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El emprendimiento en África crece en un escenario de desplome de la inversión global en ‘start-ups’

Las empresas emergentes innovadoras africanas han conseguido mantener e incluso aumentar la atracción de fondos de capital de riesgo, en un momento en que el sector cae hasta un 35% en todo el mundo

emprendimiento África
Un hombre llama desde su teléfono en la recepción del Co-Creation Hub en Yaba, Lagos (Nigeria).SOPA Images (SOPA Images/LightRocket via Gett)
Carlos Bajo Erro

Las inversiones mundiales en start-ups se desplomaron en 2022. Según Bloomberg, fue el año de la peor caída de las inversiones de riesgo en las últimas dos décadas, mientras que la plataforma sobre información empresarial Crunchbase fija la reducción en un 35% con respecto a 2021, un total de 236.000 millones de dólares (222.000 millones de euros) menos. Sin embargo, en mitad de este escenario de caída, África ha sido el único continente en el que han crecido las inversiones en empresas emergentes innovadoras. Este incremento es de apenas un 5%, según los datos recogidos por el observatorio Africa: The Big Deal, pero suficiente para reclamar esa particularidad.

“La tech africana puede convertirse en un valor refugio”, advierte Samir Abdelkrim, un periodista y analista franco-argelino que conoce bien los ecosistemas innovadores del continente africano, para explicar un insólito escenario en la inversión global en empresas emergentes. En los últimos años, el ecosistema africano de las start-ups ha atraído la atención de muchos inversores y los analistas se han esforzado en intentar explicar su particularidad. Cuando solo unos pocos se arriesgaban y hacían crecer un mercado incierto, el objetivo era convencer a los inversores del potencial de ese ecosistema. Hoy, la excepcionalidad africana se ha consolidado como un espacio atractivo para los negocios innovadores.

Los datos son lo bastante claros para ratificar esta trayectoria. Los principales informes sobre la inversión en start-ups en África coinciden en el aumento, aunque presentan algunas diferencias porque usan metodologías diferentes y tienen enfoques distintos. Estas disparidades de criterio provocan que la cifra total de capital atraído por las empresas emergentes africanas varíe desde las estimaciones más bajas, unos 3.300 millones de dólares, a las más optimistas, de casi el doble.

Nigeria continúa siendo el campeón de las startups del continente y lidera con contundencia la lista de los países más atractivos y junto a Kenia, Sudáfrica y Egipto

El informe anual de la consultora Partech sitúa el crecimiento de la inversión en start-ups africanas en 6.500 millones de dólares, lo que supone un incremento del 8% respecto al año anterior; Briter Bridges documenta 5.400 millones de dólares invertidos, con un aumento próximo al 6%; Africa: The Big Deal coloca la cifra de inversión en los 4.800 millones de dólares y el crecimiento en un 5%; y Disrupt Africa, que usa en su investigación el criterio más restrictivo, recoge más de 3.300 millones de dólares invertidos, con un ascenso de más del 50% de capital respecto al año anterior. Las diferencias radican, por una parte, en el tipo de trato que recoge cada uno de los informes, tanto en lo que se refiere a la cuantía como en la publicidad del acuerdo. Y, por otra, en las diferencias al definir los rasgos de una start-up africana, tanto en relación con la titularidad como con el sector en el que operan las empresas. En todo caso, hay consenso en que el ecosistema africano ha resistido el vendaval que ha azotado el sector a escala global.

Abdelkrim, impulsor del evento Emerging Valley que anualmente reúne a start-ups africanas con inversores y otros actores en la ciudad francesa de Marsella, señala que estas cifras hacen que “la anomalía africana se confirme, para convertirse en una especificidad contracíclica”. Por su parte, Max Cuvellier, uno de los fundadores del observatorio Africa: The Big Deal, destaca que continúa el desequilibrio entre la realidad del continente africano y las tendencias globales. En este caso, para Cuvellier, la relativa desconexión de la economía africana ha preservado la tendencia al crecimiento del sector de las empresas emergentes. Para este experto, esa desconexión ha hecho que los efectos del recalentamiento de la inversión global durante 2021, que se han reajustado durante 2022, no hayan sido tan inmediatos y que para cuando han llegado al continente lo hayan hecho mitigados. Además, “los inversores en África están acostumbrados a asumir más riesgos”, según Cuvellier, por lo que sus decisiones están mucho menos condicionadas a cambios coyunturales.

