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Sin litio no hay paraíso

La UE promociona una región entre Galicia y Portugal como zona de turismo termal, a la vez que activa proyectos de minería

Jordi Amat

La autonomía de Europa no la resuelve una mina en Galicia, pero lo más probable es que en 2026 China también sea el país que lidere la producción mundial de litio. En marzo de 2024, la Unión Europea se dotó de un Reglamento de Materias Primas Críticas (enumera 34) y se propuso identificar proyectos estratégicos a los que reconocería como de interés público porque la industria del continente necesita, en la medida de lo posible, garantizarse su suministro. Un año después, se publicó la lista de los elegidos: 7 de los 47 son españoles. Uno es Doade en Beariz (Ourense). Este proyecto de minería subterránea para extraer litio quiere construirse en una superficie de 13,62 hectáreas, cuya propiedad es de la Comunidad de Montes Vecinal en Mano Común (CMVMC) Lama, Cega y Bisticobo. Su impulsora es la empresa aragonesa Samca, que ha creado una filial domiciliada en Galicia con este propósito: Recursos Minerales de Galicia. A su vez, dicha filial está participada en un 10% por Recursos de Galicia, una empresa de servicios públicos impulsada por la Xunta para invertir en proyectos de energía en la comunidad y de cuyo accionariado forman parte 30 empresas. Y existe una movilización popular para impedir la construcción de la mina: se acaban de registrar 3.000 alegaciones en contra por las tóxicas consecuencias medioambientales que podría tener.

“Apostamos y subastamos el futuro mientras llevamos a cabo acciones que eliminan la posibilidad de tener futuro”, leo en un pequeño libro precioso que el jueves llegó sin avisar a la Redacción: Flotando en litio (Caniche), de la arquitecta y activista Marina Otero Verzier. Denuncia la contradicción de la UE: promociona una región transfronteriza de Galicia y Portugal como una zona de turismo termal gracias a sus manantiales a la vez que activa proyectos de minería que inevitablemente agotarán la capa freática. La contradicción es el litio. Fue descubierto en 1817, explica Otero Verzier. Al cabo de un siglo empezó a comercializarse agua con presencia del litio extraída de manantiales donde se realizaba el burgués turismo termal. Primero Suiza, luego Portugal y España. Esa agua embotellada primero fue vendida como medicamento y después como bebida diaria; incluso estaba presente en viejas fórmulas de Coca-Cola o 7-UP, hasta que la Administración norteamericana lo prohibió temiendo que afectase a la salud de los consumidores (desde entonces bebemos mucho más azúcar).

Quienes se bañaban en esas aguas y las bebían difícilmente debían pensar que la clave del bienestar tenía una explicación química: les afectaba porque el litio es un agente terapéutico, ingrediente en tratamientos psicofarmacológicos desde hace décadas. Pero ahora no solo nos afecta porque ayude a evitar la depresión. Desde hace unos años existe una carrera por acumularlo porque es un mineral crítico de la sociedad digital en construcción. Sin litio, hoy, no hay paraíso en nuestra tierra que sufre: permite acumular mucha energía ocupando muy poco espacio y permite extraer esa energía muy rápidamente. Está en nuestros teléfonos, en las baterías de los vehículos eléctricos y es una materia prima básica en la nueva industria de la defensa. Sin este mineral, dicho con otras palabras, la dependencia exterior que como europeos nos hace tan secundarios seguirá aumentando porque no hay futuro si no se dispone y se tiene capacidad para producir este nuevo oro blanco. ¿Podemos prescindir de la extracción de unos recursos sin los cuales la autonomía estratégica de Europa es imposible? No es solo la tensión entre medio ambiente y capitalismo. ¿Qué es progreso y qué es retroceso? Soy incapaz de resolver las contradicciones que me provoca un caso como el de la proyectada mina de Doade. Y es uno de muchos.

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Sobre la firma

Jordi Amat
Filólogo y escritor. Ha estudiado la reconstrucción de la cultura democrática catalana y española. Sus últimos libros son la novela 'El hijo del chófer' y la biografía 'Vencer el miedo. Vida de Gabriel Ferrater' (Tusquets). Escribe en la sección de 'Opinión' y coordina 'Babelia', el suplemento cultural de EL PAÍS.
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