García Albiol, el candidato de la discordia

El muro que rodea a la Fundació Ateneu Sant Roc, en uno de los barrios más desfavorecidos de Badalona, cita a Bertol Brecht y recuerda que “una persona que lucha un día es buena, pero una que lo hace toda la vida es imprescindible”. En la entidad solidaria, hay varios voluntarios que van camino de convertirse en verdaderamente indispensables. Desde hace 40 años trabajan por erradicar la pobreza y la exclusión social en la zona. Lo empezaron a hacer cuando sus habitantes eran inmigrantes andaluces y extremeños, y continúan ahora que los recién llegados son pakistaníes, rumanos y bolivianos. Esta tarde continuaba allí la actividad cotidiana, aunque no eran ajenos a que el candidato del Partido Popular (PP) a la alcaldía se presentó por la mañana como el mejor situado para tomar la vara de mando este sábado. Xavier Garcia Albiol ha hecho en la oposición un discurso duro contra la inmigración, que muchos tachan de xenófobo, vinculando este fenómeno con la inseguridad ciudadana y poniendo a Badalona en el foco mediático. Algo que le ha costado la oposición del resto de fuerzas políticas, pero que ha conectado con una parte del electorado y le permitirá gobernar en minoría (11 de los 27 concejales) en la tercera ciudad más poblada de Cataluña, algo insólito hace tan solo unos años.

El debate sobre la situación política en la ciudad ha trascendido más allá de sus fronteras y en Badalona enciende las conversaciones en cada corrillo. Los partidarios de Albiol (33,4% de los votos) creen que es necesario un cambio en el Consistorio después de 32 años de gobierno socialista (la mayoría de ellos, en coalición con otras fuerzas). Ven en el candidato popular alguien capaz de resolver, entre otras situaciones, la degradación de algunos barrios y las fricciones que genera la convivencia entre diferentes comunidades. Los que apoyan un gobierno progresista, en cambio, opinan que Albiol ha manchado la imagen de la ciudad con sus campañas, piensan que no podrá cumplir sus promesas electorales y que no es posible ahuyentar a los inmigrantes incívicos a base de presión policial, como el líder del PP llegó a proponer. Más allá del ‘azote al inmigrante’, argumentan, no hay un discurso sólido. La opción de un gobierno de coalición PSC-CiU se desvaneció el lunes, cuando los convergentes aseguraron que, en la mayoría de ciudades catalanas, optarán por respetar la lista más votada.

La cuestión no deja indiferente a nadie. Ana es taxista en la ciudad desde hace 20 años. “Badalona había que menearla, porque se había acomodado. Contra los inmigrantes no tengo nada, pero tienen que adaptarse, como lo hizo mi padre cuando llegó de Córdoba”, cuenta en la parada frente al hospital municipal. Como otros vecinos, cree que hay barrios que se han deteriorado con la oleada migratoria de la última década. García Albiol ha sabido capitalizar ese descontento y le ganado la calle al gobierno municipal, llevando su discurso barrio por barrio durante toda la legislatura.

Salvador Figuerola es el director de la Fundació Ateneu Sant Roc. Desde hace 25 años trabaja en la entidad, y en una pausa en su actividad diaria, asegura que las administraciones deberían implicarse más en proyectos de bienestar social como el que encabeza, y que sigue adelante gracias, en buena parte, al esfuerzo de voluntarios y colaboradores. “El desconocimiento hacia el otro es lo que provoca que las diferentes comunidades vivan aisladas en el barrio y se miren con recelo. Con nuestro programa, estructurado en 16 proyectos intentamos eliminar barreras y reconquistar la calle. Hemos de ser constantes, como la gota malaya”, explica Figuerola, quien opina que la retórica política entorpece, en ocasiones, su trabajo.

También en el barrio de Artigues, otro de los más populosos, hay iniciativas en marcha para fomentar la adaptación de los recién llegados. El presidente de la asociación de vecinos, José González, asegura que por el local pasan cada día unos 100 inmigrantes para aprender castellano y catalán. “En estas calles hay problemas que resolver, como el tráfico de drogas y los pisos sobreocupados, pero rechazamos el discurso xenófobo y embustero de Albiol”.

En medio de todo este revuelo mediático, las comunidades de inmigrantes no pierden de vista lo que sucede. O por lo menos aquellos que dominan el idioma. Khan procede de la región de Swat al norte de Pakistán y hace 16 años que vive en España. Se instaló en Badalona en 2002 y ahora regenta un bar en el barrio de Llefià. “Si Albiol viene con la ley del palo se equivoca, trabajando por la convivencia hemos avanzado mucho estos años. Algunos sin papeles nos preguntan si van a echarlos, pero yo creo que ningún gobierno tiene el dinero suficiente para hacerlo. Creo que es todo campaña política”, comenta, tranquilo, Khan. “Traemos a Badalona la misma ilusión que traían los inmigrantes andaluces. Lo que pasa es que nosotros venimos desde un lugar a 12.000 kilómetros”.

En sus polémicas campañas, Garia Albiol ha puesto el acento en la inmigración. Algunas de sus afirmaciones le han llevado a enfrentarse al resto de formaciones políticas, -actualmente una de sus campañas está en los juzgados, de hecho- pero han contribuido a su progresión hacia a la alcaldía. "¿Tu barrio es seguro?", planteaba en un panfleto ilustrados con fotografías de inmigrantes. El líder cree que hay una relación directa entre inmigración e inseguridad en Badalona, una ciudad que registra índices de inmigración por debajo de la media de Barcelona y Cataluña. En este sentido, ha llegado a asegurar que hay extranjeros, “sobre todo gitanos rumanos, que han venido exclusivamente a delinquir”, “que hacen la vida imposible a los vecinos y que se aprovechan de las ayudas sociales”, a las que según él, tienen acceso cuando apenas llevan unos meses empadronados. Preguntado por las posibles soluciones a lo que considera un problema ha respondido: “mano dura: presión policial y restricciones sociales para los incívicos”. En la pasada campaña, comentó ante la incredulidad de sus rivales. "Sé que eso no es solucionar el problema, sino trasladarlo, pero a mí lo que me importa es Badalona. Que el resto de Administraciones hagan sus deberes".