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Gobernar bien en África: el progreso decae en 2019

La Fundación Mo Ibrahim elabora el más importante ranking de gobernanza en el continente desde 2007. El último muestra el deterioro en los indicadores de inclusión, justicia y participación ciudadana y revela una insatisfacción creciente de la sociedad africana hacia sus dirigentes

Una mujer joven recolecta café en Yirgacheffe (Etiopía).
Una mujer joven recolecta café en Yirgacheffe (Etiopía).BLOOMBERG NEWS
Noor Mahtani

El progreso en la gobernanza de los países africanos en la última década era una línea que crecía o se mantenía estable. Hasta 2019. El año pasado, esta tendencia perdió un par de décimas según el índice elaborado por la Fundación Mo Ibrahim (IIAG, por sus siglas en inglés), un consolidado termómetro de la realidad africana que a partir de este año será bienal en lugar de anual. El informe publicado este lunes muestra una caída media del 0,2 en los 54 países africanos que evalúa el medidor. El descenso se nota principalmente en tres de los cuatro indicadores del mismo: derechos e inclusión, seguridad, justicia y desarrollo humano y participación ciudadana. Este último baremo, con especial peso en el estudio, pone sobre la mesa un creciente descontento popular hacia los dirigentes políticos, que comienza a ser más notorio desde 2015.

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En el último informe de la Fundación, publicado en 2018, el Producto Interior Bruto (PIB) del conjunto de los países africanos aumentaba aunque no fue suficiente para crear nuevas oportunidades económicas que beneficiaran a los ciudadanos, lo cual mostraba que el progreso se quedaba aún por detrás de las necesidades y expectativas de una población en constante crecimiento, compuesta principalmente por jóvenes.

“En comparación a diez años atrás, vemos que en el continente hay menos libertad de agrupación, menos pluralidad política y que el espacio de la sociedad civil está cada vez más encogido”. La que habla es Nathalie Delapalme, directora ejecutiva de la Fundación, liderada por el sudanés multimillonario Mohammed Ibrahim. El ingeniero, nacido en 1946, es una de las personas más influyentes del continente y quien trajo la telefonía móvil al mismo a finales de los 90. Ibrahim puso en marcha Mobile Systems International y Celtel y sembró torres por doquier, convirtiéndose en el primer operador en ofrecer roaming libre en África. Creer en el potencial de los 54 países ha sido su marca personal. Y con esa vocación de emprender en su tierra, nació la fundación, que desde 2007 vigila a los gobiernos de cerca.

La investigadora Delapalme pone la lupa en 2015; ese fue el punto de inflexión en el que los parámetros evaluados se estancaron y más adelante empezaron a bajar. Delapalme incide en que los ciudadanos califican peor las preguntas relacionadas con la participación política y derechos: “Esto es un reflejo claramente del ataque a la libertad personal y de prensa. Además, no debemos olvidar que los gobiernos africanos también están restringiendo los derechos en el espacio virtual”. Esta es la fotografía de África justo antes de que llegara la pandemia para dejar al mundo patas arriba.

Si bien es cierto que el continente ha controlado la pandemia mejor que otras regiones del globo, no hay dudas de que trastocará los indicadores del próximo informe. Delapalme advierte: “La covid-19 solo empeorará un continente deteriorado desde mucho antes del coronavirus. Ya se empiezan a notar unas restricciones de libertad más fuertes, elecciones pospuestas y un enorme golpe económico del que va a costar mucho recuperarse”. En el continente han fallecido más de 47.000 personas y cerca de 270.000 siguen contagiadas. El coste social y político, prevén los expertos del informe, será devastador y tendrá secuelas en la seguridad y estabilidad global.

Nathalie Delapalme, directora ejecutiva de la Fundación, pone la lupa en 2015; ese fue el punto de inflexión en el que los parámetros evaluados se estancaron y más adelante empezaron a bajar.

Aunque existe un ranking por países, en el que las islas Mauricio están a la cabeza y Somalia a la cola, los investigadores insisten en fijar la atención en el progreso acumulado más que en el puesto en el podio. Somalia, por ejemplo, a pesar de ocupar el último escalón, es el séptimo país que más ha mejorado en los últimos diez años. Zimbabue (33) y Gambia (16) son dos de los cinco que más han evolucionado. Según las conclusiones del estudio, 38 países caminan hacia adelante en el mercado económico y de oportunidades laborales y 34 avanzan, aunque más lentamente, en desarrollo humano. Los derechos humanos e inclusión y la seguridad son los terrenos más devastados: 29 y 22 países muestran un deterioro creciente, respectivamente.

La tabla de los países africanos y su desarrollo en función de los cuatro parámetros del IIAG (participación y derechos, seguridad, desarrollo humano y economía), siendo el verde oscuro el que representa mayor progreso y el rojo un retroceso más significativo.
La tabla de los países africanos y su desarrollo en función de los cuatro parámetros del IIAG (participación y derechos, seguridad, desarrollo humano y economía), siendo el verde oscuro el que representa mayor progreso y el rojo un retroceso más significativo.Mo Ibrahim Foundation

Este año, el índice ha sido modificado y ampliado para recoger fielmente los datos y los escenarios de gobiernos que tanto han cambiado desde 2007, año en que se estrenó el medidor. Camilla Rocca, responsable de la investigación, lo describió en la presentación online del informe como “una adaptación al siglo XXI y sus necesidades”. El termómetro incluye desde este año: medio ambiente, derechos digitales y mitigación de la desigualdad, así como, la creación en exclusiva de una nueva sección dedicada a la ciudadanía africana. “Para la Fundación”, explica Delapalme, “gobernar no son solo compromisos políticos o engordar los presupuestos; liderar un país tiene que ver con entregar servicios públicos a sus ciudadanos”. Y eso es lo que han empezado a medir. En colaboración con el Afrobarometer, la Fundación Mo Ibrahim se ha sumergido de lleno en los datos sobre las perspectivas y los fallos que señala la ciudadanía.

Ocho países mejoran en todo

En la última década (2010-2019), apenas ocho países han mejorado en las cuatro categorías del índice. Estos son: Angola, Chad, Costa de Marfil, Etiopía, Madagascar, las Islas Seychelles, Sudán y Togo. Todas han dado pasos adelante con respecto a la seguridad, los derechos y la inclusión, desarrollo económico y humano. “Todo esto demuestra que el progreso equilibrado se construye teniendo en cuenta y cuidando estos pilares”, dice Delapalme. Tres de estos países, las islas Seychelles, Etiopía y Costa de Marfil, han sido los que más han crecido.

Estas dos últimas naciones llaman especialmente la atención dada la actualidad más reciente: Costa de Marfil vivió unas turbulentas elecciones la semana pasada y en Etiopía ha estallado recientemente una brutal guerra civil en el norte de su territorio. Delapalme insiste en que el barómetro se ajusta a la realidad de los últimos diez años y espera que “los dirigentes políticos encuentren una manera de solucionar ambas crisis, que no acabe con el progreso que tanto ha costado alcanzar”.

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