivo de coalición con los socialistas, para frenar el acceso del nacionalismo al poder. Durante meses ha defendido de forma pública y abierta la necesidad de un acuerdo que implicara al Partido Socialista de Navarra en la gobernabilidad y permita la formación de un Gobierno "estable y sólido" para los próximos cuatro años. Y así ha sido. El acuerdo entre UPN y PSN llegó hace poco más de una semana con el correspondiente reparto de carteras.

Sanz, que comenzó su carrera política como alcalde de su pueblo en 1983 y dirigió UPN entre 1997 y 2009, fue el principal defensor de los acuerdos alcanzados en la pasada legislatura con el PSN, que acabaron desencadenando su ruptura con el PP, en octubre de 2008. Un divorcio, tras 20 años como socios en Navarra, que tampoco asustó en exceso, o al menos de cara a la galería, al entonces presidente del Gobierno navarro, en lo que a pérdida de votos podía suponer.

Así, las elecciones del pasado 22 de mayo, las primeras a las que no se presentaba como candidato, suponían la prueba del fuego para los regionalistas, que acudían a las urnas en solitario. En esa cita electoral, UPN perdió tres escaños pero volvía a ser la fuerza más votada en Navarra y también en Pamplona. El PP, por su parte, se estrenaba con marca propia en la Cámara navarra con cuatro representantes, que no eran suficientes para alcanzar la mayoría absoluta junto a los regionalistas.

De esta forma, el acuerdo final con el PSN, bajo la presidencia de Barcina, supone para Sanz “un referente” para España, “por la necesidad que tiene el país de alcanzar un gran acuerdo por parte de los dos grandes partidos para llevar a cabo las reformas necesarias frente a las dificultades de la crisis económica”.

De forma previa al acto de toma de posesión de hoy, Sanz y Barcina protagonizaron ayer el acto de transmisión de la presidencia. Fue en las dependencias del Palacio foral, donde Sanz entregó a su sucesora un ejemplar facsímil de la obra Idea de un Príncipe Político Christiano en cien empresas, de Diego de Saavedra Fajardo, editado en Amberes en 1678. El libro recoge consejos para actuar en la vida pública, esa que abandona hoy Sanz, al menos, desde la primera fila.

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