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Clima y Medio Ambiente
Tribuna
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¿Un río Sena en las Américas?

Después de ver a atletas y autoridades bañarse en el río Sena durante los Juegos Olímpicos de París, algunos espectadores de otros países probablemente se preguntaron: ¿podría suceder algo así en mi ciudad?

La avenida costera de La Rambla en Montevideo (Uruguay).
La avenida costera de La Rambla en Montevideo (Uruguay).Paulo Fridman (Corbis via Getty Images)

Como especialista en desarrollo, me emocionó la decisión de Francia de utilizar los Juegos Olímpicos para mostrar la extraordinaria recuperación del “río más romántico del mundo”. El Sena, como casi todos los grandes ríos urbanos, fue víctima de la contaminación durante décadas. Pero gracias a múltiples inversiones en infraestructura sanitaria, los nadadores olímpicos se han vuelto a zambullir en el Sena, como lo hicieron cuando París fue sede de los Juegos hace 124 años.

Aunque es cierto que Francia gastó millones de euros para lograr esta transformación, la recuperación de los ríos no debería verse como un lujo al que sólo pueden acceder las ciudades más ricas. En América Latina y el Caribe, donde los ingresos en promedio son la mitad de los de Francia, varios países han estado limpiando sus ríos y bahías durante décadas, con resultados no menos espectaculares que los de París. Su éxito ofrece lecciones que las ciudades de todo el mundo pueden aprovechar para recuperar sus riberas y costas.

Primero, se debe recompensar la planificación a largo plazo. Quien visita la capital de Uruguay estos días seguramente pasará un rato en la Rambla, una avenida costera de 24 kilómetros que sigue los contornos de la bahía de Montevideo. La Rambla ofrece acceso a parques que están llenos de corredores, ciclistas, bañistas y jugadores de voleibol de playa. Muchos de ellos ya no recuerdan que, hace cuatro décadas, la bahía de Montevideo apestaba a aguas residuales. Las autoridades decidieron atacar el problema de raíz con un plan a largo plazo para modernizar el sistema de saneamiento de la ciudad. Desde entonces, los gobiernos nacionales y municipales sucesivos han honrado esta visión, asegurando que las inversiones necesarias se llevaran a cabo sin interrupción.

Varios países han estado limpiando sus ríos y bahías durante décadas, con resultados no menos espectaculares que los de París

Las autoridades uruguayas sabían que, incluso después de que las aguas residuales dejaran de fluir hacia la Bahía, se necesitarían muchos años para que la calidad del agua fuera lo suficientemente buena como para permitir actividades recreativas. Sin embargo, estaban convencidos de que valía la pena esperar. A medida que la bahía de Montevideo se recuperó, los valores de las propiedades frente al mar aumentaron, los restaurantes y tiendas regresaron y la gente comenzó a redescubrir la Bahía. Un ciclo similar de renacimiento urbano ha sido desencadenado por esfuerzos de limpieza de varias décadas en la bahía de Panamá y el río Mapocho, en Santiago de Chile.

Un segundo secreto para una restauración exitosa de los ríos es asegurar el apoyo de las comunidades locales. El río Medellín en Colombia es uno de los más limpios de América del Sur, gracias a tres décadas de inversiones de EPM, una empresa de servicios públicos de propiedad estatal. Para lograrlo, EPM tuvo que construir grandes plantas de tratamiento de aguas residuales en medio de zonas residenciales. Antes de que comenzara la construcción, la empresa pasó meses trabajando con grupos comunitarios para socializar los beneficios de las inversiones e incorporar características que hicieran que las instalaciones fueran atractivas para los residentes, como parques acuáticos. Combinados con tecnología de punta para prevenir olores en las nuevas plantas, estos esfuerzos aseguraron que proyectos complejos se completaran sin protestas ni demoras. Hoy en día, Medellín alberga una red de parques ribereños y un festival navideño que atraen a más de un millón de turistas al río cada año.

El río Medellín, que cruza esta montañosa ciudad de Colombia.
El río Medellín, que cruza esta montañosa ciudad de Colombia.Alamy Stock Photo

Introducir redes de alcantarillado sanitario a zonas de bajos ingresos también exige innovación continua. Hace 30 años que SABESP, una empresa de servicios públicos que proporciona agua y saneamiento a 26 millones de personas en São Paulo, Brasil, ejecuta obras con el objetivo de recuperar el río Tieté. Para acelerar los avances en el río Pinheiros, uno de los principales afluentes del Tieté, SABESP licitó contratos de “pago por desempeño” a empresas que diseñaron medios no convencionales para construir redes de alcantarillado en favelas o barrios marginales densamente poblados. Además de mejorar la calidad de vida de los vecinos, estos contratos lograron en tres años lo que normalmente hubiera exigido más de ocho. Ahora, la condición del Pinheiros ha mejorado tanto que una ciclovía a sus orillas se ha convertido en una de las más concurridas de la ciudad.

Cuencas transfronterizas

Una lección final es que algunos ríos no pueden ser limpiados por un solo país. Guatemala, Honduras y El Salvador están llevando a cabo un esfuerzo histórico en la región del Trifinio para evitar que residuos líquidos y sólidos no lleguen a los ríos Lempa y Motagua, dos fuentes críticas de agua y riego cuyas cuencas se superponen a las fronteras nacionales. Bolivia y Perú avanzan en un plan integral para mejorar su gestión conjunta del lago Titicaca. Y las ocho naciones que comparten la inmensa cuenca del río Amazonas han creado una agencia de clase mundial para monitorear y proteger el río más caudaloso del mundo.

El renacimiento del río Sena es motivo de celebración para toda la humanidad. Ahora nos toca asegurar que todas las cuencas disfruten de un destino similar.

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