Ezker Batua rechaza seguir en Álava las indicaciones de IU
Su voto decidirá si PP o PNV gobernarán la Diputación El partido dice tener las “manos libres” frente a las directivas de Lara
En Euskadi todos siguen al milímetro los movimientos de Ezker Batua (EB) en Álava. La marca vasca de Izquierda Unida (IU) tiene la llave del Gobierno en la Diputación, que cuenta con amplias competencias en materia de impuestos y servicios sociales debido al régimen foral.
Sus dos representantes en el legislativo provincial, las Juntas Generales, decidirán quién gobernará los próximos cuatro años: si el PNV, cuyo candidato, Xabier Agirre, opta a la reelección, o el aspirante del PP, la lista más votada, Javier de Andrés. En todo caso, el sector que controla EB en Álava, encabezado por el ex coordinador general, Javier Madrazo, rechaza seguir la indicación de la dirección de IU de impedir gobiernos del PP y asegura que tiene las “manos libres” para decidir.
Sus dirigentes sostienen que, si no llegan a un acuerdo con los peneuvistas, votarán a su propia candidata, dejando vía libre al PP. Y la dirección de IU, encabezada por Cayo Lara, aún aturdida por lo ocurrido en Extremadura, no puede permitirse otro desaire.
El PP sumaría 25 votos en la investidura, gracias al apoyo del PSE-EE, mientras que el PNV tiene 24 con el respaldo de los junteros de Bildu. Aunque en Álava la situación dista mucho del caso extremeño, porque no existe una presión de las bases para forzar el relevo del PNV, todo dependerá de si los nacionalistas están dispuestos a incluir en su agenda de gobierno las exigencias de EB, según sus dirigentes. Entre ellas destaca la recuperación del impuesto sobre el patrimonio, suprimido durante la pasada legislatura.
En paralelo, la formación, que perdió sus representantes en las tres capitales vascas, así como en las Juntas de Vizcaya y Guipúzcoa, sigue partida en dos, caminando hacia la ruptura total, tras más de un año de guerra fría por el control de los censos de afiliados.
Por un lado está el sector encabezado por Madrazo, rostro visible del acercamiento al nacionalismo en las últimas décadas, que cristalizó con la entrada de EB en el tripartito de Juan José Ibarretxe. Por el otro está la corriente agrupada en torno al coordinador general, Mikel Arana, que tiene el respaldo del Partido Comunista y de la Dirección de IU. El sector de Madrazo ha tejido lazos con el sector crítico en Madrid, encabezado por Gaspar Llamazares.
IU ve con buenos ojos un respaldo a los nacionalistas para cerrar el paso al PP. “El PNV es un partido de derechas, pero tiene perfil de centro”, explicó semanas atrás su secretario de organización, Miguel Reneses. “El PP es la derecha nítida”, recalcó entonces. IU también se mostró contraria a que EB entre en el Gobierno foral de la mano del PNV. Mientras tanto, el sector de Madrazo, especialista en acuerdos imposibles a última hora, mantiene el suspense.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.