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RED DE REDES
Columna
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Miguel Ángel Rodríguez y el Equipo A

Algunas respuestas del jefe de gabinete de Ayuso en el juicio contra el fiscal general recuerdan a la mítica frase de Hannibal: “Me encanta que los planes salgan bien”

Natalia Junquera

Al capitán del Equipo A, Hannibal, que también tenía el pelo blanco, le gustaba decir, al final de cada episodio: “Me encanta que los planes salgan bien”. Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso al que las canas otorgaron el poder de “adivinar”, no forma parte, como en la serie, de un comando de fugados tras ser encarcelados por un delito que no habían cometido, pero sí ha probado suerte como “soldado de fortuna”. Este martes, sus respuestas en la segunda jornada del juicio contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, recordaban a la mítica frase de Hannibal, como cuando, preguntado por la información tergiversada que transmitió a un grupo de periodistas sobre la situación del novio de su jefa contestó, ufano: “Y a partir de ahí se desata la locura...”; O cuando, preguntado por el tuit en el que aseguró, en la fase de instrucción, que si llegaba una ocasión como esta ―la de declarar en el Tribunal Supremo contra García Ortiz―, “el fiscal iría p’alante”, replicó: “Era un pronóstico, un mensaje en una red social, un vaticinio... y no era desacertado. Mire dónde estamos”.

El juicio contra el fiscal general del Estado, tras una controvertida instrucción que ha permitido llegar al momento del banquillo sin pruebas de cargo, tiene, de momento, mucho que ver con el motivo de análisis de esta sección: las redes sociales; con tuits y grupos de WhatsApp mencionados recurrentemente en la toma de declaración a los testigos, como el propio Rodríguez. Serán los magistrados los que decidan, en un Estado de Derecho, sobre lo principal, si se ha cometido un delito —revelación de secretos― y en su caso, quién es el autor. Pero lo secundario o no tanto, esto es, el manejo de la opinión pública y la construcción de relatos, deja estos días en las inmediaciones del Tribunal Supremo y en el ágora virtual en la que se comentan las sesiones ejemplos de un salto cualitativo. Lo que podía parecer una anécdota, algo tan intrascendente como un par de tuits entre miles, empieza a asumir rango de categoría.

El mensaje en X en el que Miguel Ángel Rodríguez, alias MÁR, anunció, hace casi un año, que el fiscal general del Estado iba “p’alante”, tiene casi 450.000 visualizaciones, más de 1.400 “likes” ―personas que han declarado que les gusta― y un millar de comentarios. Fue el pistoletazo de salida para los jueces sin toga, en bata de andar por casa, que es desde donde dictaron su sentencia, como el propio jefe de gabinete de Díaz Ayuso.

En las redes sociales que, como bien sabe MÁR, premian los contenidos que van a aumentar la conversación, es decir, los que incitan a la crispación y a la polarización (el rechazo al que piensa diferente), se formó un juicio paralelo que ha opacado el origen de la causa: el presunto fraude fiscal cometido por la pareja de la presidenta madrileña, Alberto González Amador, quien ―aunque ahora lo niega―, a través de su abogado, reconoció ante la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid haber “cometido dos delitos contra la Hacienda Pública” como paso previo para evitar la cárcel a través de un acuerdo ―“resarcir el daño causado pagando íntegramente la cuota e intereses de demora a la AEAT”―.

En esa construcción de relatos, Hannibal ha ganado el primer asalto, asistido por periodistas sparrings que cedieron sus portadas a un bulo reconocido por el propio autor: el de que ese acuerdo para resarcir el daño causado se había frustrado “por órdenes de arriba”, es decir, del Gobierno.

Abogada del Estado: “¿Recuerda usted que publicó un tuit a las 22.41 horas? Si quiere se lo leo”.

Rodríguez: “Sí, porque no me puedo acordar de todos los tuits, discúlpeme”.

Abogada del Estado: “Se lo leo sin ningún problema. ‘Resumen de la locura de hoy. La Fiscalía ofrece por email un acuerdo al señor González. Antes de que pueda responder, la misma Fiscalía dice que ha recibido órdenes de arriba para que no haya acuerdo y entonces vaya a juicio’. ¿Esto lo ha sacado usted de algún sitio?"

Rodríguez: “No, no tengo ninguna fuente. Es un mensaje sin apoyo en una fuente. Es que yo soy periodista o trabajo en política. No soy un notario que necesite una compulsa. La compulsa ante notario la puso Juan Lobato después”.

Los periodistas son parte importante de esta historia: de los 40 testigos citados, 12 lo son. El instructor no ha tenido en cuenta, en la toma de declaraciones previas al procesamiento de García Ortiz, el testimonio de los profesionales que aseguraron disponer de la información del supuesto secreto por el que se juzga al fiscal general antes que él.

Desde el momento en el que Rodríguez difunde el bulo a través de X (antes Twitter) y de grupos de WhatsApp hasta hoy, y a la espera del análisis que los magistrados del Supremo hagan de las pruebas o de la falta de ellas en el juicio contra el fiscal general, la batalla por el relato se ha recrudecido y algunos relatores han cambiado de rol. En el juicio paralelo en redes y en algunos medios involucrados en la operación, González Amador “no es un defraudador”, sino la víctima de una persecución del Gobierno por dormir con quien no debe. En esa fiesta de la distorsión, las gestiones que el jefe de gabinete de la presidenta madrileña realizó ―incluida la recepción de los correos clave en el procesamiento de García Ortiz— para defender a quien, a través de su abogado, había reconocido dos delitos contra la Hacienda pública, son conversaciones de tipo “informal”; un “Amigo, ¿Cómo te va esta historia?“, y meros trámites para defender “la reputación” de Ayuso. La dirigente popular, principal responsable de convertir a “un ciudadano anónimo”, González Amador, en víctima de una “persecución política” ―fue ella quien, en rueda de prensa tras el consejo de gobierno en marzo de 2024, aseguró que todo obedecía a una operación de “los poderes del Estado” para hacerle daño— evitó este martes responder a preguntas sobre el juicio y sobre la actuación de Rodríguez, quien se había colocado en los temas de conversación más comentados en X: “No me van a meter en esta situación”, dijo. La primera fase del plan ha salido bien. Veremos la segunda.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.
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