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EDITORIAL
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La consejera valenciana de Interior debe apartarse o ser apartada

La suma de mentiras a la incompetencia de la responsable valenciana de Interior convierte en imposible su continuidad al frente de la catástrofe

Pradas, junto a Mazón, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente José Mompó, el 31 de octubre, cuando el líder popular visitó el Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valenciana.
Pradas, junto a Mazón, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente José Mompó, el 31 de octubre, cuando el líder popular visitó el Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valenciana.Kai Fosterling (EFE)
El País

Salomé Pradas, consejera de Justicia e Interior de la Generalitat valenciana desde julio pasado, tiene que dimitir. Su gestión al frente del departamento de Emergencias durante el martes 29 de octubre, cuando una gota fría devastó un tercio de la provincia de Valencia y ha causado más de 200 muertes y daños materiales milmillonarios, se ha demostrado calamitosa. El presidente Carlos Mazón debe asumir directamente el mando autonómico de la emergencia o designar a otra persona solvente de ese equipo porque estamos todavía en un momento muy delicado de la catástrofe y no se puede descabezar el operativo.

Llegará el momento de analizar en profundidad lo ocurrido para buscar las fallas del sistema y las responsabilidades políticas, y los expertos sacarán sus conclusiones. Es imprescindible ahora la unidad de acción de todas las administraciones para lograr reparar los destrozos causados por las inundaciones en el menor tiempo posible, más la organización de los voluntarios que están dando un ejemplo de civismo en tiempos tan necesitados de ello. Pero la consejera de Interior, en silencio durante muchos días, pese a ser la máxima responsable al mando de las emergencias en la Comunidad Valenciana, irrumpió ayer en televisión con unas explicaciones plagadas de mentiras, contradicciones y, lo que es más sorprendente, con una confesión clara de su propia incompetencia. No se puede sumar la mentira a la incapacidad cuando los valencianos siguen sufriendo.

Que una consejera de Interior admita que mientras la gente se ahogaba en la provincia de Valencia ella ignoraba que existía un instrumento a su disposición para mandar una alerta a través de los móviles a todos los ciudadanos con el objetivo de prevenir lo que finalmente ocurrió es motivo suficiente para que no siga al mando de un departamento tan estratégico de la Comunidad Valenciana. Pero es que, además, la consejera se justificó intentando explicar que esa herramienta tecnológica no estaba regulada en la normativa autonómica. La alerta a móviles fue anunciada en 2022 por el Gobierno valenciano, se presentó en 2023 antes de las elecciones autonómicas y el propio Ejecutivo de Mazón que salió de las urnas, cuando el área de Interior estaba en manos de Vox, presumió de esa herramienta tecnológica —las alertas a móviles— para prevenir las peores consecuencias de una gota fría.

La nueva consejera, nombrada tras la ruptura del Gobierno de coalición, desconocía que existe esa herramienta y con esa ignorancia gestionó la peor gota fría del siglo en Valencia. En su huida hacia delante, la consejera de Interior intentó desmentir ayer a la delegada del Gobierno, quien había explicado que llamó tres veces para ofrecer la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias. Pero el desmentido de la consejera también resultó una mentira, porque ella misma había reconocido a sus colaboradores —según puede comprobarse en una grabación de TVE— que le habían hecho ese ofrecimiento.

Su jefe directo, Carlos Mazón, aún oculta en qué consistió la comida de cuatro horas le impidió llegar a tiempo a la —tardía— reunión del Cecopi para coordinar la emergencia la tarde de la tragedia. Primero se dijo que era una comida privada y a continuación, que se trató de una comida de trabajo. La agenda de un presidente autonómico debe ser pública y más cuando hablamos de horas y minutos críticos mientras el agua crecía. Durante dos semanas hemos creído conveniente poner todos los focos en la urgencia del socorro a los damnificados y en la búsqueda y recuperación de víctimas mortales y desaparecidos. Pero la dignidad que se les debe incluye la transparencia y, desde luego, la ausencia de mentiras.

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