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Columna
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Bandera en el balcón

Digo yo que un ciudadano está en su derecho de abrigar los fervores que se le antojen

Balcones con banderas en Málaga.
Balcones con banderas en Málaga.REUTERS

El vecino de enfrente colocó días atrás una bandera en el balcón de su casa. La sujetó con cuerdas a los balaustres de la barandilla. Es razonable pensar, si es que a este hombre lo mueve la razón, que desea proteger el paño patrio de los vientos que de vez en cuando soplan en la ciudad. Yo no ando en tratos con el Diablo Cojuelo ni con trasgos que por las noches me levanten los tejados, lo que me permitiría averiguar mil y un secretos de la gente. Tampoco soy nuevo en esto de vivir con los demás, conque no ignoro que la exhibición de la bandera implica una forma de marcar terreno. En mi balcón cuelgan unas modestas jardineras con petunias. Jamás se me ocurriría pensar que con estos adornos estoy mandando un mensaje al mundo. Se conoce que el vecino considera pertinente anunciar a cuantos deambulan por la calle que en su domicilio mora un patriota. Digo yo que un ciudadano está en su derecho de abrigar los fervores que se le antojen e incluso de hallar luz, esperanza y fe en el ejercicio más o menos diario de la exaltación al margen de festividades y sin que se entere el barrio. En sociedades conflictivas, la bandera balconil bien puede servir de salvoconducto. Ojo, no disparen, que soy de los nuestros. O bien: cuidado, que soy amigo de los que disparan. Fui testigo en el pasado de conductas similares, sobre todo en los pueblos pequeños donde todo el mundo se conoce y el control ideológico del vecindario es más sencillo. Quizá el vecino solo pretenda convidarnos a sentir como él. ¿O sucederá que es abuelo y sus nietos le han regalado la bandera comprada en un bazar chino? En tal caso, yo entiendo que el yayo haga aprecio del obsequio. No descartemos que el buen hombre esté tan ahíto de identidad nacional que esta no le quepa en el cuerpo y, ante el riesgo de reventar, se vea obligado a exteriorizarla de un modo u otro. Quizá crea que tiene una identidad y es la identidad la que lo tiene a él.

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