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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Prosperidad e igualdad, el reto de la ciudad contemporánea

La equidad territorial exige que residentes y empleados de toda área urbanizada tengan acceso a los servicios esenciales, pero, ¿es posible satisfacer ambas demandas simultáneamente?

Ciudades contemporáneas
Una instantánea de La Plata, Argentina.Camila Trejos / EyeEm (Getty Images/EyeEm)

Las ciudades contemporáneas se encuentran ante el acuciante reto de satisfacer una doble demanda ciudadana -prosperidad e igualdad de oportunidades- hecho que se antoja a priori contradictorio. Por un lado, la globalización impone unas reglas de competencia internacional que fuerzan a las urbes a fortalecer las áreas de la economía que presentan una ventaja comparativa local, por la vía de la sofisticación y diversificación de productos y servicios, con el objeto de garantizar la competitividad.

Por otro lado, una población exigente requiere de un acceso distribuido y equitativo en el territorio a los servicios y condiciones de vida de calidad en materia de oportunidades de empleo, vivienda, educación, sanidad, oferta cultural y de ocio.

Iniciativas como el foro de debate urbano BarcelonaDemà, promovido por el Pla Estratègic Metropolità de Barcelona, activo desde 2020, proponen proyectos para avanzar en el objetivo doble del crecimiento y la inclusión y proveen un marco de análisis y acción supramunicipal para implementar cambios.

El éxito de la economía del conocimiento en países desarrollados requiere de una concentración geográfica de actividades intensivas. A su vez, la exigencia de equidad territorial exige que los residentes y empleados de toda área urbanizada tengan acceso a los servicios esenciales. ¿Es posible satisfacer ambas demandas simultáneamente? La ciudad de los 15 minutos se propone permitir a todo ciudadano el acceso a menos de un cuarto de hora a pie a servicios de vivienda, empleo, ocio y cultura o movilidad en barrios bien conectados que permitan una interacción social fructífera. La inmensa mayoría de urbes no cumplen dichos estándares.

Desde el Laboratorio de Innovación de la Universidad de Harvard el equipo de Aretian ha desarrollado una metodología científica que permite alinear el desarrollo urbanístico con el económico, con el objeto de profundizar en la comprensión de cómo las diferentes tipologías de diseño urbanístico impactan en el comportamiento humano y en la calidad de vida. La modelización como un sistema complejo en red nos permite identificar qué tipos de intervenciones de diseño urbanístico, infraestructural, de distribución de usos y de activación económica nos acercan a los objetivos.

El resultado del estudio de Aretian ilustra que existen 10 principales tipologías de diseño urbano. Cada una pertenece a una familia de redes urbanas, en función de su topología bidimensional, su morfología tridimensional, y su nivel de escala. Así, cada una puede describirse, tanto visualmente como matemáticamente, mediante redes en permanente dinamismo.

Así, podemos medir el nivel de rendimiento de cada área con gran nivel de detalle en lo que respecta a sus sistemas urbanos: red de talento, economía y creación de riqueza, cadenas de valor por sector de actividad, sistema de movilidad, energético e hídrico.

El análisis de 100 áreas metropolitanas ha revelado que de las 10 tipologías de diseño urbano, tan solo una de ellas está en condiciones de satisfacer los estándares de calidad: la ciudad fractal

Algunos ejemplos representativos de tipologías incluyen la Ciudad de Pequeño Mundo (como los centros históricos de Brujas, Bruselas, o Tallinn), la Radial (París, Milán, Beijing), la Reticular (Nueva York, Chicago), la Orgánica (São Paulo), la Lineal (Turín, Karlsruhe, Adelaide), la Ciudad Jardín (Arlington, New Towns), y la Fractal (Eixample de Barcelona, La Plata, Argentina). En líneas generales, cada tipología presenta algunas ventajas y desventajas inherentes a su estructura. Sin embargo, algunos modelos urbanos presentan cualidades que se han comprobado superiores a otros.

El resultado del análisis de 100 áreas metropolitanas de todo el mundo ha revelado que de las 10 tipologías de diseño urbano, tan solo una de ellas está en condiciones de satisfacer los estándares de calidad: se trata de la ciudad fractal.

Esto se debe a que los modelos de diseño aúnan los beneficios exponenciales de la concentración geográfica de actividad intensiva en conocimiento con una distribución policéntrica, que permite a cualquier rincón estar conectado con los servicios esenciales. Por un lado, permiten capitalizar los beneficios exponenciales de la concentración geográfica de usos en el centro neurálgico, a la vez que se produce una distribución de centros de segundo y tercer orden alrededor de plazas e intersecciones repartidas por el territorio urbano. Por otra parte, el modelo fractal permite que desde cualquier área de la ciudad se tenga acceso a los servicios esenciales de tipo comercial, cultural, socio-sanitario y educativo.

Los distritos predominantemente fractales presentan un nivel de eficiencia 250% superior al de las radiales, y un 86% superior al modelo de metrópoli de pequeño mundo. En adelante, el gran reto será el de identificar qué tipo de intervenciones de diseño de trazado urbano, nivel de densidad, altura de edificios, localización inteligente y diseño de centros de refuerzo de la economía del conocimiento, distribución geográfica de servicios, estructura del modelo de movilidad deben ser priorizadas para reforzar la condición fractal de la misma, y permitir, en último término, la consolidación de los estándares de calidad.

Los fondos Next Generation EU, y más concretamente aquellos destinados a proyectos de transición digital, deben servir para perfeccionar y profundizar los modelos matemáticos y la inteligencia artificial utilizados como un sistema complejo en red. Explorar su potencial a escala urbana, supra-metropolitana y regional nos permitirá identificar mejor qué tipos de intervenciones de diseño espacial, infraestructural, de distribución de usos y de activación económica pueden ayudarnos a desplegar el modelo de urbe que necesitamos.

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