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Derechos Lgtbiq
Tribuna
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Mujeres ‘queer’ y derechos humanos en Guinea Ecuatorial

Una artista acosada por fusionar la bandera ecuatoguineana con la bandera arcoíris, una abogada y defensora inhabilitada y la derogación de la patria potestad a madres ‘queer’: tres casos que enmarcan la narrativa política a la que se enfrenta la comunidad LGTBIQ+

Protesta en Madrid contra el dictador ecuatoguineano Teodoro Obiang Nguema, en 2019.
Protesta en Madrid contra el dictador ecuatoguineano Teodoro Obiang Nguema, en 2019.SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

Las mujeres queer han marcado la agenda política de Guinea Ecuatorial en los últimos dos años. Lo hacen desde el activismo, la defensa de los derechos humanos y la denuncia anónima. Son tres estrategias que transgreden el “modelo de mujer virtuosa” promovido por las instituciones públicas y que han despertado interés en el Examen Periódico Universal 2024 correspondiente al Cuarto Ciclo (un mecanismo de la ONU para revisar el cumplimiento de las obligaciones de los países en materia de derechos humanos). Los poderes públicos ecuatoguineanos, para desalojar a las mujeres de la esfera pública, han diseñado políticas y delineado narrativas que entrelazan nacionalcatolicismo y tradiciones étnicas. Las dos corrientes ideológicas preconizan que “las lesbianas no son mujeres, no son ciudadanas, y no son africanas”.

Este artículo está inspirado en el libro Cuerpos marcados, vidas que cuentan y políticas públicas (Bellaterra, 2019), editado por Lucas Platero y Silvia López. El texto, deslocalizado hasta Guinea, pretende averiguar cómo las políticas marcan los cuerpos queer femeninos a través del análisis de tres casos. Primero, el acoso cibernético organizado contra la artista e influencer Ana María Anguesomo Nzang después de que creara, en el marco del WorldPride 2023, un diseño que fusiona la bandera de Guinea Ecuatorial con la bandera arcoíris. El esbozo artístico se popularizó con el nombre “bandera Anguesomo”. Segundo, la inhabilitación de la abogada y defensora de derechos humanos Gema Jones Ndjoli, directora del despacho JONES & SACRISTÁN. Tercero, la derogación de la patria potestad a madres queer, una práctica que denuncian 42 disidentes sexuales en el Informe Sobre Lesbofobia, Derechos Humanos y Redadas Policiales en Guinea Ecuatorial.

La escritora Olga Viñuelas señala que las mujeres queer tienen que “hacer frente a la misoginia”, primero, y “luego a la lesbofobia”, para empoderarse. Guinea Ecuatorial, que penaliza la homosexualidad en la jurisdicción civil y militar, no recoge de manera expresa el término lesbiana ni la sexualidad femenina disidente en sus normas, aunque el salto a la agenda política está protagonizado precisamente por mujeres queer.

La “bandera Anguesomo” llegó a las redes sociales a la vez que el acoso cibernético, que lanzaba el siguiente mensaje: mujer de pasado normal, ahora de sexualidad anormal y transformación de mujer a otra especie, si regresas a nuestro país no lo vas a contar. Un tuit en la red social X del vicepresidente del país, Teodoro Nguema Obiang Mangué, cuyo contenido encaja en la estrategia política cripwashing o lavado de cara, agudizó la sexualización de la artista.

Cripwashing es el uso interesado que se hace del discurso de las personas con discapacidad para justificar el quebrantamiento de derechos de otros colectivos en situación de desventaja. En este caso, el vicepresidente describía la “bandera Anguesomo” a partir de la autenticidad ecuatoguineana frente a lo exógeno, la comunidad LGTBIQA+, y que en su opinión constituye una falta de respeto a todo un país.

Sin país e inhabilitada está Gema Jones Ndjoli. No existe una orden que le prohíbe la entrada a Guinea Ecuatorial, pero el acoso cibernético que acompaña su carrera transmite el siguiente mensaje: hasta que renuncies a ser trans y activista no te dejaremos; en nuestra sociedad no queremos a mujeres disfrazadas de hombres y viceversa; vete a España. Jones Ndjoli considera que el Colegio de Abogados ejerce acoso LGTBIQA+ fóbico y misógino contra ella, y lo ha denunciado en varias ocasiones, pero tanto ella como Ana María Anguesomo Nzang transgreden el “modelo de mujer virtuosa” que ya destacó la primera dama Constancia Mangué Nsue Okomo en 2019, utilizando la estrategia política cripwashing, la misma que el vicepresidente en el caso “bandera Anguesomo”.

El “modelo de mujer virtuosa” está institucionalizado en la comunidad LGTBIQA+. Las familias, cuando sus hijas queer deciden asumir la maternidad, solas, o en parejas con mujeres, recurren a los poderes públicos, a las comisarías de policía y al Ministerio de Asuntos Sociales e Igualdad de Género principalmente para derogarles la patria potestad sin documento administrativo que lo certifique. El proceso convierte a las mujeres queer en “no mujeres”. Así se recoge en el Informe Sobre Lesbofobia, Derechos Humanos y Redadas Policiales en Guinea Ecuatorial.

Que las lesbianas y las bisexuales se pongan a parir. En nuestro país hay pocos habitantes. Con este discurso se posicionó la primera dama Constancia Mangué Nsue Okomo frente a la presión internacional surgida en torno al Examen Periódico Universal correspondiente al Tercer Ciclo.

Las narrativas LGTBIQA+ fóbicas y lesbofóbicas contravienen la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW) y su Protocolo Facultativo, ratificados por Guinea Ecuatorial. La salud mental y la exclusión ocupan el primer eslabón de obstáculos que enfrentan las mujeres queer ecuatoguineanas, pero se cristianizan a su vez retos que siembran resiliencias. Una parte de sociedad ecuatoguineana, en su mayoría joven, valora la valentía que desprenden. Este espaldarazo transmite un mensaje, que las vidas de las mujeres queer sí cuentan, aunque las políticas marcan sus cuerpos y carreras profesionales.

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