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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Sin margen para el error tras la dana

El malestar de los vecinos afectados debe constituir una llamada seria de atención para todos los actores involucrados en la gestión de la crisis

Felipe VI, durante su visita a Paiporta (Valencia) el domingo.
Felipe VI, durante su visita a Paiporta (Valencia) el domingo.Carlos Luján (Europa Press)
Mariola Urrea Corres

Los afectados por una desgracia natural de dimensiones todavía no bien perimetradas, como la ocurrida en Valencia, van acumulando tensión y mucha frustración. Los que han sobrevivido a la tragedia celebraron haberse salvado, pero ahora ya son plenamente conscientes del infierno que representa haberlo perdido casi todo. En este contexto, los grupos de ultraderecha utilizaron el cansancio, la impotencia y la desesperación de las víctimas para desatar un torrente de hostilidad verbal y física durante la visita a Paiporta de los Reyes, el presidente del Gobierno y el presidente de la Generalitat de Valencia. “Entiendo la indignación social y por supuesto me quedo a recibirla” dijo Carlos Mazón. Sonaría razonable si no fuera porque ya sabemos quién está detrás del alboroto. La función de quien está al frente de la gestión de una crisis no es recibir insultos, ni zarandeos, ni barro en la cara. La misión de la política es hacerse cargo de los problemas y denunciar cualquier fórmula de protesta que conduzca al desorden.

A la vista de las imágenes que han recogido las cámaras, parece claro que la visita de las autoridades a la zona cero quizás no fue una decisión prudente. Soy consciente de que no es fácil calibrar cuándo y cómo las instituciones con un valor de representación, como es el caso de la Corona, deben acudir al lugar de la tragedia para acompañar a los afectados. No es ahora, en todo caso, el momento de elevar este asunto a categoría para el análisis y menos aún brindar este argumento a los que quieren erosionar el sistema. Basta con que el incidente sirva para sacar algunas lecciones. Y es que la noble voluntad de trasladar consuelo a las víctimas debe ser debidamente ponderada con el riesgo que entraña convertir cualquier visita institucional en una expresión añadida de cierto descontrol o caos de la acción política, especialmente si hay agentes disruptivos encargados de aprovechar cualquier oportunidad para hacerlo.

Con todo, el malestar de los vecinos bienintencionados y afectados por la dana debe constituir también una llamada seria de atención para todos los actores involucrados en la gestión de la crisis. Me refiero a los Gobiernos (central y autonómico) y a la oposición, cuyo líder no ha estado siempre acertado en sus declaraciones. Todos están llamados a cooperar de manera leal y sin buscar el cálculo político para poner soluciones de presente y de futuro a todos los problemas que ha dejado el paso por Valencia de un fenómeno que el cambio climático hará más habitual en algunas partes de España. El presidente de Valencia ha querido que la Generalitat asuma para sí la responsabilidad directa de pilotar una crisis de envergadura sobre la que ya se acumulan evidencias de algunos fallos cometidos. Lo hará configurando una fórmula de cogobernanza discutible a través de la creación de cinco grupos de respuesta inmediata en el que los consellers del ramo pretenden coordinar a ministros en materia sanitaria, de infraestructuras, servicios sociales y vivienda, empleo y empresa e interior. El Gobierno de España, por su parte, ha rechazado ejercer las competencias que le permite la ley y atribuirse una responsabilidad de liderazgo en una emergencia de claro interés nacional, para la que está, sin duda, mejor capacitado. Aunque habrá tiempo de valorar el acierto o lo errado de aquello que ya se ha decidido, parece obvio que los ánimos en Valencia no dejan margen para el error. Lo saben los unos y los otros.

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Sobre la firma

Mariola Urrea Corres
Doctora en Derecho, PDD en Economía y Finanzas Sostenibles. Profesora de Derecho Internacional y de la Unión Europea en la Universidad de La Rioja, con experiencia en gestión universitaria. Ha recibido el Premio García Goyena y el Premio Landaburu por trabajos de investigación. Es analista en Hoy por hoy (Cadena SER) y columnista en EL PAÍS.
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