A pesar de que el ecosistema africano pueda representar una excepción en el panorama global, Mareme Dieng, responsable para África de 500 Global, uno de los fondos que más invierte en el continente, recuerda que no es una casualidad: “Hace años que el ecosistema está en crecimiento apoyado en empresas que tienen como objetivo dar solución a problemas cotidianos de la ciudadanía”. Esta experta en innovación y en inversión llama la atención sobre el hecho de que estas empresas emergentes presentan modelos de negocio con valor añadido y que continuarán manteniendo el éxito que han mostrado en los últimos años, en la medida que sigan dando respuesta a problemas reales.

En África la austeridad es un estándar y las soluciones africanas a esta situación pueden ayudar a ganar tiempo para salir de este contexto
Samir Abdelkrim, periodista y analista

Los ‘cuatro grandes’

Nigeria continúa siendo el campeón de las start-ups del continente y lidera con contundencia la lista de los países más atractivos. Junto a Kenia, Sudáfrica y Egipto afianza la primacía de los cuatro grandes. Este cuarteto monopoliza el 75% de la inversión, según el informe anual de Briter Bridges. De la misma manera, las fintech —dedicadas a ofrecer soluciones financieras— continúan acaparando la mayor parte del interés de los inversores, pero su hegemonía es un poco menos aplastante. La experta Mareme Dieng ya había advertido el año pasado esa dinámica de diversificación y su previsión se ha cumplido.

En lo que se refiere al resto de espacios, destacan Ghana, que completa el quinteto, recuperando un puesto que perdió el año pasado, y Senegal, Uganda, Tanzania, Argelia, Túnez o Marruecos, que se disputan las posiciones de aspirantes en los diferentes estudios.

En cuanto a sectores, los datos de Africa: The Big Deal revelan un descenso de las inversiones en fintech, que se contrarresta con una consolidación de sectores como la energía, la logística, el comercio o las telecomunicaciones, por ejemplo. Dieng incluye en esta lista de sectores con una proyección sólida las empresas que desarrollan soluciones basadas en Inteligencia Artificial, además de las cleantech (empresas que utilizan tecnologías limpias para reducir la huella medioambiental) y las que abordan la salud.

En África la austeridad es un estándar y las soluciones africanas pueden ayudar
Samir Abdelkrim, periodista y analista experto en 'startups' africanas

La responsable para los mercados africanos del fondo 500 Global considera que esta diversificación demuestra un “nivel de madurez, que no consolidación porque los ecosistemas están todavía muy fragmentados y no hay evidencias que justifiquen hablar de consolidación”. En todo caso, sí que suponen “una mayor sofisticación por parte de los inversores”. Samir Abdelkrim, por su parte, encuentra en esta diversificación una parte de la posible aportación de la innovación africana a los mercados europeos. “Aquí no paramos de hablar de austeridad y de optimizar el consumo y la producción de energía. En África la austeridad es un estándar y las soluciones africanas a esta situación pueden ayudar a ganar tiempo para salir de este contexto”, comenta.

El periodista y emprendedor es un firme defensor de la transferencia de conocimientos entre Europa y África, y llama la atención sobre las actuales condiciones del contexto global. “El año pasado las start-ups que están repensando la cadena alimentaria eran un bonito sueño, ahora se sabe que no hay alternativa que hacerlo. Igual que las empresas del sector de la energía, las soluciones africanas se asumían casi como folclore y ahora se ha visto que son la única opción”, afirma Abdelkrim. En resumen, destaca que “es el momento más adecuado para pensar nuevos modelos en diferentes ámbitos y las experiencias africanas son muy válidas”.

Max Cuvellier entiende que la diversificación “de mercados, sectores o perfiles de emprendedores” puede ser también una estrategia para reducir el riesgo. De la misma manera, este experto analista, considera que el mantenimiento de los niveles de inversión puede responder al despliegue de los fondos que se lanzaron en los ejercicios de 2020 y 2021. Mirando hacia el futuro, Mareme Dieng cree que 2023 será un año de adquisiciones entre empresas africanas. “Hay start-ups que están tomando gran volumen, pero no tienen estructura suficiente para dar respuesta a ese volumen de negocios, así que asistiremos a un escenario de adquisiciones”, explica la experta senegalesa, que insiste en el apego a las ideas de negocio que dan solución a problemas reales como marca de identidad de las start-ups africanas.

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Sobre la firma

Carlos Bajo Erro
Licenciado en Periodismo (UN), máster en Culturas y Desarrollo en África (URV) y realizando un doctorando en Comunicación y Relaciones Internacionales (URLl). Se dedica al periodismo, a la investigación social, a la docencia y a la consultoría en comunicación para organizaciones sociales.

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