Los alquilados o la memoria histórica de un atraco
La vivienda es la principal prioridad de los ciudadanos, pero baja al quinto puesto del Gobierno
Una cosa que está olvidando el Gobierno que sacó al dictador del Valle de los Caídos es que la memoria se construye todos los días y que las nuevas generaciones también crean sus recuerdos. Y cuando digo “nuevas generaciones” no me refiero a los cachorros del Partido Popular. Hablo de las personas que, a diferencia de beneficiarios primigenios de la providencia estatal, no entramos en la cohorte que pudo acceder a la vivienda con cierta facilidad y, por ese motivo, hemos hecho algo tan novedoso en este país como vivir de alquiler. Ojo: el arco etario de los arrendados es tan amplio que en él pueden entrar tanto los que aún producen colágeno en cantidades industriales como los que, aun siendo capaces de respetar con auténtico convencimiento a los que quieren elegir su pronombre, estamos igual de cerca de las revisiones anuales obligatorias de mama y próstata que de nuestro 40º cumpleaños.
Y a la vez, este segmento tan amplio es paradójicamente exiguo: todavía apenas un 30% de la población. Digo yo si será por eso que a la gente progresista que dirige España no le compensa darnos una solución seria a los eternos aspirantes a clase media que trabajamos casi exclusivamente para pagar la hipoteca de otros. Hace un mes vi a nuestro actual presidente plantado frente a un cartel color verde Idealista en el que podía leer: “La vivienda. Quinto pilar del Estado de Bienestar”. Eché cuentas (algo que cada vez hago más) y me pregunté cómo es posible que algo que está en la base de la pirámide de las necesidades humanas y en el podio de preocupaciones de los españoles según el CIS aparezca, por culpa de un desfortunado ordinal, en la quinta posición de las prioridades socialistas. Dentro de un tiempo, cuando hasta los jóvenes sean un poco más viejos, llegará un nazi con maneras de liberal regalando en tiempo récord VPO y topando los precios por sus santas gónadas y arrasará en las urnas. Y los que tenemos buena memoria sabremos exactamente qué ha pasado.
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