Ni terrorismo ni guerra: el desempleo es la mayor fuente de inseguridad en África del Oeste
El primer barómetro de percepción ciudadana de la seguridad realizado en Senegal, Gambia y Guinea Bisáu señala cuestiones cotidianas como el trabajo, acceso al agua potable o la polución como principales inquietudes de la población
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El binomio seguridad y África enciende todas las alarmas del pensamiento: terrorismo de corte religioso, guerras interétnicas o tráfico de mercancías y personas. Las agendas sobre la seguridad de la región de África del Oeste están condicionadas por la geopolítica y los intereses económicos estatales y, muchas veces, marcados por las grandes agencias mediáticas internacionales. Una iniciativa del laboratorio LASPAD (Laboratorio de análisis de las sociedades y poder África-Diásporas) de la Universidad Gaston Berger de Saint Louis (Senegal), iniciada en 2018 por un equipo académico dirigido por el sociólogo Rachid Id Yassine en tres países de la zona (Senegal, Gambia y Guinea Bisáu), busca discernir cuáles son las preocupaciones reales de la población acerca de su seguridad. Los resultados son, en este orden, el acceso al empleo y el paro, el acceso y distribución de agua potable, y la polución y la gestión de las basuras.
En un primer taller en Dakar, donde participaron académicos, cuerpos y fuerzas de seguridad, actores de la sociedad civil como las mujeres de Casamance que trabajan como mediadoras de paz y juristas, entre otros, se definieron siete dimensiones para analizar este complejo concepto: el contexto, las experiencias vivenciales, la exposición a diferentes tipos de violencias, la evaluación de la acción pública del Estado en materia de seguridad pero también la de organizaciones internacionales y de la sociedad civil y la participación ciudadana en la acción securitaria.
Apoyados por una cuarentena de expertos, el equipo de investigación del LASPAD llevó a cabo en marzo de 2019, un estudio de percepción de la gobernanza de la seguridad en tres barrios de ocho localidades del espacio Senegambia: Dakar, Saint Louis, Tambacounda y Zinguinchor en Senegal; Banjul y Bwiam en Gambia, y Bisáu y Farim en Guinea Bisáu. Entrevistaron en total a 1.480 personas.
¿Cuáles son las principales problemáticas de su barrio? ¿Ha sido usted víctima de algún robo en los últimos 12 meses? ¿De qué manera se ve expuesto a violencias ligadas al extremismo religioso? ¿Qué tipo de confianza le da la policía de su país? Estas son algunas de las 63 cuestiones dirigidas directamente a la población por parte de un elenco encuestador que las tradujo a francés, inglés y portugués, pero sobre todo, a lenguas locales (wolof, pulaar, crioulo) y que velaron por guardar un perfil equilibrado entre sexos, edades, nivel de estudios o categorías socioprofesionales.
Los datos recogidos se explotaron y volcaron en un Barómetro Ciudadano de Seguridad (BSC), una base de datos cartografiada y en línea que permite una lectura a diferentes escalas territoriales, sobre las diferentes cuestiones de seguridad analizadas, por separado o unificadas.
Un 60,5% de las personas entrevistadas afirma “sentirse segura en su barrio” o que “en su barrio se vive bien” (62,8%)
La herramienta produce un índice ciudadano de seguridad (ICS) que da cuenta de las percepciones de la situación de seguridad por la propia ciudadanía. En una escala de -10 a +10 el índice medio de la zona de estudio resultó de 6,35, lo que indica que se goza de una “buena situación de seguridad”, según sus habitantes. Con un 5,38 Guinea Bisáu tiene la percepción más negativa de los tres países, siendo en Senegal la media de un 6,16 y un 7,25 en Gambia.
El barómetro, publicado oficialmente en octubre 2020, se quiere actualizar periódicamente con las mismas preguntas de la encuesta inicial, pero incluyendo también otras que ha ido surgiendo y que son igualmente de interés ciudadano, como la cuestión migratoria o el impacto de la pandemia de la covid-19.
En mi barrio se vive bien
Un 60,5% de los entrevistados afirma “sentirse segura en su barrio” o que “en su barrio se vive bien” (62,8%) y más del 80% declara no haber sufrido “ningún tipo de agresión” en el último año.
Eso no significa que no haya problemas. De las dificultadas identificadas en las encuestas, la principal señalada es el acceso al empleo y el paro con un 15,74%; la segunda el acceso y distribución de agua potable (11%) y, en tercer lugar, la polución y la gestión de las basuras, identificada por el 10% de los interrogados.
