Ir al contenido
_
_
_
_
tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La columna de David Uclés antes de su intervención de corazón: ‘Entiérrenme en una cuneta’

Publico este artículo a las puertas del quirófano y, aunque no espero morirme, aprovecho la tensión para elaborar unos últimos deseos

Ahora mismo me están rajando el corazón. He publicado este artículo hace un par de minutos, a las puertas del quirófano. Después de varios años despertándome de madrugada con el corazón fibrilando, mis cardiólogos decidieron por mí y me están quemando las venas pulmonares. Al parecer, en tres horas me habrán dejado el corazón bien niquelado, humeante y firme. ¡Qué cosas!

Aprovecharé ese estadio entre la vida y la muerte para reunirme con algunos de los personajes literarios que maté inmisericordiosamente: Emilio, Octubre, Odisto… Y abrazaré el aire buscando a Martina mientras el narrador nos pone de fondo Iris, de Wim Mertens. No tendré tiempo de ver a nadie más, salvo a alguno de mis abuelos y a Saramago. Le comunicaré que quiero ir a Lisboa a tatuarme su perfil en el costado derecho, y que espero que Pilar me acompañe y me dé la mano, pues no me gustan mucho las agujas —y eso que ahora mismo, según intuyo, una muy larga está atravesándome el septo: la pared central y poética del corazón—.

A decir verdad, no tengo previsto morirme, y es casi imposible que esto suceda hoy. Soy muy dramático. Pero como espero no tener que verme en otro quirófano a corto plazo, tengo que aprovechar esta tensión y elaborar unos últimos deseos, no vaya a ser que, de tanto horadarme las paredes del corazón, los alambres me liberen la vida. Os desgajo el testamento:

Por último, la única voluntad firme y seria de todas: si muero, no quiero que me entierren en un cementerio. Quiero que lo hagan en cualquier cuneta del país, y a medianoche, para que nadie sepa en cuál “descanso”.

Ya que, como pueblo, no hemos conseguido que los cuerpos de nuestros familiares acaben con dignidad en un cementerio, lo mismo es más fácil sacralizar todas las cunetas del país. Despojarlas de deshonra y vergüenza. Y llenarlas de flores, tal como hace la propia tierra desde el siglo pasado. ¿Acaso nunca os preguntasteis por qué nacen jaramagos y retamas en el cemento duro e inorgánico de los bordes de las carreteras? La propia naturaleza hace el trabajo que nosotros no queremos hacer. Y honra, y se muestra así más humana que nosotros.

Que conste en acta.

¡Ah! Y no hace falta que recéis por mí. Ya lo hace Rosalía por todos.

Os quiero.

D.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_