Entre los peligros señalados no están aquellos presentados en medios de comunicación y debates públicos como el terrorismo, violencias religiosas, sexuales o interétnicas. Estos asuntos apenas representan el 2% de las respuestas. Son aquellas más ordinarias, como la delincuencia o el crimen organizado y las violencias políticas que son destacadas por los encuestados como la principal amenaza en sus respectivos barrios. La gente se siente más coaccionada por el tráfico de droga (43,6%) que por el riesgo a un atentado terrorista (3,8%).
El sentimiento de inseguridad es particularmente fuerte en Guinea Bisáu, con un 50% de las personas encuestadas que así lo manifiestan
El sentimiento de inseguridad es particularmente fuerte en Guinea Bisáu, con un 50% de los participantes en el estudio que así lo manifiestan, frente a un escaso 14% en Gambia. Es en este país donde se ubica el único barrio cuyo índice de seguridad es “excelente”: Kankuntu, en la ciudad de Bwiam.
Aunque el informe del estudio no se disgregan los resultados por sexo de la persona entrevistada, según el geógrafo Khalifa Diop, uno de los responsables del estudio, descubrieron que “el acoso callejero a las mujeres o las violencias basadas en el género son una preocupación de la población porque constituyen un factor de inseguridad cotidiana para ellas”.
La encuesta sí toma en cuenta el sentimiento de cohesión social en el barrio. Es en Gambia donde la ayuda es constante entre la ciudadanía según señalan en un 60% de los formularios, mientras que en Guinea Bisáu la solidaridad del vecindario es más débil.
Otro dato de interés es que la amplia mayoría de los entrevistados considera que es importante la implicación de la ciudadanía en las cuestiones de seguridad (96%) y que esto no debería ser exclusivamente una responsabilidad de las fuerzas del orden, sean públicas o privadas.
El derecho a una seguridad humana
Según explica Rachid Id Yassine el objetivo del barómetro es “tener una herramienta de medición de la seguridad humana, perenne y estructural” que pueda ofrecer “una visión realista sobre las diferentes amenazas que pesan sobre la vida cotidiana de las personas”.
“El interés de esta base de datos es que desde las instancias de toma de decisión se puedan orientar las estrategias políticas según las expectativas y necesidades reales de la población, y no según una agenda mediática que subraya un cierto número de fenómenos que suelen ser portada en periódicos y televisiones”, afirma el director del estudio. “Colectividades territoriales encargadas de la seguridad, policías municipales, bomberos, SAMU, estructuras estatales e interestatales como la CEDEAO, o internacionales como ONU, otros actores de la sociedad civil como ONG o asociaciones son entonces los principales receptores potenciales” de las informaciones producidas por el LASPAD, agrega.
El académico destaca que el estudio haya sido realizado por una universidad pública, “que responde a criterios de imparcialidad y de investigación científica, no como otras posibles encuestas elaboradas por empresas privadas que puedan tener sesgos por querer hacer lobby sobre alguna cuestión estratégica o económica”. Y opina que es por ello que la ciudadanía “debería apropiarse esta herramienta que puede ayudar a que su voz llegue a las instancias de toma de decisiones”.
Id Yassine explica que el estudio piloto de Senegambia ha intentado resolver algunas cuestiones “como el uso de las diferentes lenguas, la gestión de zonas fronterizas y las problemáticas desde locales a interestatales”, y que por tanto el laboratorio trabajará en la ampliación de la herramienta en una segunda fase en Mali, Burkina Faso y Níger, y previsiblemente una tercera en Libia y Túnez.
Elecciones de Gambia 2021
Según explica la analista política Beatriz Mesa, integrante de LASPAD, “el barómetro sirve también para medir los niveles de percepción de la seguridad e inseguridad de la población en contextos determinados, y así nos estamos preparando para utilizarlo durante las elecciones de Gambia”.
“Su uso se prevé en tres fases: una previa de la jornada electoral que servirá para estudiar la percepción de la ciudadanía sobre los candidatos y los programas electorales, pero también sobre el proceso de transición en el que se ha sumido el país desde hace cinco años tras el frustrado golpe de Estado (de Yahya Jammeh) y las promesas del actual presidente (Adama Barrow) que no se están cumpliendo, como limitar la duración de los mandatos lo que requiere un cambio constitucional”, precisa Mesa. “También se realizarán encuestas durante la jornada electoral y los días posteriores, que son momentos cruciales”.
Según el grupo de estudio, las tres etapas pueden estar potencialmente marcadas por actos de violencia por causas políticas, económicas o sociales, por lo que el objetivo del barómetro sería poder “anticipar la escalada de violencia a partir de indicadores o señales de alerta permitiendo movilizar a la ciudadanía para vigilar y limitar esas amenazas” que podrían asimismo influir en el resultado electoral.
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